San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

La política argentina, entre la grieta y la falta de liderazgo – Por José Teruel-Analista Internacional

The Argentina flag, Casa Rosada, Plaza de Mayo, Buenos Aires, Argentina.

Aunque parezca una eternidad, cada día estamos más cerca de las nuevas elecciones presidenciales en Argentina, a realizarse en 2019 y resulta incierto saber que nos espera, más si tomamos el panorama político actual del país.

Para entender la situación política argentina, tenemos que recordar cómo se organizaba nuestro sistema de partidos. La historia de éste, se puede dividir en diferentes etapas: la primera de ella se inicia con el Partido Autonomista Nacional, una especie de conservadurismo dirigido por Roca, su adversario, aunque sin poder darle mucha pelea, era el Partido Liberal de Mitre (ex presidente). El roquismo dominó la escena política hasta la aplicación de la Ley Sáenz Peña-1916-donde comienza una etapa de 14 años (1916-1930) de supremacía de la Unión Cívica Radical, bajo las presidencias de Yrigoyen y Marcelo T. de Alvear. Luego, la aparición del Peronismo en 1946, desplaza a los radicales a un segundo plano hasta que, con la vuelta a la democracia en 1983, los radicales vuelven a ganar de la Mano de Alfonsín, derrotando así a los peronistas ampliamente. Desde entonces, existió un bipartidismo en el cual justicialistas y radicales se alternaban en el poder.

Sin embargo, la situación cambió desde el 2003. A partir de ese momento, se puede observar la creación de grandes coaliciones para llegar al poder. El Frente Para la Victoria, que asumió aquel año, es un fenómeno de esta clase integrada por diversos partidos: Partido Justicialista; Frente Grande; Partido de la Victoria; Partido Comunista; Alianza Compromiso Federal; Movimiento Nacional Alfonsinista; Nuevo Encuentro; Kolina; Partido Solidario; Unidad Socialista para la Victoria; Partido de la Concertación Forja. Ellos, ostentaron la presidencia por 12 años (3 mandatos). No obstante, en el año 2015, llegaron a su punto de inflexión por la derrota ante una nueva coalición: Cambiemos, integrada por Propuesta Republicana; Unión Cívica Radical; Coalición Cívica ARI; Partido Demócrata Progresista; Partido Conservador Popular; Partido FE; Confianza Pública; Unión del Centro Democrático. Pero, además de estas 2, aparecieron nuevas coaliciones, aunque con menos apoyo como 1 PAIS, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, Alianza compromiso Federal, entre otras. También, se creó una nueva agrupación dirigida por la ex presidente Cristina Fernández, llamada Unidad Ciudadana, con las que se participó en las elecciones legislativas del 2017.

Es innegable que “los K” y Cambiemos son quienes manejan el escenario político del país, sin embargo, la creación de coaliciones denota la falta de un partido fuerte que domine y de un líder que agrupe y haga sentir representada a la mayoría de los argentinos. Para entender esto, tenemos que remarcar que el repaso histórico del sistema de partidos argentino, más allá de las ideologías o los gustos personales, nos ayuda a explicar que actualmente no hay líderes como Perón, quien obtuvo el 62,5% de los votos o Yrigoyen, el segundo presidente que mayor cantidad de votos obtuvo en nuestra historia, con el 61,7%. Mucho menos existen esos partidos hegemónicos que dominaron por largos periodos

Según una encuesta propia, el 64,5% de quienes votaron a Macri, no lo hicieron por sus ideas, sino como una forma de terminar con el gobierno K. Además, según encuestas nacionales, el presidente perdió 12 puntos de aprobación tras la reforma previsional de diciembre de 2017. Mientras tanto, Cristina solo obtuvo poco más del 35% de los votos en las últimas elecciones legislativas, porcentaje que parece ser su tope. Entonces, ninguno de los mayores líderes políticos argentinos tiene la capacidad para convertirse en líderes absolutos. Tampoco los otros candidatos como Sergio Massa o Martín Lousteau puede incrementar su reputación (incluso su cantidad de votantes se redujo drásticamente).

Probablemente las TICs y la rápida difusión de las noticias y su manipulación, sean las responsables de que hace décadas no tengamos un líder nacional. También lo son los políticos, quienes no tienen la capacidad de saber qué es lo que la gente quiere y necesita y no actúan como si trabajaran para nosotros, sino como autoridades superiores a todo ciudadano. Lo cierto es que ante este panorama es muy difícil predecir que le espera al país, sobre todo si no aparece alguien con esa habilidad innata que cada día que pasa nos hace parecer que está extinta.

Gentileza: José Teruel-Analista Internacional

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