La artista, quien vive y produce en Mendoza, ha realizado numerosas obras y muestras, tanto en nuestra provincia como en gran parte de la Argentina, América y Europa.
En esta oportunidad, realiza un recorrido por toda su carrera como artista plástica desde sus inicios (1965) hasta sus últimas obras a mediados de 2018. Quienes visiten Entre el grito y la serenidad encontrarán las emociones más profundas de la artista que se hacen realidades a través de sus obras. Su inspiración surge a partir de hechos cotidianos cercanos o no, pero que han marcado profundamente su vida.
Marta Zirulnik de Kotlik nació en 1946 en la Ciudad de Mendoza. En 1970, se recibió de profesora de Bellas Artes, por la Universidad Nacional de Cuyo. Expone de forma conjunta por primera vez en 1969 y de forma individual en 1980, dibujos y pinturas, con la presentación de Ángel Gil. A partir de ese año comienza a exponer de forma ininterrumpida en diversas salas de Mendoza y provincias de Argentina, y su obra llega hasta Europa. Ganadora de diversos premios, jurado y veedora en concursos de la Universidad Nacional de Cuyo, esta artista plástica en sus más de 36 años de docencia ha dictado cursos de Historia del Arte en América y Europa.
Sobre la obra
“En su mundo todo es exacto, traslúucido. Hasta el color transmite serenidad. Todo ignora aquellos espacios tormentosos y lejanos que dieron origen al mundo y que hemos dejado atrás…”. Mercedes López Suarez (Prof. de Historia del Arte).
“La artista expone desde 1967 y cultiva figuración y abstracción con la misma calidad pictórica… dueña de un lenguaje rico que le permite abordar lo abstracto, lo simbólico y lo onírico con la misma solvencia de los mejores pintores. A las naturalezas muertas las trata como si fueran estallidos, hermosos fuegos de artificio, impresiones que producen flores y los objetos en su alma de artista. Su arte es maduro, capaz de sugerir, abstraer y ofrecer encanto personal y significados universales”. Andrés Cáceres (crítico de arte).
“El lienzo blanco, arañado, raspado, descubre la carne viva y el tiempo. Su pintura muestra la paleta de colores con que está pintada su alma. Dolor, pena, esperanza, fuerza y contemporaneidad agobiante… pinta desde el alma y marca con fuego su obra”. Diego Kotlik (arquitecto).
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