Como el martes en Mendoza, ayer se aprobó en el Congreso un proyecto similar que además autoriza al Conicet y al INTA a cultivar la planta.
El proyecto sobre la investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y de sus derivados para el tratamiento de enfermedades como la epilepsia o el alzheimer, fue ayer convertido en ley por la Cámara de Senadores por unanimidad y sin debate.
La iniciativa fue apoyada por todos los bloques y votada en un rápido trámite a pedido del senador del Frente para la Victoria Juan Manuel Abal Medina, quien requirió que se apuraran los tiempos debido a que la sesión se venía extendiendo durante 5 horas por otros asuntos y un grupo de madres y niños que apoyaban la sanción esperaban en un salón contiguo.
El proyecto aprobado -similar al que se sancionó el martes en Mendoza- establece un marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y paliativo del dolor con la planta de cannabis y crea un programa nacional para el estudio y la investigación de su uso.
El Ministerio de Salud, además, debe garantizar el aprovisionamiento de los insumos necesarios, ya sea a través de la importación o la producción por parte del Estado nacional, para lo que autoriza el cultivo de plantas de marihuana al Conicet y al INTA.
Por su parte, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) permitirá la importación de aceite de cannabis, cuya provisión será gratuita para quienes estén incorporados al programa a través de un registro nacional.
Finalmente, establece que el Estado impulsará la producción pública de cannabis y su industrialización para uso exclusivamente medicinal, terapéutico y de investigación.
El proyecto fue rápidamente debatido en comisión por la Cámara alta, ya que el martes obtuvo dictamen y ayer fue aprobado sobre tablas en la que fue la primera sesión ordinaria del año del Senado.
María Laura Alasi, la primera madre en obtener la autorización de la Anmat para importar ese producto a fin de tratar la epilepsia refractaria que padece su hija de 4 años, aseguró que la ley es “un sueño cumplido” para todas las familias que lo necesitan y corona “tanta lucha” para lograrla.
Alasi, quien es fundadora de Cannabis Medicinal Argentina (Cameda), se mostró satisfecha con el aporte realizado por su familia a esta causa al impulsar el primer pedido de importación, tras el cual otras 200 familias obtuvieron respuestas similares.
En octubre de 2015, la Anmat autorizó la la importación del aceite “Charlotte” para la hija de Alasi, que experimentó una evolución importante de su enfermedad. La nena “fue diagnosticada de síndrome de West a los 7 meses, pero con el tiempo se le transformó en una epilepsia refractaria”, que “le produce crisis convulsivas y un consecuente retraso madurativo”, contó.
Cuando empezó a tratarse con el aceite de cannabis “tenía 100 convulsiones diarias que duraban 40 minutos y ahora tiene algunos períodos de inestabilidad, por eso es importante que los médicos y científicos nos acompañen para dar con la dosis justa”, explicó la mamá.
Ahora la nena “está conectada (con quienes la rodean), nos mira y nos sonríe”, porque además pudo dejar las 10 pastillas anticonvulsivas que tomaba antes por día”, dijo Alasi, que también quiere el autocultivo.
“A veces una sola variedad de aceite no cubre todas las necesidades y lo que aprendimos con médicos es que tiene que rotar el tipo de cannabis para que no se produzca el acostumbramiento”, explicó.
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