A pesar de que los impuestos deberían ser claros para los contribuyentes que los pagan, lamentablemente no lo son y los múltiples puntos que se pretenden modificar van en la misma dirección.
Desde hace varios días, están circulando borradores y diapositivas, que en algunos aspectos no coinciden entre sí, relacionados con las reformas tributaria y laboral que propone el Gobierno. A pesar de que los impuestos deberían ser claros para los contribuyentes que los pagan, lamentablemente no lo son y los múltiples puntos que se pretenden modificar van en la misma dirección. Algunos piensan que los cambios propuestos le dan progresividad a los impuestos, otros mantienen que resultan insuficientes ya que la mayoría de ellos son a favor de las empresas y no para que se beneficien los contribuyentes individuales. Seguramente, la discusión la dirimirá finalmente el Congreso cuando se traten los diferentes proyectos. Al modificar impuestos se tocan intereses, para observar la dirección que tienen los cambios podría evitarse tener que leer las cientos de páginas de los proyectos y prestarle atención a los que opinan en uno u otro sentido.
En el país, inexorablemente, desde hace cinco décadas se cumplen dos ciclos económicos y sociales que duran aproximadamente diez años. Uno se lo podría denominar como de acumulación y el otro de distribución, que tienen características particulares cada uno de ellos. Y hasta se adueñan de sus propias palabras o frases; por ejemplo, en el primero siempre suenan las siguientes: competitividad; flexibilización laboral, pasantías, reducción del Estado, obras de infraestructura, endeudamiento, acumulación de reservas, apertura de la economía, etc. En el segundo ciclo, en tanto, suenan: distribución del ingreso, políticas sociales, aumento de la intervención del Estado, uso de las reservas, cierre de la economía, atención sobre las jubilaciones y políticas en la dirección de la vigencia de los convenios colectivos de trabajo. Un ciclo (primero) se basa en la inversión, en cambio el otro en el consumo. Lógicamente, las políticas tributarias que se aprueban y rigen están en la dirección que toma cada ciclo. Es imposible vivir permanentemente regidos por un único ciclo, no se puede sólo acumular permanentemente, ni tampoco distribuyendo solamente. Lo ideal sería estar en equilibrio y no registrar en cada década movimientos pendulares que nos llevan a uno y otro de los extremos o ciclos. Luego de leer lo que viene, cada uno de Ustedes se dará cuenta en qué ciclo nos encontramos actualmente.
Resumen de los cambios que se proponen en los borradores:
1-Blanqueo laboral: Podrán incluirse todas las empresas, sin distinción de tamaño. Tampoco habría límite de empleados a ser regularizados. Se propone declarar un trabajador que no fue nunca registrado, o modificar su fecha de ingreso y la remuneración que se declaraba. El beneficio duraría un año, los seis primeros meses tendrían condonación de toda la deuda de capital e intereses de seguridad social (no de obra social sobre lo que AFIP aprobaría un plan de pagos), y en el segundo semestre la reducción sería del 70%. Los empleados que sean regularizados podrán computar 60 meses de servicios con aportes o la menor cantidad de meses que se regularizan, calculados sobre un monto mensual equivalente al salario mínimo vital y móvil.
2-Desvinculaciones laborales: La AFIP deberá ser informada sobre las sentencias laborales o de acuerdos homologados para poder reclamar los aportes y las contribuciones adeudadas.
3-Modificación de contribuciones y aportes: Por un lado se establece un mínimo no imponible, a partir del cual se calcularán las contribuciones patronales (no los aportes de los empleados). Para el primer semestre de 2018: $ 2.400; en el segundo semestre: el mismo importe actualizado por el IPC. Dicho sea de paso, qué sucede con la ley 25.561, de emergencia que finaliza el 2019, que prohíbe las cláusulas de indexación en la economía. Para 2019: $ 4.800; y así sigue creciendo. Pero además, se propone un cambio de alícuotas de las contribuciones patronales de seguridad social (hoy de 17% para las Pymes y de 21% para las demás) para todas las empresas, sin interesar su tamaño, que irían del 17%, llegando al 19%. Si son de servicios (salvo Pymes) irían del 21% al 19,50% en los próximos cuatro años. Se elimina el esquema de reducción de contribuciones por zona geográfica. Irá disminuyendo y terminará derogándose el beneficio de cómputo de un porcentaje de las contribuciones patronales como crédito fiscal de IVA. En cuanto a los aportes personales que realizan los empleados, se elimina gradualmente el límite máximo de la base imponible (actualmente de $ 82.000 mensuales). Además, se propician modificaciones en las relaciones laborales modificándose el Régimen de Contrato de Trabajo.
4-Aduanas internas: Por el reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia (Harriet y Donnelly SA c/ Chaco) todas las provincias deberán eliminar las sobretasas de Ingresos Brutos que se cobran por las ventas que hacen en su jurisdicción empresas que se encuentran radicadas en otras. Ya están avanzando en esa dirección Córdoba, Buenos Aires y CABA, enviando modificaciones a las leyes tarifarias que se apliquen desde el año que viene. Resta que todas las provincias disminuyan las abultadas alícuotas de retenciones, percepciones y descuentos bancarios, que en algunos casos superan a las que rigen para el propio impuesto. Se invita a las provincias a que reduzcan Ingresos Brutos y el Impuesto a los sellos, tal como ocurrió en el año 1994 con el Pacto Federal. En contrapartida diferentes jurisdicciones prevén notorios incrementos en el Impuesto inmobiliario y ABL.
5-Reducción alícuota de Ganancias: Para las sociedades se propone reducir la tasa del Impuesto a las Ganancias al 25% para el año 2021. Antes se aplicará el 30% para los años 2019 y 2020. Las empresas que distribuyan dividendos tendrán una sobrecarga del 10%. Para las personas no se prevén cambios, pudiendo llegar la tasa máxima al 35%.
6-Recupero de IVA: Las empresas que inviertan y por ello generen saldos a favor técnico de IVA podrán solicitar su reintegro.
7-Impuesto sobre los débitos y créditos: Vence a fin de año, ya se envió un proyecto para que se renueve. Se permitiría que más empresas lo puedan descontar del Impuesto a las Ganancias. Hoy lo pueden hacer las Micro y Pequeñas empresas y el 50% las manufactureras (tramo I).
8-Deducción especial: Los autónomos podrán descontar anualmente, de este concepto, dos mínimos no imponibles. El importe actual de deducción es de $ 51.967, a partir de la reforma la deducción sería de $ 103.934. Igualmente este valor es menor al que descuentan los empleados en relación de dependencia anualmente, que llega a ser de $ 249.441,60. Sigue sin entenderse el porqué de esta discriminación. Se propone derogar los beneficios que tienen determinados convenios en desgravar determinados rubros en el cálculo del Impuesto a las Ganancias, beneficios que fueron establecidos por leyes especiales.
9-Renta financiera: Se gravan al 5%, para las personas humanas, los intereses a plazo fijo en pesos y las rentas por títulos públicos. Siguen gravadas al 15% las utilidades por venta de acciones que no cotizan. Sólo quedan exentas las utilidades por acciones que cotizan en bolsa. Las rentas por instrumentos en moneda extranjera o indexados pagarán el 15%. La renta financiera ya está alcanzada actualmente para las empresas.
10-Inmuebles: Se elimina el Impuesto a las Transferencias de Inmuebles (ITI), que gravaba a la tasa del 1,5% a las ventas de esos bienes, en la medida que el vendedor no reemplace el bien. Se propone, a cambio, gravar al 15% el resultado obtenido, por las personas no habitualistas, por la venta de un inmueble que se incorpore luego de la vigencia de la ley, en la medida que no sea la casa habitación del vendedor ni que se haya recibido por herencia. Esta medida impactaría en la construcción, porque muchas de las compras de departamentos nuevos son realizadas por inversores, que a partir de la ley deberían considerar este nuevo gravamen.
11-Internos: Se propone modificar las alícuotas del Impuesto Interno de los siguientes consumos: Celulares, televisores, monitores pasa del 17% al 0%. Autos de gama media pasa del 10% al 0%. Motos de alta gama: del 10% al 20%. Whisky, coñac y otras del 20% al 29%. Cervezas: del 8% al 17%. Vinos y sidras del 0% al 10%; espumosos al 17%. Gaseosas y otras sin alcohol al 0% (sin azúcar) y al 17% (con azúcar). También, se proponen cambios en cigarrillos en el Impuesto sobre los Combustibles.
12-Movilidad previsional: Se quiere modificar el cálculo de la movilidad previsional, considerando sólo la inflación y no la recaudación. Para el año que viene se estima una importante reducción de las actualizaciones de las jubilaciones por este cambio.
13-Monotributo: A pesar de no estar en un borrador que circule, en opinión de diversos funcionarios del gobierno, se incluirán datos del patrimonio que posee el pequeño contribuyente como causa de exclusión del régimen. Por otro lado, trasciende que disminuirá la cantidad las actividades/unidades que podrán incluirse.
14-Servicios digitales: Los que sean prestados desde el exterior pagarán el Impuesto al Valor Agregado.
Como se puede observar, quedaron afuera del reparto los trabajadores en relación de dependencia, los jubilados, los monotributistas y los autónomos (a pesar el ajuste que se propone en la deducción especial). De esta forma se nota claramente la ratificación del ciclo económico actual, que ya comenzó a fines del año 2015.
Fuente:https://www.cronista.com/columnistas/Que-dicen-los-borradores-de-las-reformas-propuestas-para-este-ciclo-economico-20171102-0098.html
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