Las tarjetas de crédito son el rubro más afectado, aunque mejoraron respecto de los registros previos del año. El adelanto de compras de bienes durante 2015 serían la principal causa del estancamiento en el crédito al consumo
Los préstamos en pesos tuvieron un alza durante noviembre y mostraron las mejores cifras del año en segmentos clave como hipotecarios, personales, prendarios y tarjetas de crédito. Sin embargo, según datos del Banco Central (BCRA), los registros del último mes todavía no logran alcanzar a los de noviembre de 2015. «No me sorprende tanto que el crédito en pesos no esté reaccionando o esté creciendo menos que la inflación: la política monetaria estaba pensada para moderar todos los agregados monetarios. Eso se debería empezar a revertir en los próximos meses», indicó Maximiliano Castillo, de ACM.
En un momento del año en que la financiación mediante tarjetas de crédito suele incrementarse por las compras de fin de año, el rubro creció $ 8758 millones a fin de noviembre un 22% más de lo que creció el mes anterior pero todavía sigue un 29% por debajo de los $11.311 millones que había aumentado en el undécimo mes de 2015.
Una explicación posible a esa diferencia es que en el clima electoral de fines del año pasado, los consumidores adelantaban sus compras de bienes dolarizados para pagarlos en cuotas sin interés, impulsadas en muchos casos por el plan Ahora 12. Así lo ve Martín Polo, de Analytica Consultora: «Es una base de comparación muy traicionera porque en noviembre de 2015 había cierto boom de crédito, principalmente explicado por una expectativa de devaluación y de ajuste de la tasa de interés. Muchos lo aprovecharon para acumular stock».
Para Gabriel Zelpo, de la consultora Elypsis, hay tres efectos que actúan negativamente sobre los préstamos en pesos: «El consumo anticipado del año pasado, las tasas de interés más altas y salarios reales más bajos». En cuanto a las tasas, el economista agregó: «Los créditos personales y de tarjetas se vieron afectados por la desregulación de tasas máximas, ya que se eliminó una normativa que fijaba un tope para los intereses de los créditos personales y limitaba indirectamente la tasa de las tarjetas. Eso provocó que las tasas suban, desincentivando la toma de créditos».
Más allá de que los números todavía no muestran un repunte importante, Martín Polo prefirió destacar el vaso medio lleno: «En octubre y noviembre, aunque con menos fuerza, el stock de créditos de tarjetas subió en el orden del 3% y estuvo por encima de la inflación, lo que representa una mejora en términos reales. Eso se suma al crecimiento de personales (que fue casi al 4% contra 1,8 de la primera parte de año) y prendarios (subieron un 3,7% respecto del 1,5 de los meses previos). Es decir que en el cuarto trimestre hubo una reactivación», afirmó.
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