San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

El Teatro Colón llega por primera vez al Met

Con la actuación protagónica de Paloma Herrera

 

La Argentina dice presente por partida doble en la temporada 2013 del American Ballet Theatre (ABT), que se presenta en el Metropolitan Opera House de Nueva York. Por un lado, Paloma Herrera baila los roles estelares de todos los títulos programados y, por el otro, se presenta por primera vez una producción del Teatro Colón en ese escenario.

La bailarina argentina lleva veintidós años en el ABT durante los cuales no ha dejado de bailar roles protagónicos. La revista Time y el canal CNN la nombraron líder del milenio, además, es una de las 30 artistas -según The New York Times- que transformará las artes en los próximos años.

Para conocer sus expectativas respecto a esta particular temporada, LA NACION dialogó con la bailarina sobre lo que significa para ella bailar en esta prestigiosa compañía y sobre su orgullo de sentirse argentina.

«Estoy en el ABT hace muchos años y siempre surgen cosas interesantes en cada temporada. En esta tuvimos el estreno de Premiere , del coreógrafo Alexei Ratmansky. Parte de mi papel como bailarina principal es bailar todos los roles, esto no es nada nuevo para mí. Pero volver a bailar los títulos que ya hice también me plantea nuevos desafíos, busco darles una vuelta de tuerca y hacerlos cada vez mejor», afirmó.

Paloma dice no tener ningún rol favorito porque cada uno representa algo especial para ella. «Hay unos muy cercanos a mi sentimiento, como Don Quijote , que fue de los primeros que hice. Pero también están los clásicos, a los que amo profundamente, como Romeo y Julieta El lago de los cisnes ; la gente los sigue pidiendo, por algo no mueren los clásicos, siempre me emocionan», explicó.

Sobre el significado que tiene para ella haber bailado esta semana la producción de El corsario , del Teatro Colón, expresó: «Como argentina es un orgullo muy grande. Hice la premiere en el Kennedy Center de Washington DC y me trajo muchos recuerdos. Volver a ponerme los trajes y descubrir que todavía tenían mi nombre de cuando lo hice en la Argentina fue muy lindo, yo hice la primera función que tuvo esa producción. Fue recordar la emoción de cuando bailé en el Colón justo después de finalizada la remodelación. Esa fue una experiencia hermosísima, como siempre que voy a bailar a la Argentina porque es un público maravilloso. Ellos no pueden venir a verme tan seguido y por eso cada vez que bailo allá es un acontecimiento emocionante. Me siento muy orgullosa que el ABT haya elegido una producción del Colón para mostrarla acá, en el Met», aseguró.

Herrera no escatima elogios cuando se refiere al Colón y a la Argentina. «Por donde voy siempre digo que soy totalmente producto argentino, me formé en el Colón y me contrató el ABT ya formada, y lo repito con mucho orgullo», afirmó emocionada.

No es fácil brillar tantos años en los escenarios y, sobre todo, en una disciplina tan exigente como el ballet, pero Herrera lo atribuye completamente a la pasión. «Desde que empecé a bailar, a los 7 años, siento el mismo amor que hoy en día. Creía que luego de la cantidad de funciones que llevo representadas esa pasión iba a disminuir y ha resultado todo lo contrario. Amo cada día de mi trabajo. No veo límites para seguir expresándome y pienso que de eso se trata la pasión». Y así lo transmite.

EL COLÓN VIAJA A NUEVA YORK

Gracias a El corsario , el ABT presenta por primera en el Met una producción hecha íntegramente en el Colón. Para conocer los pormenores, LA NACION dialogó con la directora escenotécnica del teatro, María Cremonte, quien relató todo el camino recorrido por esta producción.

«En 2010, cuando se programó El corsario , Lidia Segni, la directora del ballet, convocó a un equipo creativo que es garantía de excelencia, y ésta es la razón por la que hoy estamos hablando de este tema. Roberto Oswald (régisseur, escenógrafo e iluminador) y Aníbal Lapiz (vestuarista) integran una dupla que aquí ha hecho historia; son maestros de los que uno siempre aprende. Ellos concibieron este proyecto, esta vez sumando a Christian Prego, que ha sido el escenógrafo de la producción», se entusiasma Cremonte. Entre sus producciones se destaca Falstaff La bella durmiente y Lohengrin . «Tanto Oswald, Lapiz y Prego conocen perfectamente el funcionamiento de los talleres de nuestro teatro y saben como sacarle lo mejor», afirmó.

Cuenta Cremonte que en el primer contacto que tuvieron con ella desde Nueva York, el director técnico del ABT le pidió material gráfico, por lo que armaron un dossier técnico con la parte del barco, que es la más impactante; les gustó y así fue dándose todo. «La producción completa se hizo en nuestros talleres, divididos en dos grandes grupos: los de vestuario (sastrería, peluquería y zapatería) y los de escenografía (herrería, carpintería, utilería, artesanía teatral y escultura). Para entregarlo en Nueva York se mandó todo en contenedores, embalados como corresponde», contó.

Se la ve feliz cuando describe lo que significa que sea una argentina la que lo baile en el Met: «En esta oportunidad, Paloma es como una madrina para nosotros, sé que compartimos un bello sentimiento de orgullo mutuo», concluyó

Por Helena Brillembourg  | LA NACION

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