El nuevo equipo comenzará a funcionar en 2018 y permitirá dar alertas con mayor exactitud. Una de cada cuatro previsiones de lluvia falla.
Los modelos numéricos globales con los que se realizan los pronósticos tienen una resolución espacial de 25 kilómetros que, con la capacidad de cómputo actual, el SMN amplía a 10 y en el futuro, con el nuevo sistema, lo hará hasta los 4 kilómetros. “Es como si uno quisiera poner una lupa sobre nuestro país, para eso se necesita mayor capacidad de cómputo para ver el detalle y mejorar la calidad del pronóstico a escalas globales”, agregó Saulo.En la actualidad, el porcentaje de acierto de pronóstico de temperatura con un día de antelación del SMN es de 85% y el de precipitaciones entre el 73 y 83 %. “A lo que apuntamos –indicó Saulo– es a mejorar la precisión en términos de locación espacial”. Esto se logrará al tener menor distancia entre los lugares de análisis desde donde se extrapolan los datos a otras áreas sin información.
Además, en el SMN esperan que esta herramienta les permita dar alertas a corto plazo con una antelación de entre 15 y 60 minutos. Aunque el tiempo pueda parecer poco, Saulo aclaró que estos avisos son para fenómenos muy severos que se forman muy rápidamente. “Ahora cuando nosotros damos un aviso, el área de cobertura es amplia y no tiene los elementos para ir al detalle. Este es uno de los instrumentos, junto con los satélites y los radares, que nos permitirán ser cada vez más precisos en el área”.
La compra de equipo es posible a partir de la convocatoria que realizó el Ministerio de Ciencia para el proyecto Tecnología para la previsión de catástrofes en la que fue elegida la propuesta del consorcio formado por el SMN, el Conicet e Invap- Frontec. Según informó el director nacional de Proyectos Estratégicos del Ministerio, Sebastián Guerriere, se trata de una supercomputadora de alrededor de 4 mil núcleos “con la que se pueden hacer corridas de datos cada tres horas, ver los desvíos de cada corrida y tener una pronóstico acertado”.
Inversión. Con el nuevo sistema de cómputo también se podrá cuantificar la incertidumbre e informar en porcentajes la probabilidad de que ocurra un fenómeno y aportar más datos sobre el carácter de los mismos. Saulo señaló que “en la medida en que uno tiene mayor detalle de lo que pronostica puede discriminar si una tormenta severa traerá aparejada ráfagas más o menos intensas o lluvias más o menos copiosas o la probabilidad de granizo”.
Para el proyecto se invertirán $77 millones, de los cuales 60 millones los aportará la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica a través del financiamiento del Banco Mundial y, el resto, el consorcio público-privado. La iniciativa incluye también la compra de un segundo equipo similar pero más pequeño que utilizará el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera, del Conicet y la UBA, para hacer investigaciones y evaluar la precisión de los pronósticos. “Esas pruebas se hacen offline con tormentas de las que uno ya conoce el detalle de lo que sucedió y quiere ver cuál hubiera sido la mejor estrategia para pronosticar”, describió Saulo.
En este consorcio, Guerriere explica que “Invap se va a encargar de implementar un software dedicado al manejo de todos los datos de radar para mejorar el monitoreo de los eventos de alto impacto”. Mientras que la empresa Frontec desarrollará un portal con los datos meteorológicos disponibles de manera gratuita y otros más específicos que serán pagos y se ofrecerán, en especial, al sector agropecuario.
Un satélite avanzado
A partir de noviembre, el satélite geoestacionario ambiental de la NASA operado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos, GOES -16, ofrecerá imágenes de la Tierra cada 15 minutos con una resolución cuatro veces mayor que el satélite actual de la misma serie. “Con respecto a otros satélites mejoró la calidad espectral, es decir, la cantidad de bandas en las que mide, por lo que tiene mayor precisión al determinar variables como temperatura, humedad y el movimiento de las nubes”, explicó Celeste Saulo, directora del SMN, que utilizará esta información para monitorio y elaboración de los pronósticos. El nuevo satélite también agrega un de sensor de actividad eléctrica. “Esa es una herramienta invaluable –aseguró Saulo– porque hoy se puede ver por un satélite que existe nubosidad pero no tiene los elementos para discriminar si es potencialmente peligrosa o no”.
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