San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

Inversiones al banquillo: queda un largo camino para alcanzar la lluvia prometida

Inversiones al banquillo: queda un largo camino para alcanzar la lluvia prometidaSi bien fueron las que apuntalaron el crecimiento en 2017 y volverán a hacerlo en 2018, su nivel están aún lejos del 20% del PBI que se requiere para comenzar un crecimiento sostenido.

El escaso nivel que históricamente tuvo la inversión en la Argentina es una de las razones que explican el retroceso relativo de su economía, no ya respecto de los países desarrollados sino en relación con sus vecinos. En los últimos 35 años, la inversión nunca pudo terminar uno por arriba del 20% del producto, proporción que los especialistas consideran «aceptable» para que una nación cuente con una capitalización genuina si perdura en el tiempo.

En ese contexto, los datos de la actualidad se encuadran en la regla general, aunque no dejan de ser paradójicos: la inversión fue la que apuntaló el crecimiento del PIB en 2017 y volverá a hacerlo en 2018, pero aun así sus niveles no son los deseados, con un 16% estimado para el año pasado. En un gobierno que desde el primer día hizo de las inversiones su caballito de batalla, cabe plantearse, entonces, cuándo se llegará al esperado 20%. Es decir, la tan mentada «lluvia».

«Antes de cinco años tenemos que superar esa marca», señala Juan Pablo Trípodi, presidente ejecutivo de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (AAICI). A juzgar por su pronóstico, la política de gradualismo goza de buena salud, ya que el presidente Mauricio Macri deberá esperar a un eventual segundo mandato para dar la buena noticia.

Otro aspecto que de tan obvio se suele pasar por alto es que no es lo mismo el anuncio de una inversión que su concreción. «La inversión lleva tiempo», indica Trípodi, mientras muestra el relevamiento de los anuncios que desde diciembre de 2015 acumulan unos u$s 107.000 millones. Esos recursos no se vuelcan a la economía de una sola vez ni tampoco en forma homogénea. «En minería hay una ventana de tiempo que lleva de tres a cuatro años, hay otras que son más rápidas, pero incluso tenemos casos en los que el anuncio se hace hoy y el aterrizaje de la inversión llega un año después».

Con 45 años y dos décadas recorriendo el mundo trabajando para el Grupo Techint, Trípodi regresó a la Argentina sobre el final del kirchnerismo y, tras un paso por Newsan, aceptó sumarse al gobierno macrista a pesar de no provenir de ninguno de los grupos que proveyeron de funcionarios a Cambiemos. Incorporado a la Agencia primero como director del área de Comercio Internacional, en julio del año pasado pasó a presidirla tras el alejamiento de Juan Procaccini. En su despacho del piso 12 del Edificio República, remarca la importancia de los u$s 107.000 millones relevados, pero al mismo tiempo formula algunas aclaraciones: además de la «ventana de tiempo» ya mencionada, aclara que «hay que tener en cuenta que no todas las inversiones se anuncian, porque hay compañías que manejan un perfil bajo», circunstancia que podría elevar la cifra.

Por otra parte, destaca el «desafío» del equipo que integra la Agencia para «tomar de esos anuncios los que eran realmente serios y tenían un contenido detrás, a diferencia de los que no pasaban de intenciones sin el respaldo de un proyecto concreto». En ese sentido, subraya que «de lo anunciado en 2016, el 65 por ciento ya está concretado o en marcha. Eso indica que los números del relevamiento tienen un contenido de veracidad bastante alto». También precisa que los anuncios no incluyen licitaciones, obras públicas ni tendrán en cuenta otra de las cartas del Gobierno, el Programa de Propiedad Participada (PPP). Trípodi proyecta que la suma de la «obra pública pura» y el PPP representará entre 3,5 y 4,5 puntos del PIB. La tarea de la Agencia apunta a completar el resto que permita llegar, por lo menos, al anhelado 20 por ciento. La procedencia de las inversiones es otro punto a considerar. El relevamiento de la Agencia asegura que el 59,39 por ciento es de origen argentino, pero Trípodi aclara que en el ordenamiento estadístico «tomamos como argentino todo lo que sea un joint venture entre una compañía local y otra internacional. Por ejemplo, si YPF hace un anuncio en el que tiene el 60 por ciento y su contraparte en el exterior tiene el 40 por ciento restante, lo consideramos como argentino al 100 por ciento. Por eso, una parte del dinero de la inversión adjudicada a la Argentina es, en rigor, extranjera». Hecha esta aclaración, puede sorprender la identidad del primer inversor extranjero. Canadá es el país que lidera el anuncio de desembolsos, con u$s 6521 millones, seguido de cerca por los Estados Unidos, con u$s 6103 millones. Los dos países junto a España, el Reino Unido y Francia concentran el 51,94 por ciento de la inversión extranjera anunciada hasta el momento.

En crecimiento

¿Y qué responde Trípodi a quienes ironizan con la anunciada lluvia de inversiones? «Hay que mirar los números, nada más», asegura, para agregar que «en 2017 la Argentina tuvo un crecimiento de cerca del 3 por ciento basado principalmente en inversiones, sobre todo en el segundo semestre. Cuando se tengan los números definitivos del cierre de ese año el crecimiento de la inversión va a ser del 12 por ciento respecto del 2016, mucho más que el PBI. Lo mismo pasa con la inversión extranjera, que es la otra variable que tanto se mira, que cerrará 2017 con más u$s 10.000 millones, también con una aceleración en los últimos dos trimestres, que es un aumento muy significativo».

Trípodi admite que «eso es un poco menos del 2 por ciento del PIB y los países de la región están cerca del 3 por ciento. Tenemos que apuntar a que siga creciendo, ese es el objetivo, pero venimos de estar prácticamente en cero». Al respecto, recuerda que «para la inversión extranjera, 2016 fue un año muy difícil, porque después de todas las trabas al giro de divisas en el 2015, muchas compañías internacionales devolvieron las deudas que se les fueron incrementando con sus casas matrices. Fue en 2017 cuando comenzaron a recibirse aportes nuevos de plata fresca desde el exterior». Superado ese reacomodamiento, «para 2018 creemos que va a ser más importante la participación de la inversión en el crecimiento. Cualquier consultor privado dice que el aumento del PIB en 2018 y 2019 va a estar por arriba del 3 por ciento y estará basado principalmente en la inversión».

Pero la historia argentina, plagada de períodos con afluencia de capitales golondrina, es aleccionadora a la hora de puntualizar que no todas las inversiones son provechosas. Trípodi advierte que la Agencia distingue «dos campos» que dominan el panorama, como la construcción y los bienes durables. «Eso significa que es principalmente inversión productiva, porque la construcción, tanto pública como privada, en una buena parte es infraestructura y eso va a mejorar el costo logístico y el bienestar de la gente», pondera.

«La otra parte es inversión en maquinaria durable, en líneas de producción, es una clave para el futuro de la Argentina, Todo el equipamiento viejo hay que cambiarlo, modernizarlo, incorporar tecnología que nos ha costado muchísimo en los últimos años, porque no era necesaria: al tener un mercado cerrado, cualquier cosa que vendieras daba lo mismo, podías vender algo de última tecnología o algo no tan moderno y lo único disponible era eso, bajaba el nivel cualitativo y de innovación de los productos que los argentinos podíamos comprar», añade.

Hidrocarburos, a la cabeza

El sector de hidrocarburos lidera cómodamente el ránking de anuncios, con más del 40 por ciento del total, algo que Trípodi considera «muy natural en un país como la Argentina con un déficit energético muy importante». Como era de esperar, el rubro «está liderado por Vaca Muerta, con la segunda reserva de shale gas más grande del mundo y el potencial no solo de abastecer el mercado argentino sino de volver a convertir al país en exportador».

La mención de Vaca Muerta lleva a otra de las inquietudes oficiales, como son los acuerdos alcanzados en las mesas sectoriales tripartitas (Gobierno, empresas y sindicatos), entre los que el del yacimiento es una de las estrellas. «Esto nos da la razón para seguir con acuerdos específicos», remarca el presidente ejecutivo de la Agencia.

Dentro del capítulo energético, la etapa de generación, con diferentes recursos, es otro de los destacados. «Es algo fundamental, todos sabemos que el déficit de electricidad que teneos en verano es algo que tenemos que corregir y para eso hay que hacer generación y transmisión, dos ejes fundamentales que tienen bastante inversión», remarca.

Luego se ubica la Minería, sector en el que Trípodi indica que «tenemos un déficit histórico» y que «a partir de la quita de las retenciones hubo un relanzamiento de proyectos en stand by». Y casi en el mismo nivel, Tecnología y Telecomunicaciones, «un sector clave, no solo por su propio desarrollo sino por todo lo que va a aportar a todos los demás en mejoras de productividad y competitividad. Un adelanto en tecnología, en innovación, en telecomunicaciones va a favorecer al resto, por ejemplo, a un productor agrícola le va a ser más fácil hacer negocios desde cualquier punto del país».

Agro

El sector agrícola, precisamente, merece una mención especial, ya que por sus características, señala Trípodi, «la inversión por lo general no es realizada por empresas grandes». En ese sentido, la Agencia, que trabaja «transversalmente» con diferentes ministerios, analiza con Agroindustria «tres áreas de desarrollo muy importantes».

En primer término, la conversión de proteína vegetal en animal, para incrementar la producción de carnes vacuna, porcina, aviar, entre otras. «Es muy fácil decir que la Argentina es reconocida por su ganado bovino, pero no llegamos a completar los niveles de exportación que el mundo nos pide y estamos con acuerdos muy próximos a cerrar con China, Japón, Singapur y otros países». En segundo lugar está el sector forestal y junto a él la industria celulósico-papelera, que en la Agencia confían para alentar inversiones en la Mesopotamia y el NEA. Y la tercera opción es la acuicultura, cuya importancia queda de manifiesto si se tiene en cuenta, según Trípodi, que «exportamos más pescado que carne vacuna».

«La Argentina produce alimentos para 400 millones de personas y la idea es ampliar esa capacidad a más de 600 millones. Para ello hay que ampliar la frontera de suelos productivos, no solo con más tecnología sino extenderla físicamente», acota Trípodi, para finalizar destacando el plan de riego, mediante el cual «se van a licitar zonas vía el mecanismo de PPP en las que un privado va a invertir en el desarrollo del riesgo y va a potenciar las tierras, de tal manera que la productividad pueda llegar a multiplicarse por diez».

Desigualdades regionales

En un país con desigualdades regionales tan marcadas como la Argentina, la distribución geográfica de las inversiones productivas asigna al Estado un rol fundamental en cuanto al destino de esos recursos. Y en ese aspecto todavía la columna del debe es más voluminosa que la del haber. La provincia de Buenos Aires es la receptora del 31,28 por ciento de las inversiones anunciadas y la ciudad autónoma se ubica en el tercer lugar, con el 9,37 por ciento. El boom de Vaca Muerta permitió «colarse» a Neuquén en el segundo puesto entre los dos distritos económicamente más poderosos, con el 19,12 por ciento del total de destinos anunciados. Es decir que entre los tres, con el 47,5 por ciento de la población y el 14,4 por ciento de la superficie, se llevan u$s 6 de cada u$s 10 de inversión.

«Como agencia nacional tratamos de generar una distribución federal de la generación de riqueza y, en definitiva, de empleo», señala Trípodi. Al respecto, indica que «para ayudar a que se generen proyectos de inversión en las diferentes provincias comenzamos a armar hace más de un año una red federal agencias de inversión y comercio. Son agencias provinciales que trabajan en conjunto con nosotros y ayuden al aterrizaje de inversiones. Algunas lo tienen más fuertes porque históricamente ya existían, a otras las estamos ayudando a que generen sus propias organizaciones para favorecer que parte de la inversión se dirija ahí».

Y es precisamente esa diferencia entre las provincias, tanto por el nivel de desarrollo de sus economías como el de sus estructuras administrativas, que debe ser atendida de manera especial. De lo contrario, se corre el riesgo de ensanchar la brecha entre regiones ricas y pobres. La contracara de la afluencia de inversiones a Buenos Aires, Neuquén y la Capital Federal queda en evidencia al ver los magros resultados obtenidos hasta el momento con Catamarca, cuyos u$s 9 millones representan apenas el 0,011 por ciento del total. Por no citar el caso extremo de Formosa, la única provincia sin inversiones anunciadas. Sí, cero.

Trípodi admite que desde la AAICI se debe «favorecer y ayudar a las economías regionales para que el desarrollo del país sea lo más homogéneo posible» y en ese sentido remarca la importancia del trabajo en colaboración con cada provincia, para que «tengan las herramientas para analizar cómo se compara cada una con las otras en cuanto a las condiciones que se ofrecen al inversor. En esa tarea, remarca que cada provincia o región «tiene un sector que le es más propicio».

Y señala al respecto el potencial del Noroeste en minería y energía solar, así como la eólica en la Patagonia y «temas relacionados con la industria forestal» en el NEA y la Mesopotamia. «Lo estamos trabajando con cada una de las provincias» y ya se firmaron 18 acuerdos, de lo que se desprende que algunas no suscribieron convenio alguno. Una de ellas es Formosa, la que más lo necesita. La AAICI también tiene en carpeta el lanzamiento de una tercera etapa.

Después de Por qué Argentina, en el que se describieron las condiciones de inversión y «Oportunidades seleccionadas», que especifica las posibilidades de cada sector, se viene Dónde en Argentina. Ahí se va a ver a nivel provincial cuáles son las características para las industrias para su instalación. Va a ser una herramienta que transparente y provea información para que el flujo de inversiones pueda salir de lo habitual de Buenos Aires, por la cercanía al mercado de consumo, o de Neuquén por Vaca Muerta», finaliza.

Fuente;https://www.cronista.com/3dias/Inversiones-al-banquillo-queda-un-largo-camino-para-alcanzar-la-lluvia-prometida-20180309-0004.html

 

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