La entidad que conglomera a un tercio de los trabajadores en blanco pidió abaratar costos laborales y operativos, bajar impuestos, ampliar los créditos y levantar más barreras proteccionistas contra las importaciones.
La actividad industrial rompió el mes pasado una racha negativa de 15 meses, cuando el Indec dio a conocer el estimador mensual industrial (EMI) de mayo con una suba interanual de 2,7 por ciento. El dato fue bien recibido entre los empresarios, que, sin embargo, no dejaron de advertir que el sector manufacturero acumula una baja de 1,4% en el año y se mostraron cautelosos por el futuro inmediato. De hecho, con miras en el próximo trimestre, el informe del ente de estadísticas señaló que el 50,4% de los ejecutivos espera que las ventas internas sigan estables, mientras que 36,6% anticipa una suba. Entre las exportadoras, el 59% no anticipa cambios y solo un 26,6% prevé un aumento.
¿Qué impide, entonces, que el despegue del sector se concrete?
La pregunta estuvo presente en la última edición del Consejo de la Producción que la entidad fabril realizó el 5 de julio pasado, en la que los empresarios del sector analizaron la actualidad económica del país y esbozaron una serie de reclamos al Gobierno por sus medidas.
La UIA, que conglomera a la tercera parte de los asalariados en blanco del sector privado, preparó un informe donde hacia el final enumeró una serie de pedidos referentes a costos laborales, a importaciones y a líneas de crédito, que aparecen como obstáculos para el crecimiento del sector.
La entidad destacó el alto nivel de la presión tributaria y pidió la reducción de las tasas municipales y del impuesto a los Ingresos Brutos, que llega hasta el 5% en la Argentina y es inexistente en el resto del mundo.
Además, propuso la creación de una cuenta corriente tributaria «que permita saldar retenciones que hay en unos impuestos sobre otras obligaciones fiscales a pagar» y exigió limitar la litigiosidad en el sistema de Riesgos del Trabajo.
Por otro lado, la UIA reclamó una ampliación de las licencias no automáticas (LNA) y una pronta sanción del proyecto de Ley de Compre Nacional, además de la suba de reintegros a exportaciones industriales.
También se mostró reticente a la posibilidad de establecer relaciones comerciales con China y de acordar un tratado de libre comercio con la Unión Europea.
En cuanto al costo energético, la UIA pidió un techo para los importes de las tarifas de gas y luz. «Por el lado del gas hay que establecer un precio no superior a u$s 3 ó u$s 4 por millón de BTU (MmBTU), mientras que el precio de la luz debe ser de u$s 55 por megawatt», consideraron, además de pedir una baja de los costos de peajes y logística.
La entidad advirtió también que, ante una inversión crediticia al sector privado en torno a apenas 15% del PBI, el gobierno debe incrementar las líneas de financiamiento para la producción y abaratar los seguros ambientales.
Más problemas
Así, la entidad a través del informe resultante destacó que, si bien el mercado interno se duplicó en los últimos años, el país atraviesa un estancamiento en el sector, con pérdida de empleo, freno en la innovación e incremento de la informalidad, además de cuestionar ‘la elevada dependencia‘ de las importaciones y una calidad de infraestructura ‘demasiado baja‘ en comparación a los niveles de la región.
Por otro lado, la UIA advirtió que los crecientes niveles de informalidad, que alcanza a 500.000 de los 2,1 millones de trabajadores industriales, afectan especialmente a las empresas más pequeñas.
Al estimar que la carga laboral en Argentina es ‘la más elevada del mundo‘ (del 34 por ciento), la entidad asegura que los altos índices de informalidad llevan a los impuestos al trabajo se concentren en el empleo registrado y a que menos compañías afronten procesos de innovación.
De hecho, el informe calculó que el costo laboral manufacturero por hora fue de u$s 17,6 en 2015, mientras que el de Brasil fue de menos de la mitad, a pesar de que el país vecino posee un gasto en I+D que dobla al de la Argentina.
En ese sentido, la UIA alentó a empresarios del sector a desarrollar innovaciones tecnológicas, pues, según sus estimaciones, el 95% de las compañías que lo hacen obtienen resultados ostensibles.
Es que el informe estimó, a partir de datos del Ministerio de Ciencia, que de cada 100 empresas sólo innovan 60, de las cuales 57 consiguen beneficiarse en el proceso. Sin embargo, la entidad alerta que apenas el 51% de las empresas pequeñas busca innovar y que el 48% obtiene resultados.
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