Entre los más de 900 artistas que participaron de la Fiesta Nacional de la Vendimia se sumaron bailarines foráneos que vivieron a pleno su paso por el Teatro Griego.  

Martín Vedia, un bailarín mendocino, que desde hace 12 años, vive en Buenos Aires y actualmente desarrolla su carrera en el Teatro Colón, como bailarín estable. Para Martín participar de la Vendimia fue “un sueño cumplido, porque me fui muy chico y nunca tuve la oportunidad de hacer Vendimia. Es más, empecé mi carrera en la danza por Vendimia, porque siempre quise estar en este escenario. Ayer cuando finalizó la fiesta, no podía dejar de llorar porque es algo que soñé desde chico”.

Para finalizar destacó “a pesar de haber estado en el Colón y bailado en grandes escenarios, esto me genera algo que no he sentido en ningún otro lado. Cumplí un sueño”.

Otra historia que nos deja esta Vendimia es la de Efraín Rada, un bailarín sanrafaelino que también vive en Buenos Aires y es egresado del Teatro San Martín. Llegó a nuestra provincia invitado a ser parte de Constelación del Vino y lo vivió como una experiencia diferente porque “al ser invitado la autoexigencia es enorme y la presión que te genera el voto de confianza de los directores es muy grande. Este equipo ha sido muy generoso y me acompañaron en todo momento, además de haber podido reencontrarme con compañeros que no veía desde hace años”.

Pablo Crovella, es un joven bailarín que llegó desde Avellaneda, Buenos Aires, enamorado de Vendimia desde que tuvo la oportunidad de ver el espectáculo desde las gradas, como un turista más, desde ese momento comenzó a capacitarse en clásico y contemporáneo, decidido a ser un bailarín de Vendimia.

Al respecto comentó que “me preparé durante un año para poder entrar en el cupo de foráneo. La verdad es que me vuelvo lleno a mi provincia, porque allá no hay nada que se compare con esto, el compañerismo que se vive entre artista y la generosidad de los directores y sus colaboradores es una experiencia maravillosa, donde se aprende muchísimo”.