La escuela tiene un rol clave: la mitad de los alumnos desayuna y un 20% almuerza en escuelas estatales. Los servicios alimentarios escolares son un espacio de enorme potencial para mejorar la nutrición y promover hábitos más saludables. Sin embargo, en buena parte de las provincias la inversión en los servicios de alimentación es insuficiente.
La asignación del servicio de comedor no se basa en indicadores objetivos, y la administración cotidiana suele recaer sobre los directores, que disponen de menos tiempo para las tareas pedagógicas. La preparación de las comidas está a cargo de madres o de personal informal sin capacitación; las leyes sobre alimentación escolar son infrecuentes; los controles bromatológicos y las auditorías financieras, escasos. Además, la educación nutricional es casi nula: se desaprovecha el momento de la comida como espacio pedagógico para reforzar prácticas saludables. La escuela no corrige la malnutrición infantil, la profundiza.
Para revertir esta situación es fundamental que se genere una política nacional de alimentación escolar a partir de una mayor y mejor intervención del Gobierno. Es esencial que se desarrollen estándares de calidad, que se apoye fiscalmente a las provincias más necesitadas y que se revisen los modelos de gestión, ejes centrales de la propuesta presentada por Cippec y Cepea.
Brasil, Chile, Colombia y México tienen políticas en la materia, y también existen buenas políticas provinciales. Existe una oportunidad para liderar un cambio en nutrición y educación alimentaria desde el sistema educativo.
La autora es directora del Programa de Protección Social de Cippec
Fuente> http://www.lanacion.com.ar/1977436-educacion-alimentaria-la-materia-que-falta-en-las-escuelas
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