Hace tan solo unos días, se abrió el debate en el Congreso de la Nación por el aborto legal, seguro y gratuito. Marcadas posiciones se han establecido a favor y en contra de su despenalización, argumentando estos últimos que el derecho a la vida es un derecho de supremacía constitucional basado en los tratados internacionales de derechos humanos.
Sin embargo, el alcance global de esta discusión ha puesto a algunos de estos pactos bajo la lupa. Expertos integrantes del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas –CDH-, desde julio del año pasado intentan darle un nuevo significado al derecho a la vida, que se encuentra definido en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, con la intención de excluir al niño por nacer de esta derecho. Con ello, se pretende que el aborto sea un derecho garantizado por tratado, además de que debe ser “efectivo y asequible”.
Por su parte, el pasado 28 de septiembre –día de Acción Global por el Aborto Legal y Seguro- otro grupo de expertos del CDH, llamó a todos los Estados a derogar las leyes que penalizan y restringen el aborto, y pidió la liberación de aquellas mujeres que se encuentren en prisión por cargos de aborto, para así contrarrestar los estigmas que existen contra el mismo. De acuerdo a la declaración de los investigadores “actualmente, hay muchos factores que contribuyen a que a las mujeres les sean negados los servicios esenciales de salud para la interrupción del embarazo y la atención posterior al aborto. Éstos incluyen la criminalización, la reducción de la disponibilidad de servicios, la estigmatización, la disuasión y las actitudes despectivas de los profesionales de la salud. Estos factores empujan a millones de mujeres a abortos inseguros y las dejan sin tratamiento esencial para su recuperación”. Es por ello que, tomando en cuenta tan importante fecha, se instó a todos los Estados “a que pongan fin a la criminalización del aborto y aseguren que todas las mujeres puedan acceder a todos los servicios de salud necesarios, incluida la atención sexual y reproductiva, de manera segura, en consonancia con sus derechos humanos.”
De acuerdo a cifras aportadas por la Organización Mundial de la Salud en septiembre de 2017, entre 2010 y 2014 hubo 25 millones de abortos en el mundo realizados en condiciones inseguras, la gran mayoría en países en desarrollo. Además, se calculó que entre un 4,7% y un 13,2% de la mortalidad materna anual es producida por este tipo de prácticas. A partir de estos números es importante tener en cuenta que, las principales personas expuestas a estos riesgos son mujeres que viven en condiciones de desigualdad y pobreza.
Estos datos, nos muestran una realidad social que ha llevado a que grupos de expertos en derechos humanos, aboguen por el aborto como un derecho a considerar dentro de la Convención para Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer y la Convención contra la Tortura y otros Tratos y Penas Crueles o Degradantes, convenciones que gozan de una jerarquía superior a las leyes nacionales.
No obstante, hay que destacar que el CDH es un órgano de carácter consultivo, es decir que sólo emite recomendaciones y observaciones sobre los tratados. Por lo tanto, la única forma de que el aborto pueda llegar a considerarse como un derecho humano es mediante la firma y ratificación de un pacto internacional entre las partes, lo que le daría valor constitucional. Esto nos lleva a pensar en la imposibilidad de lograr tal objetivo, dado que sólo son 60 países los que han despenalizado el aborto sin ningún tipo de restricción, siendo México y Uruguay los únicos latinoamericanos que pudieron alcanzar esa legislación. Sin embargo, el CDH tiene la influencia necesaria para seguir avanzando en la temática alcanzar sus propuestas.
¿Podría esto incidir en el debate legislativo argentino? No por el momento, ya que no hay tratado internacional vigente que establezca al aborto como un derecho humano.
Entonces, ¿para qué nos sirven todos estos tecnicismos? Para comprender aún mejor esta discusión. Para entender una realidad que se vive no sólo en nuestro país, sino también a nivel regional y a nivel mundial.
Hoy, son cada vez más las personas que destacan la importancia de convertir al aborto en un derecho. ¿Podrá entonces convertirse en un derecho humano? No podemos saberlo. Lo que sí sabemos con certeza, es que finalmente el proyecto de Ley del Aborto Legal, Seguro y Gratuito está siendo debatido en el Congreso de la Nación, lo que implicaría un pequeño paso para que nuestra sociedad pueda seguir cambiando.
Gentileza: Ana Collado ana.collado@hotmail.es
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