El Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes brinda recomendaciones para que estas Fiestas sea un momento ideal para disfrutar con amigos y la familia, sin excesos y cuidando nuestra salud.
Nuestra tradición e influencia social y cultural nos lleva a optar por platos pesados que poco tienen que ver con las altas temperaturas de esta época del año. Muchos realizan un esfuerzo durante todo el año para sostener una alimentación equilibrada y saludable, que suele tirarse por la borda en este momento de fiestas de fin de año.
En estos festejos la comida hipercalórica, con alto contenido de sodio y grasa, se encuentra a la orden del día, pero se recomienda:
Incorporar variedad de frutas y verduras en los platos.
Moderar el consumo de bebidas azucaradas y alcohólicas.
Probar de todo un poco en porciones chicas.
Remplazar la sal por condimentos.
Respetar la cadena de frío de los alimentos.
Preparar sólo un plato fuerte o principal, con una guarnición de muchas ensaladas y canapés más livianos.
Evitar cocinar en exceso, para no seguir comiendo lo mismo durante cinco días después de las fiestas.
Realizar postres en base a frutas, como ensaladas de frutas.
Cocinar todo tipo de carnes, como por ejemplo vacuna, pollo, cerdo, pescado, sin grasa y sin piel.
Controlar el picoteo de frutas secas (son muy buenas pero hipercalóricas), garrapiñadas, pan dulce, budines.
Se debe tener en cuenta que las personas que habitualmente se alimentan de manera sana pueden presentar algunos problemas digestivos o intestinales, como consecuencia de los desequilibrios del mes.
También es un momento en el que deben tener especial cuidado los obesos, diabéticos e hipertensos, así como quienes padecen de problemas renales, por las consecuencias que estos excesos pueden ocasionarle a su salud.
Cabe recordar que la comida puede ser placentera siempre que tengamos en cuenta la calidad y cantidad de los alimentos que estamos ingiriendo. Una alimentación saludable es aquella que aporta todos los nutrientes esenciales y la energía que cada persona necesita para mantenerse sana. Una persona bien alimentada tiene más oportunidades de desarrollarse plenamente, vivir con salud, aprender y trabajar mejor y protegerse de enfermedades.
La alimentación variada asegura la incorporación y aprovechamiento de todos los nutrientes que necesitamos para crecer y vivir saludablemente. Alimentarse saludablemente, además de mejorar la calidad de vida en todas las edades, ha demostrado prevenir el desarrollo de enfermedades como obesidad, diabetes, enfermedades cardio y cerebrovasculares, hipertensión arterial, dislipidemia, osteoporosis, algunos tipos de cáncer, anemia e infecciones.
Recomendaciones para una alimentación saludable
Distribuir los alimentos en cuatro comidas principales y dos colaciones.
Moderar el tamaño de las porciones.
Consumir por día dos frutas y tres porciones de verduras de todo tipo y color, preferentemente crudas.
En el almuerzo y en la cena, incluir en la mitad del plato verduras y comer de postre una fruta.
Incorporar legumbres, cereales integrales, semillas y frutas secas.
Consumir carnes rojas o blancas (pollo o pescado) no más de 5 veces por semana.
Cocinar sin sal. Remplazarla por perejil, albahaca, tomillo, romero y otros condimentos.
Evitar el uso del salero en la mesa.
Limitar el consumo de azúcar y alcohol.
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