El equipo de Zidane se impuso 2-0 (5-1 en el global) y se quedó con la Supercopa de España. Leo Messi y Luis Suárez se lamentan por una chance perdida en el Bernabéu.
No hubo lugar para las especulaciones en el Santiago Bernabéu. Real Madrid salió decidido a sepultar las aspiraciones de un Barcelona golpeado por la traumática salida de Neymar y por el duro 3-1 en contra en el Camp Nou en la ida de la Supercopa de España. Y el equipo de Zinedine Zidane lo resolvió rápido con un golazo de Marco Asensio en el amanecer del partido y otro de Karim Benzema antes del descanso para sellar el 2-0 (5-1 en el global) para quedarse con el título, el séptimo del técnico francés en el Merengue.
Real Madrid dio la estocada justa antes de los cuatro minutos de juego. El joven Marco Asensio dominó el balón a unos 35 metros del arco del alemán Marc-Andre Ter Stegen y sacó un zurdazo fulminante que tomó altura y bajó de golpe para clavarse en la red e instalar el 1-0 del Real Madrid. Ya nadie se acordaba de Cristiano Ronaldo, expulsado en la ida por empujar al árbitro y sancionado con cinco partidos. Ahora Barcelona necesitaba tres goles para forzar el alargue.
Y por ese difícil objetivo tomó la iniciativa Lionel Messi -con el orgullo herido y vergüenza deportiva-. El rosarino apiló rivales por derecha cerca de los 15, pero no pudo evitar al arquero Keylor Navas, que tapó abajo cuando el argentino intentaba una pisada como último recurso para dejarlo en el camino. El Barsa iba con todo y descuidaba los espacios en su propio campo.
Keylor Navas evita la definición de Leo Messi. (AFP)
Tuvo el empate dos veces con ataques por izquierda. En la primera Jordi Alba no pudo definir y en la segunda Messi buscó a Luis Suárez con un pase atrás, pero el uruguayo conectó con dificultad y se disipó el peligro. Otra vez el contragolpe -como en la ida- era un arma letal para el Real Madrid. A los 20, Marcelo apareció como un rayo por la izquierda, pero su centro rasante recorrió toda el área sin encontrar el pie derecho de Benzema. Se jugaba golpe por golpe, el único terreno fértil para Barcelona; el más cómodo para el local, que tenía la ventaja.
Barcelona era furia y descontrol. La pelota la manejaba Real Madrid y el Bernabéu enloquecía con el «olé, olé». A los 30, Lucas Vazquez quedó solo ante Ter Stegen tras una mala salida del fondo del visitante, pero su zurdazo pegó en el palo y salió, como un capricho. Cada ataque del Real Madrid parecía terminar en gol. Y el segundo llegó -inexorablemente- a los 39, tras un centro al área y con Umtiti como estatua para observar la gran definición de zurda Benzema. El 2-0 era otro martillazo en la estaca que estaba clavada en el pecho del Barcelona.
Barcelona intentó reencontrarse con la pelota en el segundo tiempo y bajarle el ritmo al partido. Pero ya estaba entregado. A los 5, Ernesto Valverde sacó a Gerard Piqué y puso a Nelson Semedo (Javier Mascherano pasó a jugar como último hombre) en un cambio que hizo ruido. Tras un error en la salida del Madrid, Luis Suárez habilitó a Messi que se fue a encarar a Navas. La definición de la Pulga dio en el travesaño, coqueteó con el gol y se fue. Estaba claro que no era la tarde para Barcelona. Encima, Benzema casi marca el tercero en una contra.
Real Madrid esperaba para salir rápido de contra y Barcelona chocaba contra su propia impotencia. Solo Messi era capaz de hacer algo diferente, a pesar de su fastidio y de su incomodidad manifiesta. A los 30, otra vez Messi remató desde afuera del área, Navas tapó abajo y Suárez capturó el rebote con una palomita que terminó en el palo. No fue un buen partido del Barsa, pero mereció el empate.
En los últimos 15 minutos, Barcelona buscó el descuento como pudo. La Supercopa de España estaba definida desde hacía rato. Y Real Madrid solo esperó hasta que se consumiera el reloj para poder festejar un nuevo título.
Fuente:https://www.clarin.com/deportes/futbol-internacional/barcelona-imperio-real-madrid_0_H1HBkk-OZ.html
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