Gabriel Fidel tendrá a su cargo la ponencia inaugural de la Segunda Conferencia Mundial de Turismo Enológico en Mendoza. Expondrá sobre la evolución y tendencias del enoturismo y la posición de Argentina en el mundo. Fidel también es autor del libro Turismo del Vino. La Experiencia Argentina.
Comparada con otras capitales de vino del mundo, ¿cuál cree que es la ventaja del enoturismo de Mendoza?
Es reconocida como capital mundial del vino, con más de cien bodegas abiertas al turista, que cuentan con salas de arte, cursos de cata, gastronomía diversificada y sofisticada, hospedajes de calidad, rally de autos antiguos, conciertos, golf, festivales, música, entre otras opciones para exigentes. Además, otra de las buenas noticias es que actualmente turismo del vino no es sólo Mendoza sino que la Argentina ofrece una diversificada oferta, que va desde la Patagonia hasta el Norte argentino y eso nos enriquece como país.
Sin dudas, el enoturismo ha liderado el reposicionamiento de nuestra provincia como destino turístico. El estímulo del turismo del vino mediante la creación de itinerarios que recorren lugares y establecimientos de interés es una de las claves.
Desde 2005, Mendoza es además Capital Mundial del Vino de la Red Global Great Wine Capitals junto con Adelaida (Australia), Bordeaux (Francia), San Francisco y Valle de Napa (Estados Unidos), Porto (Portugal), Bilbao y Rioja (España), Verona (Italia), Mainz- Rheinhenssen (Alemania), así como Valparaíso y el Valle de Casablanca (Chile).
En los últimos años se sumó la Ciudad de Mendoza, que ha desplegado una importante tarea de tematización e identificación, como Capital Internacional del Vino. Muchos departamentos acompañan a la Capital, con actividades y acciones que ayudaron al posicionamiento de nuestro espacio enoturístico.
Por supuesto que siempre hay tareas pendientes y eso lo tenemos claro, pero indudablemente vamos en el camino correcto. Mendoza constituye el corazón de la vitivinicultura argentina y desde sus principales ciudades se pueden emprender recorridos para conocer museos, cavas de degustación, fincas, casonas antiguas y estancias en plena montaña, especialmente equipadas para un turista que busca atención exclusiva en contacto con la naturaleza.
¿Cuáles serán los ejes de su ponencia?
Haré una reseña de los últimos años en el turismo del vino en Argentina, comenzando con las primeras iniciativas, el enoturismo como política de Estado a partir 1999, cuando nos tocó la responsabilidad de conducir el área de Turismo de la Provincia, siguiendo con las diversas acciones desde lo público y lo privado hasta la actualidad.
También repasaremos los principales conceptos que definen el enoturismo, qué se debe tener en cuenta para el desarrollo de un destino. Prestaremos especial atención a las buenas prácticas y recomendaciones para el sector privado, especialmente en bodegas. Revisaremos, además, cuáles han sido los principales desafíos que enfrentó el enoturismo a lo largo de estos casi 20 años, poniendo énfasis en los actuales, que creo que pasan por la innovación y la competitividad como factor esencial para seguir creciendo. Este es el principal desafío de empresas y gobiernos y, en este sentido, tengo muchas expectativas con la presencia de la Organización Mundial del Turismo y su trabajo con el Prototipo de Turismo Enológico y su alianza estratégica con el Ministerio de Turismo de la Nación.
El año pasado cuando fuimos a la Primera Conferencia, en Georgia, junto con el Gobernador Alfredo Cornejo, advertimos la dimensión de lo que hace la OMT en enoturismo y gastronomía que va de la mano, y fue un logro inmenso que Mendoza fuera sede de la segunda edición.
Además del Malbec, ¿qué otro varietal destaca de Mendoza?
El vino mendocino está entre los mejores del mundo. Es reconocido por la crítica mundial y por los cada vez más exigentes consumidores.
Si bien el Malbec es nuestra nave insignia y considero que hacemos el mejor Malbec del mundo, nuestra rica geografía y creatividad resultan en extraordinarios Cabernet Sauvignon, Bonarda, Tempranillo, Cabernet Franc, Petit Verdot, Merlot, Syrah, Pinot Noir o nuestros blancos, principalmente el Torrentés seguido por el Chardonnay y Sauvignon Blanc, entre otros.
¿Qué características no le pueden faltar a una bodega o establecimiento dedicado al turismo del vino para “seducir al visitante”?
Además de los servicios esenciales para recibir a los visitantes, la bodega debe tener estándares de calidad adecuados y en eso deben trabajar juntos todos los prestadores de un destino enoturístico, pues si falla uno, perjudica al resto y a la marca del destino.
Hoy el desafío pasa por ser más creativos e innovadores, en sorprender al visitante. Si en todas las regiones del vino hacemos lo mismo, terminaremos perdiendo todos. Por eso insisto mucho en la necesidad de innovar, en poner sobre la mesa lo mejor de la identidad de cada destino, de cada región, y de entender bien la demanda así como las fortalezas de nuestra oferta, nuestro patrimonio, nuestro territorio, de manera de cautivar al visitante.
¿Blanco o tinto y dónde lo tomaría?
Hay un vino para cada ocasión y para cada comida, y sin dudas nadie te puede decir cuál es el mejor, porque es una cuestión de gusto personal.
No hay que dejarse llevar por las modas: hay vinos de precios muy accesibles que son excelentes y que se pueden disfrutar muchísimo sin necesidad de gastar demasiado.
¿Cuál es su capital del vino favorita?
En todas encuentro algo diferente, único e irrepetible por la combinación de su cultura, arquitectura, paisajes, arte, gastronomía, historia, su identidad y su gente. No tengo un lugar preferido, disfruto de cada nuevo recorrido. Pero también debo reconocer la emoción y nostalgia que siento al regresar a nuestro lugar en el mundo. Mendoza es uno de los sitios más bellos para disfrutar del mundo vitivinícola, y donde se puede vivir a pleno y en toda la provincia la identidad del vino.
Gabriel Fidel
Master of Public Affairs, de la Universdad de Texas, Austin, y licenciado en Administración Pública y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza.
Fue director de importantes bodegas en Argentina, miembro de directorios y de asociaciones empresariales como Bodegas de Argentina y Wines of Argentina y de la Fundación ProMendoza como presidente.
Parlamentario del Mercosur por Mendoza, fue ministro de Gobierno, ministro de Economía y subsecretario de Turismo del Gobierno de la Provincia de Mendoza.
Profesor titular de Economía Política en la Universidad Nacional de Cuyo. En 2016 publicó el libro Turismo del Vino. La Experiencia Argentina, editado por la Editorial de la Universidad Nacional de Cuyo (Ediunc). La obra obtuvo el segundo premio en el Concurso Mundial Gourmand Awards en mayo de 2017.
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