Es una actividad que se realiza en Mendoza desde hace más de una década. Entre 2007-2017 se analizaron 2.762 muestras vegetales. En el 86,6% de los casos no se detectó ningún residuo, mientras que el 10,4% de las muestras los presentaron por debajo de las tolerancias permitidas.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), “existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana”. Se entiende por inocuo a todo alimento que no causa daño a quien lo consume.
Mediante la implementación de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), se procura reducir al mínimo las posibilidades de que un alimento intrínsecamente saludable pueda llegar a producir daño a la salud a partir de la manipulación del hombre.
La utilización de productos agroquímicos para el control de plagas agrícolas impactará positiva o negativamente según el uso que se haga de ellos para la protección de los cultivos.
Los agroquímicos son, en mayor o menor medida, potencialmente peligrosos para el productor, su familia, el medio ambiente y los consumidores. Las Buenas Prácticas en el Uso de Agroquímicos suponen realizar todas las tareas necesarias para evitar o minimizar los riesgos que implica el uso de estos productos.
Tiempo de carencia
El tiempo de carencia por parte del aplicador es una buena práctica agrícola que consiste en respetar el tiempo que debe transcurrir entre la aplicación de un producto y su cosecha. De esta manera, se permite que el agroquímico se degrade y no queden residuos en los productos vegetales. Respetar los tiempos de carencia por parte de los productores es una Buena Práctica Agrícola que se verá reflejada en el nivel de residuos detectados poscosecha.
La detección analítica de residuos en vegetales, según el nivel de residuos encontrados, nos puede indicar si las aplicaciones han sido correctas o incorrectas. Es decir, si se tuvo en cuento el tiempo de carencia.
Muestreo y detecciones de residuos de agroquímicos
A través del Programa de Agroquímicos del Iscamen, desde hace más de 10 años se toman muestras vegetales en búsqueda de residuos de agroquímicos que responden a grupos químicos como los organoclorados, organofosforados, carbamatos y piretroides.
Las muestras vegetales se extraen sistemáticamente a través del tiempo en el Mercado Cooperativo de Guaymallén y Mercado Cooperativo Productores Acceso Este. También en los Hipermercados Carrefour, Jumbo Retail Arg. SA, Depósito VEA, Makro Supermercado Mayorista SRL, Coto CICSA, Wal Mart, Tadicor y Libertad SA, con todas sus sucursales. Además, en acopiadores de frutas y verduras.
Se toman muestras dos veces por semana, sacando tres muestras por vez. Esta forma de muestreo se debe a la capacidad operativa del Laboratorio de Pesticidas de la Estación Experimental Agropecuaria Mendoza del INTA, en Luján de Cuyo, que es el único laboratorio que cumple con las exigencias técnicas y operativas. En tanto, los análisis de vigilancia de realizan en Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI)
Todas estas acciones se concretan siguiendo las normativas nacionales que establecen las tolerancias permitidas (Res. Senasa 934/10 y Res. Senasa 608/12).
En el período 2007-2017, se realizaron 2.762 muestras, de las cuales 67,5% (1.864) responden a extracciones de control, y 33,5% (898) a extracciones de vigilancia.
Del total de vegetales muestrados en 2017, 64% no presentaron residuos; el25% presentaron residuos en niveles legales permitidos y en el 11% de las muestras se encontraron residuos superiores o no permitidos para el cultivo. Estos últimos fueron decomisados y destruidos.
De las 36 especies vegetales muestreadas, la lechuga fue la más analizada. Fue muestreada 25 veces y sólo en una muestra se encontraron residuos no permitidos.
En lechuga, mandarina, acelga y cereza se detectaron residuos como consecuencia del desvío de uso.
En tomate, manzana, naranja, pera, choclo, pomelo, limón, brócoli y durazno se presentaron residuos a niveles permitidos según normas nacionales. En los 23 vegetales restantes no se detectó ningún residuo.
Las muestras vegetales sin detección y con detecciones de residuos dentro de las tolerancias permitidas permiten confirmar el manejo correcto por parte del aplicador considerando el respeto por el tiempo de carencia.
Más allá de los alentadores resultados, únicas evidencias empíricas existentes en la provincia al respecto y posiblemente el mayor análisis sistemático existente en el país, aún queda una importante labor cultural por realizar. Esto es así porque lograr una disminución de esos valores requiere de profundizar un cambio conductual del productor mediante capacitación y más información en los distintos niveles de producción y comercialización.
Resultados
Como resultado de las muestras de control, se puede observar que en 86,6% de los casos no se detectó ningún residuo, mientras que 10,4% de las muestras presentaron residuos por debajo de las tolerancias permitidas. Estos valores demuestran la correcta aplicación en cuanto al respeto del tiempo de carencia en relación con las Buenas Prácticas Agrícolas.
El 4,1% de las muestras vegetales presentaron en su mayor parte residuos por “desvío de uso” y en menor medida fueron superiores a las tolerancias. En todos los casos, el Iscamen aplicó sanciones económicas, se decomisaron los productos y se destruyeron los vegetales.
En relación con el muestreo de vigilancia, se detectó que 78% de las muestras no presentaron detecciones de residuos mientras, que en el 11% se encontraron residuos no permitidos (desvío de uso).
En las 2.762 muestras analizadas en la serie 2007-2017, se detectaron 22 principios activos en 258 oportunidades. El 50% de las detecciones en el período analizado responden al grupo químico de los fosforados, siendo el de mayor detección el principio activo clorpirifos, detectado 88 veces. El 57% de esas detecciones estaban en las tolerancias legales permitidas y el 43% restantes estaban fuera de tolerancia ya sea por que superaban el límite o porque fue aplicado en cultivos no registrados, es decir que hubo un desvío de uso.
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