En medio de fuertes cimbronazos políticos a nivel mundial, se espera que el comercio en 2017 comience a recuperarse. Además, en los últimos días el dólar bajó con fuerza y se encienden luces de alarma en sectores de la economía. A continuación un repaso por los tres datos claves de la semana:

Si hay algo que todos recordaremos del año 2016 fueron los cimbronazos que causaron a la economía y a la política internacional fenómenos cómo el sí al BREXIT y la elección de Trump como presidente de Estados Unidos. Estos acontecimientos evidenciaron que, lejos de estar tendiendo hacia un mundo en el cual los tratados de libre comercio (como el ya caído TPP que Obama planificó) dominarían las relaciones económicas, cada vez es más visible que nos encontramos en una etapa de reconfiguración del comercio mundial hacia un esquema en el cual los acuerdos bilaterales recuperarán protagonismo.

El 14 de febrero la Organización Mundial del Comercio (OMC) publicó el Indicador de Perspectivas del Comercio Mundial (WTOI), el cual muestra las últimas tendencias del comercio mundial. El mismo presentó un valor de 102, lo que implica que el comercio mundial está teniendo un impulso moderado en relación a las tendencias de mediano plazo, por lo que se espera que el comercio crezca, aunque modestamente, durante esta primera etapa del 2017. Esta tendencia no se replica para el caso particular del comercio de mercancías, el cual presenta un valor de 97,4, por debajo de las tendencias de mediano plazo.

La crisis del 2007/2008 también parece haber tenido un fortísimo impacto sobre el comercio ya a que a partir de la misma la desaceleración del comercio internacional fue muy  intensa (de acuerdo a datos del FMI y el Banco Mundial, el volumen del comercio mundial creció 8,9% interanualmente entre los años 2004 y 2007, decreciendo a partir de entonces y registrando en 2016 una variacion de tan solo 2%), preanunciando quizás el proceso de desglobalización que se está insinuando.

La cifra corresponde al número de mujeres afiliadas a partidos políticos en Argentina, mientras que los hombres son 3.969.039. De esta forma, las mujeres, con una participación del 52,72%, constituyen la mayoría de los afiliados. Sin embargo, lejos está de replicarse esta participación en los espacios de poder político. Aunque las mujeres constituyen el 50% de la fuerza de trabajo empleada por el Poder Ejecutivo Nacional, dicha situación no se replica en los cargos jerárquicos. De acuerdo al GPS del Estado elaborado por CIPPEC, solo el 22% de los cargos políticos son actualmente ocupados por mujeres, y solo el 14% de los Ministerios son dirigidos por ellas. Asimismo, cuando analizamos la composición de género de los cargos políticos de los distintos Ministerios encontramos no solo que la participación de las mujeres en los cargos jerárquicos es baja, sino también que se encuentra concentrada en áreas históricamente femeninas. A modo de ejemplo, encontramos que en el Ministerio de Desarrollo Social el 56% de los cargos jerárquicos son ocupados por mujeres, y en Educación y Salud lo son el 27% y 40%, respectivamente.  Si bien estos últimos están lejos de alcanzar la paridad, la participación femenina en cargos políticos es notablemente mayor que en los casos de los Ministerios de Defensa, Interior, Obras Públicas y Vivienda, Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y Agroindustria, ninguno de los cuales supera el 14%.

Durante toda la semana el dólar tuvo una tendencia decreciente. El ingreso de divisas  originado en  las colocaciones de deuda nacionales, provinciales y  privadas, las liquidaciones de las exportaciones, sumado a la persistencia de los efectos del blanqueo y a que el gobierno no se encuentra interviniendo en el mercado, están acentuando la  apreciación del peso.

De acuerdo al informe de Actualidad Industrial de la UIA, durante el año 2016 la industria registro una caída del 4,9%. Ello se evidenció en la cantidad de empresas que cerraron sus puertas, dejando a miles de trabajadores sin su fuente de trabajo (50.000 puestos de trabajo menos entre noviembre del 2015 y noviembre del 2016 de acuerdo al mismo informe). Si bien Argentina enfrenta múltiples problemas vinculados con la competitividad sistemica de la economia y la baja  productividad de algunas ramas productivas, agravados por el ya mencionado estancamiento del comercio internacional, la consiguiente caída de la demanda externa y la caída del consumo interno; la tendencia decreciente del dólar solo profundiza ese proceso, e incrementa aún más la ya existente presión importadora en algunos rubros (las importaciones de los rubros bienes de consumo y vehículos automotores de pasajeros, por ejemplo, aumentaron 17% y 38,5% respectivamente interanualmente).