Parte del patrimonio cultural sanrafaelino, la casa del escritor, docente y periodista tucumano Fausto Burgos y de su esposa María Elena Catullo cumplirá este año 60 años de ser anfitriona en las diversas actividades culturales.

En la esquina de Saavedra y Chile se encuentra emplazada una casona antigua, que en su interior posee un espacio en el que se respira cultura producto de las pinturas cusqueñas del siglo XVIII. Y allí se encuentra también un piano de la marca alemana Rönisch de 70 años, cuyas teclas fueron acariciadas por músicos de muy reconocida trayectoria como Bruno Gelber, Julio Mazziotti, Leo Sujatovich, Roberto Urbay y referentes locales como Ynés Batura y Marcelo Ayub, entre varios otros.

Esa fue la casa del escritor tucumano Fausto Burgos que luego de estudiar en la Universidad Nacional de La Plata y  ejercer la docencia, se casó con la artista plástica María Elena Catullo. Viajó por todo el país y por el mundo pero en 1916 decidió quedarse en San Rafael y construir esa casa en la que vivió hasta su muerte en 1953. Sus hijos decidieron transformar aquel lugar en un espacio para la cultura y así lo es desde entonces.

 Hoy su nieto, Leopoldo Burgos es el responsable de cuidar un patrimonio que es de todos los sanrafaelinos y por qué no, de los visitantes que recibe el Departamento y buscan un lugar donde contemplar obras de arte y excelentes espectáculos.

Artistas consagrados en el país, del mundo y emergentes tienen un espacio de privilegio en Casa Burgos, una institución abnegada que se niega en desaparecer y seguir cumpliendo el altruista mandato que soñaron sus fundadores