Gastón Latorre tiene 5 años y posee una multidiscapacidad que lo acompaña desde que nació. Desde 2008 sus padres están anotados en el IPV a espera de una casa. Se siguen entregando barrios… mientras tanto, Gastón y su familia esperan.
La Ley Nacional 24.901 expresa que cuando se construye un barrio, el 4 % de las viviendas están reservadas para personas con discapacidad.
Gastón tiene de nacimiento una displasia septo-óptica. Según una Junta Evaluadora, posee una discapacidad del 80%, que le afecta la parte visual, la parte motriz y no habla a pesar de tener 5 años (a penas balbucea). Si bien recibe todos los tratamientos que necesita en el instituto Piuquén y va a la escuela Dante Gicolini, su necesidad más imperiosa y urgente es otra: una vivienda. “Todo lo que haga falta hacerle, se lo hacemos ya que si uno deja de hacerle rehabilitación se estanca o se puede atrasar. Lo suyo no tiene cura pero toda la estimulación le ayuda a tener una mejor calidad de vida”, asegura Roberto Latorre, su papá.
La familia alquilaba pero por razones económicas se han tenido que mudar a la casa de la madre de Roberto, por lo que Gastón hoy vive en una habitación junto con sus padres y sus dos hermanos de 10 y 8 años. “El niño necesita mucho espacio para rehabilitación porque nos aconsejan que le hagamos rehabilitación en la casa también para que ‘no se endurezca’ y no tenemos espacio, casi ni siquiera para la silla de ruedas”, explica el hombre y agrega “hace cinco años que estamos anotados y siempre que vamos a preguntar nos dicen que no hay nada. Molesta porque uno ve que todos los años entregan casas y barrios”.
El hombre resalta enfáticamente que “no quiere que le regalen nada”. “Si me dan una casa quiero pagar una cuota como todo el mundo. Yo quiero pagar mi cuota, para eso trabajo”, dice.
Sé el primero en comentar en «Una casa para Gastón»