San Rafael, Mendoza viernes 22 de noviembre de 2024

Inseminación artificial casera, planear un hijo lejos de los médicos

embarazo

En este procedimiento, se inyecta una jeringa con esperma en el tracto reproductivo de la mujer; se lo puede realizar ella misma; qué opinan los especialistas

El método es simple, tanto que este tipo de inseminación artificial se puede realizar en el hogar, sin intervención médica. En la inseminación vaginal (IV) o «casera», el esperma del hombre se inyecta mediante una jeringa en el tracto reproductivo de la mujer, de modo similar a lo que ocurre en una relación sexual, sólo que con un método artificial. La mujer inseminada -generalmente con semen de un conocido- se queda una media hora en reposo y luego sigue su vida normal. En los próximos 13 días sabrá si dio resultado y quedó o no embarazada.

Esos son los pasos que siguieron Martín (*) , un homosexual con ganas de ser padre, y una amiga suya lesbiana, que también quería tener un hijo, ambos treintañeros. Primero se acercaron a una clínica para consultar por un tratamiento de inseminación artificial, pero como ninguno de los dos tenía problemas de fertilidad decidieron intentarlo solos de un modo más íntimo. «Nos pareció lo más tranquilo, un método no invasivo, natural si se quiere», dice Martín.

Narra ese momento de concepción algo particular. Colocó su semen dentro de una jeringa; su amiga se recostó en la cama y por su cuenta se la introdujo. Se quedó en esa posición casi una hora y luego siguió su vida normal. En función de la fecha de ovulación, y teniendo en cuenta que el día 14 es el más fértil de un período regular de una mujer, repitieron el procedimiento los días 13, 15 y 17. «Para asegurarnos lo hicimos tres veces en un mes. No funcionó. Al segundo mes que lo intentamos, quedó embarazada», relata.

Él está feliz, ya nació sus bebe y no duda en recomendar este método. En este caso, ninguno de los dos tenía problemas de infertilidad; cuando el varón los tiene y son severos, el procedimiento se suele realizar recurriendo a un banco de semen, que entrega una muestra lista para ser inseminada pero dentro del útero. El resto de la espera es idéntica a la de Martín y su amiga.

 
El esperma se inyecta con una jeringa en el tracto reproductivo de la mujer. Foto: Archivo / Reprotec

¿Pero, qué opinan los especialistas en temas de fertilidad? El director de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (Samer) , el médico Sergio Papier, reconoce que la inseminación vaginal está descripto en el glosario de terminología de técnicas de reproducción asistida elaborado por la OMS y también está contemplado en el proyecto de ley de cobertura por tratamientos de infertilidad, pero él no lo considera una técnica médica porque no se requiere ningún profesional de la salud en el proceso.

«Desde el punto de vista técnico es válido, pero no es algo que los médicos recomendemos; si hay problemas de fertilidad la ciencia avanzó muchísimo con técnicas más eficientes que esa», informa. «Por ejemplo, se puede estimular la ovulación para acortar los tiempos».

Investigaciones médicas oficiales coinciden en que la inseminación intrauterina tiende a ser doblemente exitosa que la vaginal. Esto es, para mujeres con la misma muestra de semen, este método «casero» tiene un 20% de probabilidades de efectividad en cada inyección de semen; con la inseminación intrauterina puede alcanzar un 30% según la edad de la mujer.

UN ACERCAMIENTO «ROMÁNTICO»

El tema de la eficiencia se relativiza en parejas en las que el problema no es la infertilidad sino que hay en juego variables de otra índole. Por ejemplo, la falta de deseo de tener relaciones íntimas con alguien del sexo opuesto; problemas por alguna fobia sexual o, incluso, impedimentos por mandatos religiosos.

El médico ginecólogo Fernando Neuspiller, director de la Clínica de Infertilidad IVI Buenos Aires, informa que la mayoría de las personas que recurren a este método son parejas de mujeres lesbianas. También es utilizado por personas que por cuestiones religiosas no tienen permitido «introducir en la vagina instrumental médico».

«Las que más interés tienen son lesbianas. Terminan haciéndose el procedimiento en sus casas, en general, con una muestra de semen que ellas consiguen. Y se monitorean solas», comenta Neuspiller, miembro de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (Samer). Ratifica que no se necesita presencia médica y que, además, no observa riesgo allí. «Sabiendo que el donante es sano, que tiene una muestra normal de semen, se puede hacer tranquilamente», opina.

 
La inseminación intrauterina es más efectiva que la vaginal. Foto: Archivo / LA NACION

La directora de Reprotec y su banco de semen Reprobank, la bióloga Vanesa Rawe, coincide con su mirada. Hace una salvedad: «Es importante darle a las parejas la información de que es menos eficiente que otro tratamiento así los pacientes saben y tienen posibilidades de elegir».

Agrega que conoce parejas que intentaron este método con buenos resultados. «Les va bien cuando no hay causas de infertilidad importantes. Diría que está destinado a mujeres sanas, sin obstrucción en las Trompas de Falopio y que dispongan de varones con buenas muestras de espermatozoides», informa.

Cuenta que en su consultorio también la mayor demanda es de parejas de chicas lesbianas que tienen una muestra de semen de un donante conocido. «Usan este método como una primera aproximación a la maternidad, como algo romántico», comenta. «No está mal como un intento».

Los especialistas observan que cuando este método fracasa, como no demandó una inversión de dinero ni intervenciones médicas, las parejas siguen dispuestas y con ánimo para iniciar alternativas más complejas.

Papier, el más escéptico de los médicos consultados, en cambio, alerta sobre la seguridad del procedimiento y no cree que sea sin riesgos. «Cuando se realizan tratamientos en una clínica se hacen controles de la muestra de semen, por ejemplo para el tema del VIH», manifiesta. «Si la variable de ajuste son los costos, habría que trabajar para que exista cobertura en los procesos de inseminación», propone.

(*) Martín es un nombre de referencia; la persona que dio el testimonio pidió preservar su identidad

¿QUÉ ES?

  • La inseminación vaginal (IV), también conocida como inseminación «casera», es considerada no invasiva. Se trata de un procedimiento en el que, el esperma del hombre se inyecta en la vagina de la mujer mediante un método artificial, como una jeringa.

¿QUÉ OTROS PROCEDIMIENTOS SIMILARES EXISTEN?

  • Introducir el esperma en la base del cuello del útero, lo que se conoce como inseminación intravaginal (IVI); directamente en el útero, conocida como la inseminación intrauterina (IIU) o en las trompas de Falopio [inseminación intratubárica (ITI).

¿CÓMO ES LA INSEMINACIÓN EN EL HOGAR?

 Una vez que tiene la muestra de esperma a partir de un banco de esperma o de un donante, el primer paso sería alcanzar una posición cómoda en la cama, preferentemente con las caderas elevadas con un almohadón. Luego, se carga la muestra en una jeringa sin aguja y se inserta suavemente en la vagina lo más adentro posible; allí se deposita el esperma. Se retira la jeringa y la mujer queda en reposo unos 30 minutos, para ayudar a que el esperma llegue al óvulo.

Por Verónica Dema  | LA NACION

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