Lapicera de Vidal. La provincia de Buenos Aires será, como siempre, la que incline la balanza de la elección. La gobernadora de María Eugenia Vidal quiere listas de unidad en su terreno para afianzar Cambiemos, a contramano del pedido de internas que reclama un sector (minoritario) del radicalismo. La pregunta es sencilla: ¿Quién tendrá más lugar en las listas, los sectores del PJ para dividir a los que están en frente o la UCR? También se analiza qué intendentes están cumpliendo metas de gestión y quiénes generan más reclamos que resultados. Un ejemplo de lo segundo es Martiniano Molina (Quilmes) que no da pie con bola, producto de las rencillas locales y la falta de conducción. Lo acompaña Nicolás Ducoté (Pilar), que debió aceptar la incursión de la tropa de Jesús Cariglino, histórico barón de Malvinas Argentinas, por la exigencia que llegó desde La Plata.

En la danza de posibles candidaturas se repiten hasta el hartazgo los que comenzaron a instalarse en el verano: el intendente de Vicente López, Jorge Macri y el neurocirujano Facundo Manes. A ellos se suma la figura femenina de Gladys González, dirigente de Avellaneda, hoy al frente de ACUMAR que ganó protagonismo en 2016 como interventora del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos, caja que supo manejar el detenido Omar «Caballo» Suárez. González es, además, esposa de Manuel Mosca, dirigente del PRO que ganó poder y a fin de año quedó como presidente de la Cámara de Diputados bonaerense.

Mientras tanto, Vidal y Emilio Monzó hicieron las paces de cara a octubre. El presidente de la bancada PRO en la Cámara Baja acompañó a Mauricio Macri en su gira por España. Desde el oficialismo siguen de cerca las listas propias, pero también las ajenas. ¿En qué sentido? Es necesario dividir al peronismo en la mayor cantidad de facciones posibles. El ideal amarillo sería competir contra lista del kirchnerismo, otra del Frente Renovador y otra con el peronismo que no se identifique con ninguno de los otros dos. En esa tarea trabaja desde hace meses Eduardo Duhalde, que a fines de 2016 hasta compartió acto con la gobernadora. Hace unos meses quiso sentarse a charlar con los intendentes del Grupo Esmeralda: recibió un rotundo «no». Su esposa, Hilda «Chiche» Duhalde blanqueó parte de esas intenciones esta mañana en diálogo con FM Cielo: «Hay una oferta de un sector del peronismo, para que yo sea candidata». Luego, afirmó que «Duhalde se ha impuesto como misión reconstruir el peronismo, pero ayudando al Gobierno». La contradicción es notoria.

Villa Giardino, Córdoba. Hasta allí viajarán radicales de todo el país para delinear la estrategia del partido de cara a las legislativas y, también, insistir en mayor participación dentro de la toma de decisiones. Se apoyan en algunos hechos concretos: la mayor cantidad de «errores» de gestión fueron por parte de la mesa chica del PRO, lugar a donde solo accede, de forma esporádica, Ernesto Sanz, quien hoy está también en España junto al Presidente.

Ricardo Alfonsín seguirá pidiendo un cambio en la estrategia. El hijo del expresidente sigue perdiendo poder en Buenos Aires. En cambio Daniel Salvador, vicegobernador, sigue pintándose de amarillo. «Hay que analizar la situación y debatir si ahora viene otra etapa», dijo a La Nación quien será el anfitrión en la sierra, el diputado Mario Negri.

Sobrevuela el debate por una provincia en particular: Santa Fe. Allí el Frente Progresista Cívico y Social vive una interna que lejos está de terminar: la UCR y los socialistas mantienen una alianza cada vez más zigzagueante ante la irrupción de Cambiemos. El gobernador de la provincia, el socialista Miguel Lifschitz, fue tajante: «A (José) Corral no lo contamos». En su entorno creen que el jefe de los radicales e intendente de la ciudad de Santa Fe, jugará en la lista del PRO pero que muchos de los dirigentes del centenario partido se mantendrán dentro del Frente. Por las dudas, uno que se anota para disputarle a Corral la candidatura es Luciano Laspina, presidente de la Comisión de Presupuesto en Diputados y que responde al ministro Rogelio Frigerio.

El huracán chaqueño. Simpre blanco o negro, y a contramano de los armados colectivos, lo que haga Lilita Carrió está por verse y genera dolores de cabeza para el PRO. La diputada detenta gran poder dentro de la alianza gubernamental y es escuchada como pocos por Macri. El enojo radical llegó días atrás de la mano del senador Julio Cobos quien le pidió al Presidente que «no sea la única voz que se escuche». ¿La titular de la CC-ARI jugará en Buenos Aires o en Capital Federal, si es que se presenta este año? El PRO se siente más cómodo con Lilita en la Ciudad y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, no tiene problema en sumar candidatos a esa lista. Sin internas, obvio.

La decisión repercutirá en la estrategia del embajador de Estados Unidos, Martín Lousteau. Cambiemos le reiteró al líder de ECO que el espacio no se abre. Si quiere competir, que sea por afuera. «En la Legislatura estuvieron más veces en contra que a favor y ahora quiere colgarse, está loco», graficó un dirigente del PRO dentro del recinto. ¿Se animará a enfrentar a Lilita? Si Carrió va a la provincia, pésima noticia para Jorge Macri. Y Larreta necesitará un plan B. Por ahora, asoma el vicejefe Diego Santillli, pero este no quiere saber nada con el desgaste de una nueva campaña. Aunque entiende que una orden de arriba está para cumplirse.

¿Se definirá en las PASO? Muchos los sectores del PJ quieren competir en una interna. ¿Quién enfrentaría a CFK? Julián Domínguez disparó días atrás: «Seré candidato a pesar de lo que haga o piense Cristina Kirchner». El problema es que no mide lo que esperaba. De reunión en reunión con Florencio Randazzo, quiere que el exministro de Transporte lo acompañe en la lista. ¿Aceptará? Por lo pronto, quien desistió ser candidato a gobernador en 2015 mañana será recibido por el Papa Francisco en el Vaticano. La audiencia será privada. Quizás ahí obtenga un consejo del hombre más poderoso de la Iglesia Católica.

Juegan los puntanos. El gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, estuvo junto al exsecretario de la Presidencia, Oscar Parrilli, en el Instituo Patria, desde donde salen las estrategias K. La reunión fue días después de la visita del presidente Mauricio Macri a la provincia, donde no se encontró con el gobernador. Allí el PRO tiene un candidato: Claudio Poggi, quien fuera parte de la mesa chica de los Saá y ahora busca enfrentarlos en las urnas.

¿Schiaretti en el PRO? El gobernador de Córdoba se subió al avión presidencial rumbo a Brasil la semana pasada. ¿Hay alianza? «Por lo bajo van a arreglar pero por arriba seguirán confrontando para que no se parta el peronismo», contó un dirigente cordobés de la legislatura a este medio. Unión por Córdoba está alineado al macrismo y fue clave en la victoria de Macri en el balotaje de 2015. El peronismo cordobes anticipó la furia a través de dirigentes que responden al inoxidable José Manuel De la Sota, que quiere jugar a la oposición mientras Schiaretti los frena. Si el actual gobernador rompe para irse a Cambiemos, la división peronista podría llevar a una derrota provincial en 2019. «Eso le conviene solo a Macri», señalaron a este medio, pensando más en la elección que llegará en dos años

Frente Renovador. Sergio Massa vive en campaña desde 2013. Allá lejos quedó su época de gestión como intendente de Tigre. Ahora, como diputado nacional, le cuesta salir del medio de la polarización reinante entre el FPV y la coalición de Cambiemos. Apostó por la alianza con Margarita Stolbizer, que se afirma cada vez más. Meses atrás, cuando el Movimiento Evita se apresuró a mostrar sus cartas, la estrategia conjunta con el movimiento social parecía un hecho pero de a poco se observan algunas diferencias. La fórmula Ma-Ma (Malena Massa/Margarita) es el ideal pero hasta el momento en el FR insisten que «no es momento de candidaturas sino de trabajo».