La fidelidad total a las marcas se perdió y ahora se analizan otras opciones. (Istock)

Hace casi una década que los argentinos viven, día a día, con una inflación anual de dos dígitos. Y cuando los precios crecen más que los ingresos, la pérdida del salario real no sólo generó un mayor cuidado del bolsillo del consumidor, sino que también un recorte de gastos. 

Si bien la tijera comenzó a pasar con más fuerza sobre las compras hace dos años, en 2015 la incertidumbre le ganó al consumidor al ser un año electoral, mientras que en 2016 se empiezan a cambiar e incluso a revertir algunas conductas aplicadas durante los años anteriores.

El consumo cayó un 7,4% en agosto y finalizó como el peor mes del año, de acuerdo con la evaluación de CCR Argentina, una consultora especializada en consumo que publicó su informe anual Pulso Social denominado «Sangre, sudor y lágrimas», en el que analiza el comportamiento de los argentinos frente a la góndola, ese momento en el que llenar el changuito es todo un desafío.

A continuación, cuáles son los seis cambios principales que adoptaron los consumidores para cuidar el bolsillo:

1. No despilfarrar: aplastar y enrollar el tubo de dentífrico hasta el final y sacarle hasta la última gota al envase de shampoo se han convertido en la viva imagen de uno de los primeros mandamientos del consumo en 2016. «El objetivo es no achicar la canasta de compras, por eso la estrategia es no desaprovechar nada», aseguró Patricia Sosa, directora comercial de Cuore en CCR Argentina.

Las compras son más ajustadas, ante todo en los productos frescos. El caso más mencionado en la encuesta es el de las frutas. «No se dejan tentar por la oferta de dos kilos y prefieren comprar sólo el medio que seguro van a consumir», añadió el informe, basado en la encuesta cualitativa de focus group sobre 700 casos.

2. Dile adiós al stock: «Invierto en latas de atún», se escuchaba decir, medio en broma y medio en serio, a más de un consumidor durante el año pasado. El stock para los alimentos no perecederos se había convertido en una decisión líder a la hora de ganarle a la inflación.

Pero generar ese stock en la alacena -que también era común para productos de limpieza e higiene- ya no va más, pues la no acumulación es una decisión ligada al no despilfarro.»A lo sumo se tiene sólo una reposición. Eso es lo que genera la necesidad de explotar al máximo el producto hasta que ya no haya más y se tenga que comprar otro».

El consumidor comienza a resignar primeras marcas al frente de la góndola. (Bloomberg)

El consumidor comienza a resignar primeras marcas al frente de la góndola. (Bloomberg)

3. Infidelidad con las marcas: es una de las decisiones más difíciles, ya que la marca da un sentido de pertenencia y los sentimientos juegan un rol primordial a la hora de elegir, por ejemplo, una u otra marca de gaseosa.

¿Cuál es la razón que más pesa a la hora de ser infiel con una marca? Cuando la frase «se pasó con el aumento» empieza a rebotar en la cabeza. Ahí se mira a un costado, y se evalúa al frente de la góndola la posibilidad de cambiarla. La compra de segundas marcas y de las marcas propias de los supermercados es cada vez más frecuente. «El consumidor es mucho más racional», agregó Sosa.

4. Baile al son de las ofertas, pero…: la posición de los supermercados es que «las promociones llegaron para quedarse», y que sus mayores ventas se dan durante el fin de semana, cuando salen con la artillería pesada del 2×1, el 80% de descuento en la segunda unidad y demás descuentos.

El 2×1 sigue siendo la opción más elegida por los consumidores porque se obtiene un beneficio sin comprar en cantidad, pero una desconfianza que antes no existía queda flotando en el aire. «El consumidor piensa que si le ofrecen esa promo, es porque debería estar más barato. Y sino, tiene la sospecha de que las empresas suben los precios antes de ofrecer la promoción», explicó Sosa.

5. Del súper al chino, del chino al quiosco: las compras grandes para llenar el changuito hace rato que son la excepción, y ahora se suma un nuevo cambio. El consumidor compra en distintos canales -un promedio de 5,2 tipos por mes- a los que va varias veces.

Según datos de la consultora, «el 60% de los que salen por la caja de los súper mayoristas son particulares. Es el único canal en el que las ventas crecen, especialmente en el área metropolitana de Buenos Aires».

6. Crece la compra de productos sueltos: aparecen con mayor frecuencia sobre todo en los niveles sociales bajos. El consumidor va especialmente a un negocio o química donde los venden para adquirirlos, y  el jabón para la ropa es el que más se incorporó en los últimos seis meses.

Sosa explicó que este comportamiento es distinto a la crisis de 2001, ya que los compradores «consideran que los productos que adquieren son los mismos que venden envasados pero más económicos».

Fuente: http://www.infobae.com/economia/2016/10/07/desafio-changuito-los-seis-cambios-clave-para-cuidar-el-bolsillo-en-2016/