San Rafael, Mendoza miércoles 27 de noviembre de 2024

Los orígenes profundos de la megacrisis

The Argentina flag, Casa Rosada, Plaza de Mayo, Buenos Aires, Argentina.

Los orígenes profundos de la megacrisisEl Gobierno se empeña en quitarse la responsabilidad de la gigantesca crisis que vive el país, afirmando que ésta se origina en errores de política económica que se acumularon a lo largo de largas décadas pasadas y que aún no pudieron revertirse. Pero asegura que ahora, por fin, se está en el camino correcto.

El objetivo de esta nota es afirmar que hoy se están aplicando las políticas que históricamente afectaron el crecimiento de la economía argentina, provocando reiteradas crisis y megacrisis que permanentemente frustraron su desarrollo. Hoy, al insistir en el error, en un contexto desfavorable, se ha llevado al país al borde del infierno.

Reiteradamente se señaló tanto en el entorno oficial como en los sectores afines, que el origen de los actuales problemas del país se remontan a 70 años, y en los últimos días -quizás por la impotencia frente a la gravedad de la coyuntura- se ha puesto la mirada más atrás, hablando de 80 y en algunas ocasiones, de 100 años de acumulación de distorsiones que “no pueden resolverse en sólo cuatro años de gestión”.

Ignorando las generalizadas críticas provenientes de todas las franjas de opinión a las políticas aplicadas, afirman que “el único error fue haber sido demasiado optimistas en un comienzo”.

Hablar de 70 años atrás es ubicar el desbarranque en 1949, el apogeo del peronismo. Hablar de 100 años atrás es ubicar el principio de la caída al promediar el primer gobierno de Yrigoyen.

De una forma o de otra se quiere buscar en el “populismo” la causa de todos los males y obviamente se reivindican los “años dorados” de la Argentina agroexportadora, forjada a partir de la Unión Nacional y durante la cual “el país llegó a ubicarse entre los mas ricos del mundo”. Esos resultados se habrían logrado gracias la calidad de las instituciones, la ausencia de corrupción, la buena administración de las finanzas públicas, el control de la inflación y por sobre todas las cosas la libertad de los mercados. Todo ello se habría perdido, afirman los liberales, con los radicales, con los peronistas o para ser más neutrales con la quiebra institucional del golpe de 1930.

Un poco de historia

Argentina entró en default por primera vez en 1827 al no poder pagar los servicios de la deuda con la Baring Brothers. Ese crédito, como ya es sabido, fue realmente escandaloso. De hecho ingresó la mitad del millón de libras esterlinas tomado, no se hizo ninguna de las obras públicas comprometidas y los fondos terminaron financiando la guerra con el Brasil. Una guerra que se ganó en el campo de batalla, pero se traicionó en el campo diplomático, dando lugar a un “tratado deshonroso”, como señaló el entonces presidente Rivadavia al presentar su renuncia. Responsable del mencionado crédito y del deshonroso acuerdo -impuesto por la diplomacia británica- Rivadavia, más allá de los gestos dramáticos, dejó clara más que ninguno la ausencia de un verdadero proyecto nacional del Partido Unitario.

Consolidada la unión nacional ya bajo el control absoluto de los unitarios, Mitre asume la presidencia en 1862 y cobra nueva intensidad el endeudamiento. Pero para llevar al país a la profunda crisis de 1875, fue clave el empréstito tomado para financiar la Guerra con el Paraguay. No fue fácil salir de la crisis. En 1875 asumió la presidencia Nicolás Avellaneda, pionero en señalar que el pueblo argentino estaba dispuesto a pagar la deuda externa con “su hambre y su sed”. En su discurso inaugural Avellaneda describió con claridad cómo se generó la crisis, sin suponer, quizás, que sería el molde sobre el cual se escribiría el futuro. El abultado endeudamiento del país dio lugar a una sobreexpansión del crédito interno que financió una exagerada expansión del déficit fiscal y del comercio exterior y alentó una gigantesca especulación con tierras. Cuando Europa recortó el flujo de capitales todo el castillo se derrumbó. Avellaneda puso en marcha un doloroso proceso de ajuste. Dispuso rebaja de sueldos y despidos masivos del Gobierno como parte de una drástica reducción del gasto público. Se contrajo el crédito, hubo graves problemas en el sistema financiero y fuerte caída de la actividad económica, con elevados costos sociales.

Pero Argentina reanudó el crecimiento con más fuerza. La “matanza del desierto” encabezada por el general Roca permitió una gigantesca expansión de la frontera agropecuaria, que se conjugó con una demanda creciente de materias primas de los países desarrollados para abrir paso a la “generación del 80”, que dio inicio a una etapa de acelerado crecimiento que se extiende hasta la Primera Guerra Mundial.

Pero este proceso se dio en el marco de grandes crisis. La más importante llegó muy pronto, en 1890, con default de la deuda, caída del Gobierno y desde ya profunda recesión. Entre sus causas se encuentra la crisis financiera y del sector externo, el déficit fiscal y una elevada corrupción. Más que originarse en mercados externos desfavorables, estuvo a punto de provocar la crisis de la banca inglesa. Este período estuvo surcado de grandes caídas de la actividad económica, pero, a partir de la década del 30, la salida de estas crisis tendió a ser cada vez más precaria e insatisfactoria, por no haberse dado en el país las bases para su desarrollo industrial.

Pese al significativo desarrollo que tuvo Argentina a partir de la organización nacional -sustentado en sus gigantescos recursos naturales- este fue sólo el que hubiera tenido EE.UU. si en la Guerra de Secesión en lugar de ganar el norte industrial y progresista, hubiera ganado el sur agroexportador y esclavista. Cuando Abhram Lincoln inició su carrera política en 1832 sintetizó sus ideas en tres puntos: “Un banco nacional, un sistema de fomento interno y alto arancel proteccionista”. En Argentina Juan Bautista Alberdi rendía pleitesía al librecomercio.

Es en la herencia colonial de América Latina, que refleja el atraso en el proceso de industrialización de España, donde se gesta el modelo agroexportador de desarrollo argentino. Mientras que las colonias inglesas armadas sobre bases sociales muy, distintas pudieron gestar un horizonte de desarrollo de largo plazo, latinoamérica sólo pudo sustentar su crecimiento en la explotación de sus recursos naturales, sin verdadera difusión de la propiedad de la tierra, ni expansión del mercado interno, ni desarrollo industrial integrado y con capacidad exportadora.

Quienes reivindican hoy la Argentina de 70 o 100 años atrás, quieren hacer de Vaca Muerta o del litio, el equivalente a una nueva “conquista del desierto”, pera expandir nuevamente la frontera productiva, pero ignoran que el país en su dimensión y complejidad necesita hoy mucho mas que la explotación de materias primas de exportación para incorporar y abrir un horizonte a toda su población. Los motores que pusieron en crecimiento al país en la generación del 80, resultan hoy completamente insuficientes y pretender limitarse a ellos lleva inexorablemente a la crisis económica y social, como la que hoy padecemos.

Fuente>https://www.ambito.com/los-origenes-profundos-la-megacrisis-n5029254

 

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Sé el primero en comentar en «Los orígenes profundos de la megacrisis»

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*