Pasan los días y los meses; pasan los años y las décadas, y si volvemos la vista hacia atrás y repasamos lo que vivimos desde aquel lejano regreso a la democracia, el título de este artículo parece tomar forma.

Verás que todo es mentira… cuando la justicia amaga y amaga, haciendo alarde de que va a encarcelar a los corruptos, y estos son ¿sometidos? a juicios interminables sin sentencias firmes, mientras viven de nuestros impuestos, tal el caso de Carlos Menem; o si no, nos contentan y endulzan con prisiones preventivas en juicios que no se mueven un centímetro.  Un poco de circo para entretener al pueblo.

Verás que todo es mentira… cuando la justicia libera a los delincuentes más rápido de lo que son atrapados, hecho que nos lleva a nuestra increíble actualidad, en la que los forajidos son dueños de las calles y las personas de bien están presas tras las rejas de sus casas o en campos de concentración disfrazados de country.

Verás que todo es mentira… cuando el estado crece y crece aunque te prometen lo contrario y para mantener este monstruo insaciable, los que producen se transforman en esclavos que deben mantener a los ñoquis públicos y a los parásitos que viven de la dádiva.

Verás que todo es mentira… cuando la burocracia te enreda y te llena de obstáculos, en lugar de simplificarte la vida.  En realidad me conformaría con que solamente no me la complicase la vida.

 Verás que todo es mentira… cuando tras décadas y décadas de gobernantes populistas, que aseguran que con un “estado presente” se resuelven los problemas de la gente; sólo han generado miseria, ignorancia e inseguridad.  Déjennos a los argentinos hacer, NO MOLESTEN.

Pero algún día te darás cuenta que está en nuestras manos el cambiar las cosas, te darás cuenta que los corruptos y delincuentes son responsables del IMPERIO DE LA DECADENCIA ARGENTINA, pero también lo son los ciudadanos de bien que no se suman a LA REBELIÓN DE LOS MANSOS.

Algún día te darás cuenta de que nuestra patria se escurre entre nuestros dedos paralizados por la comodidad y el no te metás.  En ese momento, como dice el tango Yira:

Te acordarás de este otario
Que un día, cansado
Se puso a ladrar

                                               Rogelio López Guillemain