«Muchos no los conocen y les tienen miedo. Y el miedo les hace sentir derecho de juzgar y de hacerlo con dureza y frialdad creyendo que está bien», se presentó el Pontífice de cara a cientos de refugiados del centro de acogida de migrantes de Via Enrico Mattei, en las afueras de Bolonia, donde llegó minutos antes de las 11 locales, tras un paso por Cesena a primera hora del dmingo.
Apenas llegado al centro de acogida, Jorge Bergoglio saludó uno por uno a los más de 100 refugiados. Al entrar, se colocó la pulsera con el número identificatorio como cada uno de los jóvenes de Senegal, Bangladesh y otros países que no pararon de pedirle selfies y bendiciones a su paso, antes de criticar «las frases terribles e insultos que se escriben por internet» hacia los migrantes.

«Creo realmente necesario que más paises adopten programas de apoyo público y privado de acogida y abran corredore humanitarios pra los refugiados en situaciones más dificíles, para evitar esperas insoportables», reclamó Bergoglio, que impulsó los corredores humanitarios que desde 2016 pusieron en prácica el gobierno italiano y la comunidad católica San Egidio para llevar a Roma a casi mil refugiados sirios desde Líbano. Telam