El Presidente y el jefe de la Iglesia se encontraron por segunda vez desde que el líder de Pro asumió en el Gobierno
A casi ocho meses de aquella primera audiencia de apenas 22 minutos,el papa Francisco y el presidente Mauricio Macri se reunieron hoy nuevamente en el Vaticano, con ánimos bien distintos. La expectativa previa, tanto en el gobierno argentino como en el Vaticano, era ayer de absoluto optimismo.
«Fue una buena reunión», dijo el Presidente sobre su impresión del encuentro, que duró aproximadamente una hora. «Siempre es positivo encontrarse con él y confirmar que ha sido un líder moral para mí», reconoció el jefe de Estado.
«Compartimos preocupaciones de la Argentina y del mundo», agregó el Presidente en una conferencia de prensa que brindó en la embajada argentina ante la Santa Sede.
En la reunión no hablaron de la posibilidad de que el Papa visita al país en el futuro próximo, según dijo el propio Presidente. Semanas atrás, el propio jefe de la Iglesia católica confirmó a través de un video que no vendrá a la Argentina.
Macri llegó a las 10.18 hora local (5.18 en la Argentina) al Vaticano para asistir puntual al cónclave con el Santo Padre, que arrancó -como estaba previsto- a las 10.30. Minutos después de las 11.30, la reunión ya había concluido, según consignó la agencia Télam.
El Presidente fue acompañado de su esposa, Juliana Awada; la hija de ambos, Antonia; Agustina, la hija de 33 años del mandatario, y Valentina, la hija de 13 años de la primera dama.
Macri y su familia ingresaron al Vaticano por la denominada «Puerta del Perugino» para dirigirse al encuentro con el Pontífice, en el estudio anexo del Aula Paulo VI.
En esta oportunidad, como publicó LA NACION, fuentes oficiales del gobierno argentino y de la Santa Sede adelantaron que estuvo todo encaminado para que sea una reunión «informal y amigable entre dos personas que se conocen hace muchos años y se respetan».
Incluso destacaron que no se trató de un encuentro oficial, sino de una audiencia privada y no protocolar. El único testigo fuera de ese círculo fue el embajador argentino ante la Santa Sede, Rogelio Pfirter.
Obsequio oficial
El jefe de Estado le obsequió a Francisco una escultura hecha por el artista argentino Alejandro Marmo, amigo del Pontífice, que simboliza el diálogo interreligioso, «una de las prioridades de la agenda internacional de Francisco».
Se trata de una pieza, como toda la obra del artista argentino de 46 años, hecha con materiales de descarte.
En este caso, la escultura representa la unión de las tres grandes religiones, con una cruz que, montada sobre una base que simboliza una estrella de David, tiene también dos medialunas símbolo del islam.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1947392-mauricio-macri-papa-francisco-reunion-el-vaticano
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