Mateluna y Correa se fueron de la Celeste, que maneja el gremio desde 1998, y se enfrentarán a Maure y compañía. La votación se hará el 15 de junio. Liliana Chávez y Cristina Raso, en un acto el lunes último.
La lista Celeste sostiene su hegemonía en el SUTE desde hace casi dos décadas. El sector que arrancó su predominio en el sindicalismo docente con Gustavo Maure ha conocido crisis y cismas. Esta vez, la ruptura la encabezan dos dirigentes que han tenido mucha visibilidad: uno es el propio secretario general del gremio, Adrián Mateluna; el otro es Gustavo Correa, el titular de la CTA de los Trabajadores.
Del otro lado, las caras más conocidas que se mantienen fieles al espacio que las impulsó son las de la secretaria gremial, Liliana Chávez; Cristina Raso, Javier Guevara y, por supuesto, Maure, el histórico líder del sector que ganó por primera vez la conducción del sindicato docente en 1998, arrebatándoselo a otro histórico, Marcos Garcetti.
La fractura es reconocida en voz baja y se nota en los hechos. El lunes pasado, el SUTE anunciaba la realización de un paro nacional en repudio al accionar policial para impedir que Ctera instalara el “aula itinerante” en la Plaza de los dos Congresos. En la puerta de la Legislatura de Mendoza estaban la secretaria gremial Chaves y la prosecretaria de Derechos Humanos, Raso. Entre el público estaba Maure. Mateluna no; tampoco Correa.
Un par de días después, a los periodistas locales les llegó un mensaje de whatsapp de Correa, pero de un número distinto al que habitualmente usa. El cambio de número corporativo fue otro dato que puso en evidencia la ruptura. Cuentan algunos cercanos a Correa que sacaron el teléfono a todos los que ya “no eran de confianza”.
La pregunta era inevitable, pero hubo silencio oficial en el SUTE. Sí hubo confesiones en voz baja de allegados. “Los que ves acá son los que siguen en este proyecto. Los que no están, optaron por otro camino” se escuchó el lunes en la Peatonal, cuando Chaves anunciaba el paro, bajo la atenta mirada de Maure.
Del otro lado, muy discretamente se indica que se fueron, que tienen buena parte de la estructura de delegados departamentales y que van a dar batalla en las elecciones que se vienen. El 6 de mayo vence el plazo para presentar las listas y el 15 de junio son las elecciones para elegir las nuevas autoridades del sindicato docente, el mayor de Mendoza.
Si bien la ruptura se hizo casi oficial en las últimas horas, ya se venía cocinando hace varios días, cuando Correa y Mateluna reservaron varios colores de listas para presentarse por fuera de la Celeste en las próximas elecciones. La novedad se conocía en los ámbitos sindicales, pero nadie la había hecho trascender, salvo por los gestos, por las fotos y, en la última semana, por el cambio de número de celular.
“Hay diferencias de metodologías, de acciones políticas sindicales; de cómo analizamos la realidad y cuáles son las estrategias para avanzar”, decía un referente que se mantiene en la Celeste.
Acusan que Correa y Mateluna se han arrimado demasiado al Partido Justicialista y que si bien la conducción de la Celeste es kirchnerista, también tienen dirigentes que son de otros partidos: “Queremos un frente sindical. Lo que nos une es la defensa de los trabajadores de la educación”.
Efectivamente, la conducción de la Celeste es afiliada a Kolina y la presidenta del Partido de la Victoria, donde se aglutinan todos los partidos kirchneristas no peronistas, es Marcela Ilacua, la esposa de Maure.
Fuentes vinculadas al PJ indican que Correa se ha acercado al partido en los últimos tiempos, pero niegan tener que ver con la fractura. Sostienen que ese acercamiento es más por la dinámica interna del SUTE, en la lucha por la conducción.
Correa, que también es afiliado a Kolina, ha sido un dirigente activo en los últimos tiempos. Si bien creció bajo el liderazgo de Maure, desde hace tiempo viene mostrándose con otros gremios, impulsó activamente la concreción de la “Intersindical” y se lo pudo ver en las audiencias por el incremento de los servicios públicos.
Algunos sostienen que mientras Maure es más pragmático a la hora de la conducción, Correa parece más ingenuo, o más romántico, definición que varía según la cercanía a cada uno de los protagonistas.
Entre los mitos urbanos que rondan toda negociación salarial, hay una historia referida a la paritaria de este año. Se dice que el Gobierno provincial prácticamente tenía cerrado un acuerdo con los leales a Maure, encabezados en las negociaciones por la secretaria gremial Chaves.
Dicen que fue Maure quien ordenó acordar, casi en los mismos términos que otros gremios: un 17% que venía engordado con algunos anabólicos salariales como ítems y el famoso pago de una deuda de 500 millones de pesos por el ítem zona que reclamaban los docentes.
El mito urbano es que ese acuerdo tácito se cayó cuando Correa y Mateluna empezaron a operar en contra en las votaciones de las escuelas. La historia posterior es conocida: el aumento a los docentes fue por decreto, pero sin los anabólicos.
Los rivales de siempre, por ahora con dudas
La pregunta es cuánto influirá la fractura en la lista Celeste en el resultado de la elección y cómo se rearmarán las otras listas ante esa ruptura. En 2013, cuando Mateluna accedió a la conducción del SUTE, obtuvo el 49% de los votos; la lista Lila (en la que revistaban peronistas distanciados de la Celeste y radicales) obtenía el 28% y la Marrón (en la que participan sectores independientes y de izquierda) el 22% para la conducción provincial, aunque lograron hacer pie en la conducción del gremio en Godoy Cruz.
Todos los sectores están en charlas. En la Lila hay movimientos, pero las versiones son contradictorias. Hay quienes juran que los peronistas que la conformaban se arrimaron a Maure, otros juran que se fueron con Correa. De los radicales que conformaban esa lista, pocas novedades hay, parecen diluidos, dicen sus adversarios.
En la Marrón hay conversaciones para definir qué harán. Tienen tiempo hasta el 6 de mayo. Sin embargo, hay quienes dicen que las negociaciones no vienen fáciles. Hay muchos espacios aglutinados en esa lista, casi un frente; tanto que también la llaman la “multicolor”. Hay gente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), del Partido Obrero (PO), hay independientes menos vinculados a lo partidario y del Partido Comunista Revolucionario (PCR).
En la Marrón hay posturas para todos los gustos, incluso hay quienes dicen en voz baja que están cansados de mirar de afuera y quieren ganar; otros que quieren mantener el espacio que ganó en 2013: la seccional Godoy Cruz.
Un quiebre con varios antecedentes
No es la primera vez que la Celeste ofrece fracturas expuestas. En 2004, el entonces secretario gremial Alfredo Ginebra se enfrentó al secretario general Gustavo Maure. En la elección de junio de 2004, Maure saldó el enfrentamiento ganando.
En 2008, después de diez años al frente del SUTE, Maure dio el salto a la Ctera, donde ocupó la secretaría gremial. En el SUTE quedó Eduardo Franchino. A los pocos meses de asumir, el secretario general se enfrentó al líder de la Celeste.
Las crónicas de aquellos años indican que los motivos de la pelea fueron que Franchino pretendía acercarse a otros gremios estatales y estaba enfrentado al gobierno de Celso Jaque. Algunos argumentos hoy parecen repetidos respecto de Gustavo Correa.
En enero de 2010, la fractura terminó con la destitución de Franchino. En los papeles quedó a cargo del gremio la entonces secretaria adjunta Josefina Orozco, pero quien ejerció realmente la conducción fue la entonces secretaria gremial, Cristina Raso, hoy prosecretaria de Derechos Humanos del SUTE y leal a Maure.
Fuente:http://losandes.com.ar/article/el-sute-va-a-elecciones-con-el-oficialismo-partido
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