Con la alegría de su reciente abuelazgo, Cristina de Kirchner llegó casi una hora después a San Nicolás para presidir la inauguración de una planta de desgasificado al vacío de la acería Terniun-Siderar. La demora impidió que los directivos de la empresa, entre ellos, el titular del grupo Techint, Paolo Rocca, pudieran compartir unos momentos a solas con la primera mandataria en el salón vip.
El buen humor no impidió que la jefa de Estado vuelva a replicar a las críticas que sostienen que el sector productivo está teniendo problemas de competitividad al aseverar que «este Gobierno, ha ayudado a la competitividad argentina con la virtuosidad de la producción y del trabajo«.
Además, recordó que entre los costos fundamentales se encuentran los energéticos y el transporte. En este sentido, la Presidente le recordó y anticipó a los empresarios que el «Gobierno ha subsidiado y va a seguir subsidiando, como no lo ha hace ningún otro gobierno en la región, energía y transporte, porque tampoco podemos ignorar que todo esto ha contribuido a la competitividad de los argentinos».
La promesa presidencial respecto a que se continuará subsidiando la energía es una buena noticia para los consumidores pero, sin duda, no llevará mucha tranquilidad a las empresas del sector. Asimismo, esta promesa hará que los analistas económicos ratifiquen sus pronósticos negativos respecto al déficit energético y sus consecuencias en la balanza de pago.
Al respecto, un trabajo de la consultora abeceb.com que dirige el economista Dante Sicca estima que este año la diferencia entre exportaciones e importaciones de energía arrojará un resultado negativo de u$s 4.500 millones.
Por su parte, un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal señala que el déficit comercial energético podría insumir este año casi la tercera parte de los dólares que se generen por la liquidación de la cosecha de los cereales y oleaginosas». Para 2013, indica el trabajo, el saldo negativo de la balanza energética podría llegar a ser de u$s 9.200 millones aunque advierte «que esta situación podría agravarse». De hecho, otros especialistas ya están hablando de que las importaciones argentinas de combustibles y lubricantes rondarán los u$s 14.000 millones.
La afirmación presidencial de mantener los subsidios junto con el déficit energético anticipa que las restricciones al acceso de divisas están lejos de flexibilizarse aún a pesar de estar en un período electoral.
El acto estuvo poblado mayoritariamente de obreros de la empresa divididos entre los representados por la Unión Trabajadores de la Construcción y de la Unión Obrera Metalúrgica que competían entre sí con sus cánticos. Para explicar los asistentes la razón por la cual su gobierno subsidia al sector contó un dialogo que mantuvo con un grupo de empresarios:
«Usted me pide que aumente el transporte y usted se queja de que le piden aumento de salario. ¿Sabe qué pasa? Si yo aumento el transporte, a ustedes les va a ir a pedir inmediatamente aumento de salarios, porque la macroeconomía de un país es eso, es el equilibrio permanente entre todos los intereses»,explicó.
En otro tramo de su discurso reiteró que durante toda la gestión kirchnerista «no se aumento un solo impuesto ni se creó un solo nuevo impuesto». Esto le dio pie para reprocharle nuevamente a los mandatarios provinciales o municipales que deben cuidar la competitividad de la economía y para ello «No puede ser que cuando alguien requiera más recursos, bueno, cree un nuevo impuesto, una nueva tasa, una nueva cosa y, entonces, tengamos finalmente, afectada la economía», remató.
También recordó que el gobierno kirchnerista es el que más ha hecho por el sector industrial. Rescató el rol que tiene la empresa de Paolo Rocca al afirmar que es una «dinastía en términos de construcción, de industrialización del país, que han tenido un rol muy importante» para luego aseverar que «y si hay un gobierno político, que ha hecho de uno de sus ejes fundamentales la industrialización somos nosotros.
Atrás quedaron los tiempos en que el Gobierno amenazaba a Techint de «fundirla» como dijo en su momento el vice ministro de Economía, Axel Kiciloff -presente en el acto- o el cruce de cartas en septiembre del año pasado entre Cristina de Kirchner y el titular de Techint respecto a unos supuestas críticas de Rocca sobre la política industrial de la Argentina.
La Presidenta resaltó la inversión de Techint en la planta, unos u$s 63 millones, en el marco del plan global de inversiones para el período 2012/2013 de u$s 570 millones. «Esto es un país que hemos puesto en marcha uniendo las potencialidades», se afirmó Cristina
Por su parte, los directivos de la empresa reconocen que hoy «las relaciones (con el Gobierno) están razonablemente bien».
La política no podía estar ausente en un año electoral y la jefa de Estado en dos oportunidades mencionó la presencia del candidato oficialista para la provincia de Santa Fe, el ex gobernador Jorge Obei.
También, indirectamente le pegó al sector agropecuario al recordarles que gracias a la «flotación administrada de nuestro tipo de cambio que ha permitido que la producción agropecuaria también se convierta en algo valioso y no se rematen los campos como sucedía allá en el año 2003 porque no se podían pagar las hipotecas de los productores en el Banco Nación».
El día continúo en la Casa Rosada con la entrega vehículos y un avión sanitario para el servicio penitenciario federal por parte de la jefa de Estado. El acto le brindó la oportunidad al ministro de Justicia, Julio Alaxpara que le entregue una camisetita de Racing para el nieto.
Finalmente recibió en su despacho a la Agrupación Familiares y Amigos de víctimas del Atentado a la AMIA que también le obsequiaron una camisetita para Néstor Iván.
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