El camionero aseguró que «no hubo acuerdo» con el Gobierno y que el movimiento obrero rechaza el proyecto en su estado actual. El lunes podrían definirse medidas de fuerza
A un día del entendimiento del Gobierno con la cúpula de CGT, el secretario gremial de la central obrera y líder del sindicato de Camioneros, Pablo Moyano, orquestó una señal de fuerza contra la reforma laboral que impulsa la Casa Rosada, y avisó que de ningún modo el movimiento obrero acatará el proyecto tal cual prevé enviarlo el Ministerio de Trabajo. De un modo similar procedieron otras organizaciones obreras, todas en un rechazo unánime a un potencial pacto que vulnere derechos consagrados en la Ley de Contrato de Trabajo (LCT).
En el salón Felipe Vallese, del edificio de Azopardo, confluyeron representantes y asalariados de varios sindicatos con militantes de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) y otros trabajadores que se encuentran en la informalidad. A la inusual postal se plegó el canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, el arzobispo Marcelo Sánchez Sorondo, un hombre que funge como interlocutor del Papa con la clase política y sindical, y que sentado al lado del legislador porteño Gustavo Vera deslizó abiertamente críticas el Gobierno nacional.
Moyano hijo denunció la «perversidad» del modelo económico del Gobierno, que «solo ha beneficiado a los grandes sectores» y «sigue perjudicando a los trabajadores, que por querer trabajar más horas, ahora quieren que paguen Ganancias».
El camionero evitó chocar abiertamente con el triunvirato cegetista, que componen Héctor Daer (Sanidad), Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento) y Carlos Acuña (Estacioneros). Dirigió los dardos hacia el ministro de Trabajo, Jorge Triaca. «Se apresuró al hablar de un acuerdo sobre la reforma laboral. De 140 artículos, se logró remover lo que más le pegaba a los trabajadores, como la responsabilidad solidaria limitada», advirtió Moyano, quien luego avisó: «De acá a que se trate el proyecto en Senadores y Diputados vamos a exigir que se anulen todos los artículos desfavorables a los trabajadores».
En otro gesto de alejamiento del triunvirato, Moyano avisó que el próximo lunes se plegará al plenario de trabajadores convocado por el secretario general de la Asociación Bancaria y referente de la Corriente Sindical, Sergio Palazzo. El bancario salió ayer a denostar la reforma y observó que los cambios en materia de legislación laboral solo beneficiarían al Gobierno.
Al aire por la radio FutuRock FM, el bancario dijo no creer que el Gobierno busque sostener e incluso crear más fuentes genuinas de trabajo. «No hay ninguna garantía de que este Gobierno se ponga del lado de los trabajadores el día que el sector empresario quiera despedir empleados. Esto es un chantaje decidido», definió.
Alejado de la mesa chica de la CGT, Palazzo se desentendió de lo que decida hacer orgánicamente la central obrera, y anunció que el próximo lunes mantendrá un plenario con delegados y militantes para «plantear la necesidad de una movilización cuando se empiece a tratar este acuerdo en el Congreso, independientemente de que tenga acuerdo» de los dirigentes de Azopardo. «Yo lo que pretendo, como dirigente de La Bancaria, es no salir tarde», remarcó.
También ayer, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), liderada por Hugo Yasky, y la CTA Autónoma, con Pablo Micheli a la cabeza, rechazaron la sintonía entre la CGT y Triaca, y avisaron que se encuentran en estado de movilización y alerta.
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