San Rafael, Mendoza lunes 25 de noviembre de 2024

El estrés comienza en la niñez, pero pocas veces se diagnostica

Las enfermedades relacionadas con el estrés son una importante causa de mortalidad y discapacidad. El estrés es un mal que puede producir problemas de salud serios.

El estrés es una respuesta orgánica anormal, desadaptada, en la cual el organismo intenta defenderse frente a una amenaza pero su capacidad de acomodación ha sido superada. La Asociación Americana de Cardiología ha establecido que el estrés es un factor de riesgo para padecer, entre otras afecciones, infarto agudo de miocardio, accidentes cerebrovasculares, hipertensión arterial y diabetes tipo 2.

Enfermarse por estrés implica un fracaso en los mecanismos homeostáticos –aquellos procesos fisiológicos que regulan el funcionamiento de los diferentes sistemas orgánicos-. Esto quiere decir que cuando estamos estresados todas nuestras funciones corporales trabajan en forma deficiente: el aparato cardiovascular, la respiración, la digestión, la inmunidad, la secreción hormonal. De esto se desprende que el estrés puede impactar seriamente sobre la salud porque afecta negativamente a toda nuestra economía.

Cuando padecemos estrés el equilibrio fisiológico se ha roto, nuestras defensas psicológicas no fueron capaces de acomodarse a la amenaza percibida y el impacto corporal es inevitable.

Por el Dr. Eduardo Silvestre. Divulgador Científico de Grupo Medihome

Estar angustiado, nervioso, irritable, preocupado o con ánimo deprimido no significa necesariamente estar estresado. Estas son solo expresiones sintomáticas, indicadores de que algo desagradable nos está sucediendo. El estrés va más allá de estos síntomas psicoafectivos. Cuando padecemos estrés el equilibrio fisiológico se ha roto, nuestras defensas psicológicas no fueron capaces de acomodarse a la amenaza percibida y el impacto corporal es inevitable.

El estrés es un mal que puede producir problemas de salud serios.

El estrés es un mal que puede producir problemas de salud serios.

Para padecer estrés es necesaria la existencia de una experiencia traumática significativa. Cabe preguntarnos, entonces: ¿por qué ante situaciones adversas similares algunos enferman y otros no?

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La presencia de una experiencia adversa -por más intensa o dolorosa que sea- generalmente no alcanza, por sí sola, para superar nuestros mecanismos de defensa. La mayoría de las personas logran acomodarse, se recomponen y continúan viviendo con mayor o menor costo psicoafectivo, pero no necesariamente enferman. En aquellos individuos que si lo hacen, hay, casi sin excepción, una marca previa, una anomalía en la constitución de su psiquismo que les impidió construir resiliencia, que conspiró con su capacidad de afrontamiento. Esa marca, ese primer impacto que los hizo susceptibles, vulnerables, se remonta casi siempre a los primeros años de la vida. Las experiencias traumáticas ocurridas en la infancia que no han sido debidamente resueltas son un significativo factor de riesgo para padecer estrés en la vida adulta. Enfermar o no enfermar, entonces, va más allá de las adversidades, la existencia de un sostén vincular apropiado será el determinante principal que incline la balanza hacia uno u otro lado. Esa capacidad de superar las adversidades con poco costo corporal o incluso salir fortalecidos, se conoce con el nombre de «resiliencia».

Resiliencia​

Durante la 2° Jornada Internacional de la Sociedad Argentina de Psicoinmunoneuroendocrinología que tuvo lugar hace algunos días, el Dr. Boris Cyrulnik, neuropsiquiatra, psicoanalista y uno de los fundadores de la etología humana, presentó sus investigaciones en el campo de la resiliencia. Explicó un estudio comparativo de lo que ocurrió durante la guerra del Líbano tanto en Beirut como en Trípoli. En Beirut, que fue la ciudad más cruelmente bombardeada, con más muertes y con más meses de asedio, los estudios sobre el terreno demostraron que los niños presentaban muchos menos casos de síndrome de estrés post- traumático que en Trípoli, que estuvo más tranquila. La explicación: la propia situación de Beirut hizo que aumentase la solidaridad y el contacto en las familias mientras que en Trípoli los niños estaban sufriendo sencilla y llanamente abandono afectivo.

El estrés es un mal que puede producir problemas de salud serios.

El estrés es un mal que puede producir problemas de salud serios.

La respuesta fisiológica al estrés y el estrés enfermedad

En todos los animales superiores, incluido el hombre, el organismo cuenta con una herramienta esencial para defenderse ante las situaciones que amenazan su integridad.Cuando el cerebro evalúa que una situación es peligrosa, pone en marcha -«enciende» un mecanismo adaptativo para defenderse, para afrontar la situación. Este «encendido» produce un importante cambio en todo el organismo: se aceleran el corazón y la respiración, la sangre se concentra en los músculos y las pupilas se dilatan. En fin, toda una serie de preparativos corporales y conductuales para estar «listo para la lucha o la huida». Cuando el cerebro evalúa que la amenaza ha cesado, el mecanismo se apaga y todo vuelve al estado basal, a la normalidad. Este mecanismo fisiológico y conductual se conoce con el nombre de «Respuesta de Estrés», presente en todos los animales y esencial para preservar la especie.

El estrés es un mal que puede producir problemas de salud serios.

El estrés es un mal que puede producir problemas de salud serios.

Cuando hablamos de que una persona padece estrés, queremos significar que algo anda mal. Algo se ha desacomodado. Esa persona tiene una Respuesta de Estrés desadaptada, desequilibrada, disfuncional. Desde el punto de vista médico, estar estresado es tener una Respuesta de Estrés enferma. Esta respuesta es el resultado de la combinación de 3 factores: es exagerada (demasiado potente), es muy sensible (se enciende muy fácil, incluso cuando no hay peligro real) y no se apaga cuando la amenaza desaparece

El estrés y la neurociencia

Experiencias con diferentes especies animales han demostrado que las crías sometidas a un estrés crónico durante determinados «períodos críticos«, propios para cada especie, se comportan de manera distinta a aquellos que no son sometidos a dicho estrés. Se producen modificaciones en el patrón de secreción de hormonas y neurotransmisores junto con alteraciones en el crecimiento físico y en la maduración. Es interesante destacar que en experiencias con ratones, que fueron seguidos durante toda la vida del animal, cuando llegan a la edad adulta presentan una Respuesta de Estrés anormal, desadaptada, enferma, cuando son enfrentados con una situación de amenaza. En conclusión, en algunas especies animales, la presencia de un estrés sostenido durante ciertos «períodos críticos» produce:

  • cambios en el patrón de secreción de hormonas y neurotransmisores
  • retardos en el crecimiento y en la maduración
  • acortamiento de la expectativa de vida
  • respuesta anormal al estrés en la vida adulta.

¿Qué ocurre en los niños?

Tanto el temperamento como la biología corporal tienen fuertes condicionantes epigenéticos -van más allá de los genes-. Los factores medioambientales, psicosociales, culturales y religiosos modularán tanto la conducta social como la fisiología de nuestro organismo. Las experiencias acontecidas durante los primeros años de la vida (período de máxima plasticidad neuronal) son fundamentales para armar la estructura de nuestro psiquismo y condicionarán la forma de responder a las amenazas. La manera de responder a las situaciones que evaluamos como peligrosas para nuestra integridad -Respuesta de Estrés- se irá constituyendo y grabando en el cuerpo. Que esa respuesta fisiológica y conductual se desarrolle en forma sana o enferma (disfuncional) dependerá en gran parte de los factores epigenéticos arriba mencionados y del acompañamiento que el niño reciba de su entorno para superar las adversidades -la presencia «del otro» será fundamental-.

Para que un niño pueda construir una respuesta de estrés sana necesita ser deseado, querido, protegido, acompañado, educado y comprendido. Si estas condiciones están presentes las posibilidades de superar las adversidades que le presente la vida serán muy altas.

Dr. Eduardo Silvestre. Divulgador Científico de Grupo Medihome

Estudios realizados con niños que sufrieron experiencias traumáticas desde la temprana infancia (aislamiento social, abuso, maltrato, entre otras) demuestran que también, al igual que los animales, una alta proporción de estos niños maduran y crecen en forma deficiente y presenta una Respuesta al Estrés de tipo disfuncional.

El estrés es un mal que puede producir problemas de salud serios.

El estrés es un mal que puede producir problemas de salud serios.

Finalmente, estamos en condiciones de inferir que los cambios químicos (biológicos) que se producen en los niños sometidos a situaciones de estrés crónico, son los responsable directos de los síntomas que presentan. Han sido descriptos anormalidades en la secreción de Cortisol -hormona que producen las glándulas suprarenales- y de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina)

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Es importante aclarar, que un síntoma o un signo físico nunca son categóricos -en lo que al diagnóstico de una enfermedad se refiere-. Siempre son sugestivos, indican probabilidad. Cada persona es única e irrepetible y sus síntomas estarán condicionados por sus características biológicas personales y por sus propias experiencias de vida. Hecha esta salvedad, confeccionaremos una lista de aquellos suelen presentarse con mayor frecuencia.

Con la finalidad de ser más gráficos, los clasificaremos por etapas de la niñez:

En el lactante

Llanto inconsolable, espasmo del sollozo, mal progreso de peso, irritabilidad, trastornos de la alimentación y del sueño.

En la primera infancia y segunda infancia

Problemas de conducta diversos, trastornos de la alimentación, del sueño y gastrointestinales

En la adolescencia

Intolerancia al ejercicio físico, trastornos psicoafectivos (ansiedad, depresión), de la conducta alimentaria severos, colon irritable, desmayos repetidos, dolor de cabeza y cansancio crónicos.

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De acuerdo a lo mencionado, resulta de vital importancia la detección temprana y su abordaje adecuado para prevenir futuras y serias complicaciones en los niños, ya que el estrés puede afectar a cualquier persona en cualquier período de su vida.

Opciones para que los niños desarrollen una respuesta sana al estrés

Las experiencias afectivas por las que el niño atraviese y la manera como se resuelvan los conflictos serán fundamentales. “Nada ni nadie puede evitar que sufran” –tal como decía Joan Manuel Serrat en “Esos locos bajitos”-. No podremos evitarles el sufrimiento pero la calidad del sostén vincular con el que cuenten será un determinante prioritario para su salud tanto física como psicológica. Su respuesta conductual y biológica frente a la adversidad podrá ser condicionada incluso desde la vida intrauterina.

El estrés es un mal que puede producir problemas de salud serios.

El estrés es un mal que puede producir problemas de salud serios.

Para que un niño pueda construir una respuesta de estrés sana necesita ser deseado, querido, protegido, acompañado, educado y comprendido. Si estas condiciones están presentes las posibilidades de superar las adversidades que le presente la vida serán muy altas.

El estrés en edad avanzada

La vejez es un período de máxima vulnerabilidad al estrés. Con el paso de los años todas las respuestas fisiológicas se van deteriorando, los mecanismos adaptativos frente a las adversidades son menos eficientes y las posibilidades de enfermar aumentan significativamente. Los lazos vinculares y el apoyo social serán fundamentales para transitar una ancianidad saludable. En nuestra experiencia de trabajo con pacientes en internación domiciliaria podemos comprobar a diario el fuerte impacto negativo que se produce cuando un anciano necesita ser hospitalizado.

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A los problemas de su enfermedad de base, se le agregan los inconvenientes de estar alejado de sus afectos, de sus cosas cotidianas, de sus costumbres. A esto se le suman el mayor riesgo de infecciones, los trastornos del sueño, los problemas de alimentación. Entendemos que es necesario ser conscientes de esta problemática y debemos evitar la hospitalización de los pacientes cuando haya factibilidad de otros recursos sanitarios (centros de día, internación domiciliaria).

El estrés es un mal que puede producir problemas de salud serios.

La internación de un paciente, por sí misma, independiente de la causa que la origine, se constituye en un factor muy importante de estrés, que condiciona la evolución de la enfermedad. Resulta estresante tanto para el paciente como para su familia. Se recomienda internar sólo cuando sea necesario, otorgar altas tempranas y utilizar, cuando las condiciones del paciente lo permitan, el recurso de la internación domiciliaria. Muchos de nuestros pacientes padecen enfermedades crónicas, y tanto ellos como sus cuidadores ocasionales son propensos a sufrirlo.

* Por el Dr. Eduardo Silvestre (M.N. 57.969) Divulgador Científico de Grupo Medihome

Fuente:https://www.clarin.com/buena-vida/salud/estres-comienza-ninez-pocas-veces-diagnostica_0_H1E7Z_f7m.html

 

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