La UFI AMIA dio por probado que una camioneta Renault Trafic fue utilizada como coche bomba el 18 de julio de 1994 para volar la mutual judía, en base al estudio de un conjunto de restos metálicos que habían sido extraídos de los cuerpos de varias de las 85 personas fallecidas en la explosión.
Con esta confirmación, quedan descartadas las otras teorías en danza, a saber: que el explosivo estaba en un volquete frente a la AMIA, que hubo una implosión, que la bomba ingresó al edificio de Pasteur 633 en los materiales de construcción con los que se trabajaba en el lugar, o la de que se plantaron el motor y los restos de la camioneta para armar una escena.
Según un adelanto del examen pericial de esos materiales realizado por la Gendarmería Nacional, existe concordancia entre la estructura de estas esquirlas con la de aquellas piezas de la Trafic recogidas en el lugar y peritadas en 2002.
Confirmado por un barrido electrónico -uno de los estudios más sofisticados existentes-, los restos encontrados son esquirlas metálicas recogidas por los miembros del Cuerpo Médico Forense que realizaron las autopsias de las personas que murieron en el atentado. Todo quedó documentado en un video (VHS) rotulado «Autopsias» y recuperado el año pasado.
En el video se veía que los forenses extrajeron esquirlas metálicas de los cadáveres, pero los análisis nunca se habían hecho.
Rastreando ese material, los fiscales pidieron informes al laboratorio Químico de la Policía Federal Argentina. Finalmente, se encontraron esos elementos y estaban dentro de una especie de freezer y en un balde rojo se detectaron «14 bolsas transparentes, con fragmentos metálicos y rotulados Material Remanente, Esquirlas».
Las bolsas estaban cerradas y lacradas, y eran coincidentes con las autopsias. Los forenses se llevaron el balde y lo descongelaron en la morgue, donde había restos orgánicos, hisopos con muestras, frascos con pelos de las víctimas y restos.
«La determinación de la existencia de esquirlas metálicas en los cuerpos de las víctimas coincide con la estructura y recubrimiento de los restos de la Trafic secuestrados al momento del hecho y, tal como fuera objeto de los médicos forenses a la hora de preservarlas con gran tino, permite afirmar que el aparato infernal no pudo ser otro que esa camioneta», concluyeron los fiscales.
Las muestras, ahora redescubiertas, nunca habían sido peritadas en los 22 años transcurridos desde el atentado.
Para los fiscales a cargo de la UFI-AMIA, Sabrina Namer, Roberto Salum y Leonardo Filippini, el hallazgo implica un fuerte respaldo científico para la cuestionada hipótesis sostenida por la fiscalía que condujo Alberto Nisman hasta su muerte, en circunstancias hasta ahora no esclarecidas, en enero de 2014
Con información de DyN y Télam
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