El exministro está procesado por el presunto encubrimiento de los autores del atentado terrorista a la AMIA.
El excanciller argentino Héctor Timerman no pudo volar hacia Nueva York, donde tenía previsto someterse a un tratamiento médico. Lo supo a último momento, cuando ya estaba en el aeropuerto de Ezeiza y presentó sus documentos en el mostrador de American Airlines. El empleado de la aerolínea le dijo que no podía dejarlo abordar porque el Departamento de Estado había revocado su visa. No le dio los motivos, pero es de suponer que la situación judicial de Timerman lo convierte en indeseable. El 7 de diciembre, un juez le dictó la prisión preventiva en una causa que investiga la responsabilidad de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y altos funcionarios de su gobierno en un presunto plan para encubrir a los autores intelectuales del atentado a la AMIA,en 1994.
Timerman está procesado porque en 2013 puso su firma en un memorando de entendimiento con Irán que buscaba, según el argumento oficial, reactivar la causa judicial por la Amia. Teherán se comprometía así a tomar declaración a funcionarios de su país acusados en Argentina por el atentado, además de dar su apoyo a una comisión de la verdad que intentará determinar qué pasó realmente en la explosión terrorista que hace 24 años mató a 85 personas en la sede de la mutual judía en Buenos Aires. El texto no pasó el filtro parlamentario en Irán y el pacto nunca se aplicó.
Pero en Buenos Aires, el fiscal Alberto Nisman, a cargo de la causa Amia,consideró que el memorando sólo buscaba la impunidad de los autores del ataque. Avanzó en su investigación, pero en la víspera de su presentación en el Congreso apareció muerto en su piso con un disparo en la sien.
El expediente de Nisman quedó en la nada hasta que el juez Claudio Bonadio decidió reactivarlo y en diciembre dictó la prisión preventiva por presunto encubrmiento contra Kirchner y Timerman. La expresidenta no está presa porque la protegen sus fueros de senadora; Timernam cumple arresto domiciliario, un beneficio que recibió por su delicado estado de salud. En 2015 fue operado de un tumor hepático y días atrás, un juez lo autorizó a viajar a Estados Unidos para recibir tratamiento. Timerman cumplió con el trámite judicial en Argentina, pero no esperaba que Washington decidiera revocar su visado.
Excarcelación
Voceros del kircherismo confirmaron que Timerman perdió el visado “en virtud de la prisión domiciliaria”. Y advirtieron que su viaje a Estados Unidos es “una cuestión de vida o muerte”. A partir de entonces los movimientos fueron rápidos: la abogada del excanciller, Graciana Peñafort, pidió al juez Torres la excarcelación de su defendido y el juez se la concedió casi de inmediato “por razones humanitarias”.
Meses atrás, Boandio había autorizado el tratamiento médico de Timerman en el país, pero rechazó su excarcelación por considerar que «la seriedad del delito y la eventual severidad de la pena prevista» por los delitos por los que fue procesado. Ahora resta esperar la decisión del Departamento de Estado de Estados Unidos para saber si el excanciller puede, finalmente, viajar a Nueva York como tenía previsto.
La relación de Timerman con Estados Unidos ha sido de amores y odios. En años 70, el gobierno de ese país le concedió la ciudadanía por su condición de perseguido por la dictadura. Vivió 10 años allí, exiliado. Cuándo el kirchnerismo lo nombró cónsul en Nueva York tuvo que renunciar a la ciudadanía estadounidense y en 2010, ya como canciller, se convirtió en un crítico de la gestión de Barack Obama. En 2015 tuvo que solicitar un visado de turista, que le fue otorgado sin problema. Hasta ahora.
Fuente:https://elpais.com/internacional/2018/01/10/argentina/1515602951_176016.html
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