San Rafael, Mendoza lunes 25 de noviembre de 2024

La recesión impulsa una ronda de consultas con economistas

economiaPeña y varios ministros sondean opiniones. Y a la vez buscan contornear las críticas más duras. Qué se dice entre sus interlocutores.

Nadie ignoraba que ser minoría en el Congreso era una debilidad de origen del Gobierno ni que, por lo mismo, sacar sus leyes lo sometería a una negociación sin respiro con sectores del arco opositor y a otra con estucturas también complicadas aunque no fuesen legislativas. El problema es que enfrenta algo que según su hoja de ruta ya debía jugarle a favor: la economía, que no arranca y sigue sumergida en la recesión. 

Ahijada de la economía, la situación social completa un cuadro que lo expone a presiones de los colores más diversos. Algunas amparadas en causas sin duda justas y varias marcadas, también sin dudas, por el oportunismo político. Así pintan y pintarán las cosas camino de las elecciones de 2017.

Bastante de eso se vió la semana pasada, con la parva de concesiones del macrismo.

Raro o no tan raro, en la mesa de las organizaciones sindicales y sociales faltaron 4 millones, no de pesos sino de personas, quizás porque no las consideren parte de su espacio de interés. Son los trabajadores en negro, que mudan de una ocupación a otra, desprotegidos y siempre a tiro de perder el empleo: suman nada menos que un tercio de la fuerza laboral.

Por fuera brota plata del Estado allí donde se mire, tanta que hasta podría afirmarse que la muñeca política ha sido reemplazada por la muñeca de la billetera. Y que al menos por ahora el Gobierno sólo puede negociar en el margen.

Ya está claro que el ajuste fiscal aguardará mejores tiempos y que el gasto en obras públicas es una locomotora que será empujada a fondo, tal cual quedó en evidencia con el aumento del 80% de octubre.

Es que el problema sigue anclado en una economía que no remonta. Y justamente de eso trata la cadena de reuniones que funcionarios de primera línea mantienen con especialistas de distinto origen.

¿Vos también estás hablando?, le preguntó Clarín a un hombre que hace rato pesa en ese mundillo.

Respuesta: “No te voy a contestar, pero tampoco te voy a mentir”. Clavado, él es uno de los consultados.

Se sabe que en el equipo oficial figuran, entre otros, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, sus asesores directos, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, y el ministro de Producción, Francisco Cabrera.

Del otro lado es posible contar no menos de siete, incluido un especialista en análisis de mercado, o sea, en el seguimiento de las ventas y del consumo. Ciertos encuentros vienen con almuerzo incorporado.

Dice alguien que admite haber participado, aunque pide reserva de identidad: “Prefieren economistas jóvenes, muchos contemporáneos de ellos, y despliegan una gimnasia parecida a la contención entendida por contención de la crítica dura. La mayoría convalidamos, porque no somos de los que quieren echar leña al fuego”.

Al principio la hoja de ruta del macrismo señalaba una apuesta fuerte a la inversión, como si tocando esa cuerda la economía iba a salir disparada hacia un impetuoso, calificado proceso de crecimiento. Así fue hasta hace un mes y medio, cuando advirtió que la inversión no reaccionaba y optó por jugar las fichas de pleno al consumo.

Resultó una movida pariente directa de la realidad. Si la inversión seguía quieta y apenas representa 15% del PBI, la alternativa del consumo canta 85% del PBI total; alrededor del 74% es consumo privado y de éste, la mitad consumo de las familias.

“Parar la inflación es útil, pero mientras los ingresos no le saquen una ventaja visible nada cambiará de verdad”, afirma el hombre consultado que dice no haber sido consultado. Y remata: “Yo haría bilardismo puro. Jugaría a ganar las elecciones y si acelerar el crecimiento implica mala práxis a mediano plazo, corregiría después, desde 2018”.

Así suene excesivo o huela feo entre pensadores del riñón macrista, ese rumbo o bastante de ese rumbo ha tomado la nave oficial.

Dice otro que no toca música ortodoxa: “Tampoco mueve el amperímetro un punto más o un punto menos en la tasa del Central, porque el 50% del padrón electoral no tiene posibilidades de ahorrar ni cuentas en el banco”.

Datos que manejan consultores privados revelan, encima, que tiende a agotarse la capacidad de la gente para embarcarse en préstamos al consumo. Y revelan más todavía, como que tras varios meses de bajas limitadas, en octubre el financiamiento con tarjetas de crédito cayó casi 7%.

Al interior del Gobierno, otros informes cuentan que la preocupación por el consumo personal ya subió desde las capas de escasos recursos a las de ingresos medios y medio bajos. El malhumor pica cerca.

Este año la economía puede terminar con un retroceso mayor al 2%. Entonces, el próximo debiera crecer del 4 al 5% y los salarios y las jubilaciones superar a los precios, para que el cambio sea percibido donde debe ser percibido: en la población.

No es ninguna novedad que el Gobierno pondrá cuanto haya que poner para salir airoso en octubre. Sabe y se sabe: la economía sola no gana elecciones y hay otros con chances de ganarlas, pero que ayuda, ayuda.

Fuente: http://www.clarin.com/politica/recesion-impulsa-ronda-consultas-economistas_0_1696030383.html

 

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