Por quinto año consecutivo, las escasas nevadas durante el invierno decretaron que continuará la emergencia hídrica en Mendoza. Las autoridades del Departamento General de Irrigación informaron hoy sobre el estado de los principales cauces de Mendoza y reflejaron la situación preocupante que se vive en los cauces de la provincia en cuanto al caudal de agua.
En una conferencia de prensa donde el discurso se encuadró en lo caótico, José Luis Álvarez resaltó la necesidad de que la población se concientice sobre esta problemática y colabore siendo solidaria en su consumo.
Según especificó el funcionario, el pronóstico de escurrimiento para la próxima temporada será seca en los ríos Mendoza, Diamante, Grande y Malargüe, y pobre en los ríos Tunuyán y Atuel (este último por sexto año consecutivo).
Es decir, que el volumen de agua de los cauces mendocinos estará nuevamente por debajo de las medias históricas.
“La realidad hoy es que la tendencia es la baja de los caudales. La población ha aumentado, así como la demanda. Así que más allá de la serie de medidas tendientes a cuidar el agua, concientizar a la población y eficientizar el servicio; necesitamos que se deje de derrochar para cuidar a todos los sectores que dependen del agua para producir”, expuso Álvarez.
“Estamos malgastando el agua. Vivimos una crisis que hace que nos tengamos que replantear algunos usos y destinos del agua”, concluyó el funcionario.