365 Tentaciones, el programa de promoción del Ministerio de Economía, te propone consumirlo en tostadas o acompañando a una rebanada de queso e incluso como ingredientes de preparaciones gourmet. Bien cuyano, es uno de los dulces más requeridos por su sabor y propiedades saludables.
Es época de comer dulce de membrillo, sea en jalea, en dulce o el popular y rico “pan” de membrillo. Aprovechemos para consumirlo porque, además de rico, tiene numerosas propiedades e incluso -después de ser elaborado- mantiene todas las cualidades antioxidantes del fruto en fresco.
Es rico en pectina, fibra que suaviza la irritación de las mucosas digestivas y produce alivio a aquellas personas que sufren de acidez, gastritis o úlceras.
Además, los productos en base a membrillo tienen un alto contenido en polifenoles, una sustancia que ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares.
El membrillo, fruto del membrillero, árbol de la familia de las rosáceas, es muy utilizado en panadería como relleno o cobertura de facturas y bizcochos y en la elaboración de las tradicionales pastafloras.
A la combinación del pan de membrillo con una rodaja de queso se lo conoce como “vigilante”, uno de los postres más sencillos y tradicionales de Argentina.
En su versión más gourmet, se pueden agregar nueces o almendras peladas.
La cocina moderna ha apreciado su sabor y utiliza este dulce como parte de guarniciones para acompañar distintas carnes.
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