San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

No hay agua más cara que la que no se tiene

AGUA ac
En el marco del I Encuentro Internacional de Agua, Productividad y Desarrollo Económico organizado por el Departamento General de Irrigación durante junio, revista La Bolsa, charló con el especialista en hidrología y políticas hídricas de las Universidades de Arizona y Cornell, el estadounidense Christopher Scott. El científico precisó algunos conceptos sobre lo que hacen respecto a la eficiencia en el recurso hídrico cada vez más escaso, algunas regiones del mundo con características climáticas y geográficas similares a Mendoza.
“Para garantizar la seguridad del agua, se requiere de un manejo flexible, es decir, planificación interactiva que tome en cuenta las incertidumbres, inicie respuestas y evalúe resultados” (Scott)
Consultado sobre por donde debía ir el plan o una estrategia eficiente en la gestión del agua, Scott, nos precisó que “el factor que a veces despreciamos o le damos menos prioridad o inclusive a veces ignoramos es la demanda hídrica, el balance hídrico no refiere solamente a medir los niveles de precipitación o el escurrimiento de los ríos o analizar las partes y los detalles más técnicos; se trata además de entender minuciosamente la demanda del recurso. Como es la evolución de la demanda y muchos factores del consumo de agua en la agricultura, cuanto volumen de agua necesitamos y como vamos hacer más eficiente el uso. Es aquí donde entra el gran debate de si estamos haciendo uso eficiente para ahorrar agua e inmediatamente entregarla a un nuevo usuario o si estamos ahorrando para tener un “colchón”, un “reservorios” para enfrentar sequias futuras o circunstancias complejas en materia hídrica en la región. 
En ese sentido, no hay agua más cara que la que no se tiene. Tenemos que invertir para ahorrar, para tener seguridad hídrica en un futuro no muy lejano. Hay quienes proponen –respecto a la eficiencia- que debemos pasar recurso hídrico que se utiliza en la agricultura al sector urbano. Esto no es así. Lo que digo es que hay que ahorrar agua, mantener los excedentes y dejarlos en la presa, no aprovecharla o dejarla en el subsuelo. El objetivo es que esa reserva nos sirva en épocas de crisis, como la que está viviendo Mendoza –y muchos sitios del mundo con características climáticas similares a Mendoza-, por estos tiempos, para adaptarlas a sequias futuras o situaciones más extremas. Ineficiencia no necesariamente es sinónimo de mal uso. A veces puede ser una garantía que me permite tener una flexibilidad para enfrentar las situaciones extremas”.
Caso de la India
El doctor en hidrología hizo referencia a un par de procesos que se pusieron en marcha en la India –en zonas con similares características a la región de Cuyo-. Los puntos son dos: uno es que se depende en gran escala en los mantos acuíferos de aguas subterráneas, ya que no se puede seguir dependiendo de las grandes obras hidráulicas, seguir construyendo diques de grandes dimensiones y altos costos. Aseguró Scott, “no estoy diciendo que no se pueden contemplar ese tipo de solución, pero a la par debemos y tenemos que tener intervenciones a diferentes niveles de escala y diferentes niveles de costos. El manejo de aguas subterráneas es solamente un tema de “software” no pasa por construir grandes obras (o “hardware”). En la misma línea cuando se proponen este tipo de soluciones, se debe tener una política energética adecuada, ya que para extraer las aguas subterránea de los acuíferos se requiere de esa energía (en uso de bombas, por ejemplo).   Asimismo, se debe contar con legislación adecuada, instituciones y gobierno del recurso.
India está intentando poner en orden en manejo de sus aguas subterráneas, todavía les queda mucho camino por recorrer, pero ya comenzaron. La población ha tomado conciencia de la problemática y se han puesto a trabajar.
En esa perspectiva, los indios están haciendo algo muy interesante. Están reduciendo los costos que le demandan las obras de sistemas de riego por goteo y aspersión. En otras partes del mundo se requiere aproximadamente entre 15 y 20 mil dólares por hectárea para equipar un terreno con sistemas de riego eficiente. Los indios han logrado reducir esos costos en un factor de 10. Aproximadamente entre 2 mil y 5 mil dólares cuesta en India este tipo de sistema que se realizan de manera más económica y casera.  Fabrican sistemas de riego eficiente más rudimentario con tuberías de goteo más elementales, sin aplicar tanta tecnología sofisticada. Con esa metodología han logrado bajar considerablemente los costos, y por supuesto, los pequeños productores reciben algo de ayuda del gobierno. Pero ellos ya están trabajando, ya tomaron conciencia, que para mí es la clave del éxito de cualquier estrategia para ser eficiente con el recurso hídrico.
El re uso de aguas residuales
Según el experto norteamericano, el re uso se esta aplicando en el mundo desde hace mucho tiempo. El re uso es el proceso de utilizar las aguas residuales de la ciudad –aguas servidas- o pueden ser también aguas de drenaje en los distritos de riego.
Y aquí se pone en juego la calidad de esas aguas. Si hablamos de aguas residuales de la ciudad, pueden ser agua con bacterias y contaminación microbiológicas. Por eso, en primera instancias, las aguas residuales también nos pueden servir como un recurso para el futuro. Pero para eso hay que cambiar la mentalidad y no tratar a ese tipo de aguas como un desecho. Hay que convertirlo en recurso. En Tucson, por ejemplo, -un territorio de similares características que Mendoza- tenemos que entre un 10 y 15% de la demanda de la ciudad se satisface con aguas residuales tratadas. Las utilizamos en campos de golf, en céspedes de canchas universitarias, parques públicos, reservando el agua de mejor calidad para el consumo humano. Y ahora estamos estudiando –a partir de la necesidad que ha surgido-, de recargar esas aguas residuales tratadas en los acuíferos y mediante un tratamiento estudiado bien a detalle producir la filtración para reutilizarlas nuevamente. Hay que pensar el futuro de las aguas residuales tratadas como un elemento más en la forma de ser eficiente con el recurso y de asegurar el futuro hídrico de la región.
 Fuente. Revista de la Bolsa de Comercio de Mendoza
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