San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

Tetas o no tetas…esa es la cuestión

El episodio del topless de 3 mujeres en la playa de Necochea, la marcha programada en defensa de la actitud de esas mujeres (marcha del tetazo) y la aprobación de esta conducta por parte del juez Mario Juliano, invita a una profunda reflexión acerca de qué son las pautas de convivencia.

Convivir quiere decir “vivir con otros” y para vivir con nuestros congéneres en paz y armonía, es indispensable respetarnos los unos a los otros.  Antes de que se fijen las leyes que regulan las relaciones entre las personas, existen los usos y costumbres del lugar, esos usos y costumbres son lo que llamamos moral.  Al respecto, es increíble que el juez Mario Juliano desconozca este principio básico en su valoración del episodio de Necochea.

Existen países en los que el casamiento de niños es aceptado y eso tiene directa relación con sus usos y costumbres.  Nosotros nos horrorizamos con esto que consideramos pedofilia; o con el incesto (casamiento y las relaciones entre familiares) hecho intolerable para nuestra cultura pero aceptado por otras.

Quienes creemos en la libertad, entendemos que esta no es irrestricta, tiene un límite; ese límite es la libertad del otro.  Como dice Alberto Benegas Lynch (h), “el respeto irrestricto por el proyecto de vida del otro”.

Mis acciones deben contemplar el contexto interpersonal en el que las desarrollo.  La igualdad de derecho implica respetar las diferencias; las diferencias son buenas.  Tratar con igual respeto las mamas del hombre y de la mujer (que son física y culturalmente distintas) significa no buscar que sean iguales.

La glándula mamaria es un órgano que define el carácter sexual secundario de la mujer.  Médicamente no es un órgano sexual, sí lo es en lo cultural.

Pero la mama también es un órgano relacionado con la maternidad.  En el caso en el que una mujer esté amamantando, la imagen no es sexual; aún a pesar de que existen corrientes psicológicas que hacen referencia al erotismo que produce en la mujer el amamantar a su hijo.

Incluso la exposición de los órganos sexuales no tienen indefectiblemente un carácter sexual.  Si un niño o una niña de 1 año corre desnudo por la playa, esa desnudez no tiene un carácter sexual.

Así vemos que el hecho de la desnudez en sí no es el foco de la discusión, si lo son las condiciones del efector y cómo impacta en el prójimo.

Una mujer se coloca implantes mamarios porque considera que sus mamas son un baluarte de su femineidad, desea sentirse y verse “mejor” como mujer.  Y eso está muy bien.

Este hecho muestra que la mama no es sólo “una teta inocente”, no es una parte más del cuerpo.  Si así fuese, las mujeres no tendrían por qué tener reparos si un amigo las saludase con una palmeada en la mama en lugar de la espalda ó si en lugar de darle un beso en la mejilla se lo diese en el pezón.

Si las mamas fuesen apenas una glándula más y sólo el hombre, con su mente retorcida, la ve con ojos libidinosos, entonces ¿por qué una mujer habría de acusar de abuso deshonesto al que se las tocase?

Luego está el tema del espacio público.  Las playas públicas son un lugar de convivencia en el que nuestro comportamiento debe tener una mayor restricción que en un ambiente privado.

Si concurro a un club nudista, todos los allí presentes comparten el uso y costumbre de andar desnudo y no generaría inconveniente, pero quizás no aprobarían el uso de drogas y si consumiese cocaína sería expulsado.  A la inversa, si voy a un lugar de droga libre, es posible que no aprueben que esté desnudo.

Siguiendo con el tema del espacio público; si tengo “derecho” a estar con las “tetas al aire” en la playa pública, ¿por qué no en otros espacios públicos, como la calle o la Casa Rosada o la escuela?  Incluso a la escuela podrían concurrir las maestras y las alumnas con remeras que dejen sus mamas descubiertas; la escuela y la playa son dos espacios públicos que responden al mismo principio en lo que se refiere a las normas de convivencia.

Los usos y costumbres de gran parte de los argentinos (lo que yo opine al respecto es irrelevante) no acuerdan con la práctica del topless en espacios públicos y eso debe respetarse.

Un tema aparte son las inconsistencias e incongruencias de la hipocresía política y de parte de la sociedad.  Se puede tener los pechos desnudos pero no se puede hacer un concurso de cola Reef; queremos que no se cosifique a la mujer pero desvalorizamos un caracter femenino como las mamas; un joven de 16 años puede elegir al Presidente de la Nación pero no puede entrar al cine; una persona de 17 años puede conducir un automóvil (potencialmente un arma) pero no es consciente de lo que es un delito.

Estas son las mismas inconsistencias que nos hacen pedir una baja en los impuestos pero tarifas subsidiadas, mejor educación pero sin sanciones ni aplazos, mayor seguridad pero sin controles ni castigos.

Es hora de madurar.

Por: Rogelio Lopez Guillemain  – rogeliolopezg@hotmail.com

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