El sector petrolero firmó un acta que vincula los sueldos con la eficiencia; la negociación fue iniciada por el propio Macri, que quiere extender esa modalidad a otras actividades; la están analizando los mecánicos de Smata, el gremio de energía eléctrica y el de la marina mercante
Caída en los precios internacionales de la energía, demanda local en aumento, producción en baja y altos costos laborales. Las principales variables del mercado petrolero dibujan una situación compleja, a tal punto que el Gobierno favoreció la puesta en práctica de un viejo pedido empresario: atar la remuneración de los trabajadores a su productividad.
El sector petrolero lidera el cambio en las relaciones de trabajo que el Gobierno quiere extender hacia otros sectores, según confirmó una fuente oficial de trato frecuente con el presidente Mauricio Macri y que pidió reserva de su nombre.
El primer mojón del cambio en las relaciones laborales se puso el 20 del mes pasado, a las 10 de la mañana, en el Ministerio de Trabajo. El anfitrión, Jorge Triaca, les prestó la casa a los sindicatos del Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén, y La Pampa, a cargo de Pereyra; al de Personal Jerárquico y Profesional del Petróleo de esas zonas y a sus representaciones en Salta, Jujuy y Formosa.
Fue el final de una negociación que había inaugurado el propio Macri. En una reunión en la Casa de Gobierno de la que participaron entre otros Pereyra y el presidente de YPF, Miguel Gutiérrez, el primer mandatario les pidió a ambas partes que pusieran buena voluntad para llegar a un acuerdo.
Los jefes gremiales pusieron la firma en un acta junto con la Cámara de Empresas Productoras de Hidrocarburos y la de Operaciones Especiales, en representación de las petroleras privadas. En un documento de cuatro carillas, las empresas y los gremios aceptaron que «todo personal que esté en condiciones de jubilarse» se adhiera al beneficio previsional.
Además, con el fin de evitar despidos, habrá reubicaciones de trabajadores. Se ampliaron horarios de trabajo (montaje y desmontaje de equipos podrán hacerse a la noche) y las partes acordaron que «en una misma operación podrán darse tareas simultáneas a los efectos de hacer más eficientes los tiempos operativos», una de la banderas que hasta ahora defendía el sindicalismo petrolero.
Con respecto al ausentismo, el documento sostiene: «Las empresas se comprometen a instrumentar mecanismos necesarios para realizar los controles de ausentismo a efectos de evitar abusos que podrían generarse por boletas médicas». Y se eliminaron las llamadas «horas taxi» (que se pagaban camino a los pozos petroleros), al tiempo que se modificó la jornada de trabajo.
Según la Unión Industrial Argentina (UIA), basada en números oficiales del Ministerio de Trabajo, la tasa de ausentismo en todo el sector productivo (relación entre la cantidad de días por mes que falta un trabajador y la de días laborables) llegó el año pasado hasta el 10%, pese a que existe una gran heterogeneidad entre actividades. En promedio, ronda el 5%, cuando una década atrás era del uno por ciento.
Objetivo no convencional
En forma paralela, los gremios y las empresas están trabajando en un nuevo convenio para mejorar las condiciones en Vaca Muerta. Una fuente privada que participa en las discusiones sostuvo que es aún más favorable para la inversión privada.
Los acuerdos atados a la productividad son una novedad para la Argentina. Así se encargó de aclararlo el presidente de YPF anteayer, en un acto en la Casa Rosada. «Por primera vez en la historia de la Argentina, firmamos con el gremio un acta con metas de producción», se entusiasmó Gutiérrez.
Fuentes oficiales indicaron a la nacion que el Gobierno quiere avanzar en estas reformas para generar más inversiones y trabajo. «Baja el costo de la inflación y se hacen más evidentes los problemas en los procesos productivos», indicó una fuente oficial que participó de las discusiones.
«Los avances en los diferentes sectores se dan como en un trasatlántico. Se gira, pero muy de a poco», indicó el funcionario, que citó que los gremios de las automotrices (Smata) y energía eléctrica ya trabajan temas de productividad en sus convenios.
Fuentes privadas citaron además al personal de la marina mercante. Pero en el Gobierno no se descartó empezar a incluirlo en otras negociaciones. Incluso hace semanas el oficialismo impulsó la Mesa del Diálogo del Trabajo y la Producción, donde no sólo se discuten el pago de un bono de fin de año y la exención del impuesto a las ganancias.
Para las fuentes oficiales, esta negociación se dio «en un contexto muy particular» y con «consensos claros» con gremios que «no son irracionales». Recordaron que el precio del petróleo se desplomó y que en la industria fue toda una novedad la aparición del shale(hidrocarburos no convencionales).
La buena predisposición de los trabajadores fue reforzada con un pago adicional, ya que el acuerdo contempla un desembolso por única vez para cada trabajador de $ 3000 en cuatro cuotas.
El acuerdo con los petroleros convirtió en premonitorio un enunciado del dueño de Techint, Paolo Rocca, en el Foro de Inversión y Negocios, un evento hiperpublicitado por el Gobierno que se hizo en septiembre pasado: «Los sindicatos deberían entender esto. Necesitamos convencerlos de que hay que pelear no sólo por el salario de algunos, sino también por el empleo de muchos», sostuvo.
El comienzo del diálogo
Hace dos semanas, el Gobierno logró reunir en el Museo del Bicentenario a la cúpula de la CGT y los directivos de las principales cámaras empresarias en la llamada Mesa del Diálogo para la Producción y el Trabajo. Allí se acordó «abrir una negociación sector por sector» para el pago de un bono extraordinario de fin de año para trabajadores privados y estatales, que se estableció en $ 2000. También se decidió que en las próximas reuniones comenzaría el debate para introducir pautas de productividad en los convenios salariales.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1952546-comienzan-a-negociar-convenios-de-trabajo-atados-a-la-productividad
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