A partir de las acciones realizadas el año pasado, cuando se logró reducir la plaga 70%, y con el objeto de profundizar el control, ya se han entregado más del 90% de los difusores de feromonas correspondientes a la primera etapa del Operativo 2018/2019. Hasta hoy, en total se han entregado insumos para 54.270 hectáreas, lo que involucra a 3.879 productores y 4.137 fincas.

La campaña actual contra la polilla de la vid combina herramientas en diferentes etapas, como la entrega de difusores de feromonas, provisión de agroquímicos, alertas de aplicación en momentos oportunos, el servicio de aeroaplicaciones con productos específicos y también aplicación aérea de feromonas. Cada recurso fitosanitario será utilizado según la incidencia de la plaga en cada zona de la provincia.

La entrega de difusores correspondiente a la primera etapa del Operativo 2018/2019 se ha desarrollado en todos los oasis productivos en 11 puntos  de entrega. Los beneficiarios fueron contactados telefónicamente, ya que sus datos están en el registro de más de 8.000 productores inscriptos en el programa.

En total se han entregado insumos para 54.270 hectáreas, llegando a 3.879 productores y más de 4.000 fincas.

El criterio técnico que prima en esta campaña es reforzar las áreas de la provincia con mayor presencia de la plaga. Es por esto que la  distribución geográfica de la feromona se ha intensificado en los  oasis Norte y Este. Ha alcanzado a 3.085 productores y 40.201 hectáreas, distribuidas en 3.158 fincas. En el Valle de Uco se ha asistido a 10.615 hectáreas, 404 productores y  37 fincas. En el caso del Oasis Sur, a 3.454 hectáreas, 394 productores y 442 fincas.

Junto con la entrega de los productos se han desarrollado múltiples capacitaciones destinadas a productores, técnicos y trabajadores rurales a lo largo de todo el territorio provincial.

Las medidas continúan las desarrolladas el año pasado, profundizando en la concientización de la buena aplicación de los difusores y comunicando el impacto positivo que genera el buen manejo, lo que se ha visto reflejado en el retroceso de la plaga. Hasta la fecha han participado en las instancias de capacitación más de 1.780 personas vinculadas de forma directa con estos trabajos.

El control de este flagelo de la vitivinicultura ha sido declarado, a través de la Ley 9076, de interés provincial. La norma establece que el Iscamen es la institución encargada de diseñar y presupuestar anualmente el programa de intervención contra la plaga, con el objetivo de reducir su presión en todos los oasis productivos.

Luego de la entrega y colocación de difusores de feromonas para la aplicación de la Técnica de Confusión Sexual en las áreas establecidas, se entregarán  insecticidas específicos para control de la primera generación de la plaga. En este sentido, se encuentra en marcha el procedimiento de licitación correspondiente a la adquisición de los insumos.

Las entregas corresponderán a los productores ubicados en el Valle de Uco para que realicen por su parte las correspondientes pulverizaciones a mediados de octubre.

En los oasis Norte y Este se realizarán las entregas correspondientes a los productores, según la planimetría que quede establecida por las aeroaplicaciones para el control de la primera generación de Lobesia botrana.

Se prevé llevar a cabo el Servicio de Aeroaplicaciones en el momento oportuno de control de la primera generación del insecto, en los oasis Norte y Este de la provincia, aproximadamente a mediados de octubre. Las acciones en estos oasis serán puntuales en los focos que han quedado de la plaga.

Mediante este servicio también se llevará a cabo la pulverización de feromonas en noviembre, a fin de interrumpir las cópulas de los insectos durante el segundo vuelo en la temporada.

De acuerdo con la evolución del Operativo de Control, es posible que la feromona pulverizable también se utilice en zonas de Mendoza que el programa determine como críticas.

Tanto el operativo anterior como el que se está ejecutando actualmente son de dimensiones extraordinarias. Por eso la provincia es reconocida internacionalmente como el lugar con mayor tasa de transferencia tecnológica, en función a la cantidad de hectáreas, productores y financiamiento involucrado.