Los sistemas iRobot y Kobold tienen poco en común, tal sólo que son sistemas de limpieza doméstica, uno es un robot el otro no. Y los dos se presentaron en Madrid el mismo día. Casualidades: el día del aspirador

iRobot fue el primer fabricante que se lo tomó en serio. Era ni más ni menos, una compañía salida del famosísimo MIT, el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Lanzaron Roomba, un aspirador autónomo que hacía cosas increíbles: aspiraba por su cuenta con un sistema de guiado que aseguraba que pasaba por toda la superficie, tenía cepillos laterales, rodillo, aspirador, se podía programar, detectaba el estado de la batería y volvía a la base de recarga…

Con el tiempo fueron superando problemas: alfombras, cables, duración de la batería, ambientes oscuros, puntos especialmente sucios… Pero se les resistía el fregado. Hace un par de años iRobot lanzó su primer modelo: error. A pesar de los esfuerzos por comunicarlo, no cumplía su función. Para superar errores, han lanzado una nueva versión. Se llama Braava jety está diseñado para fregar suelos duros de pequeñas habitaciones: entre 20 y 25 metros cuadrados. Han detectado que este tipo de suelos son los más habituales en baños y cocinas y ése es el objetivo que se han marcado.

Lo hemos visto trabajar en ese tipo de suelo y el Braava jet (lo comprobaremos más a fondo) se desenvuelve bien. Tiene tres modos de limpieza en función de la bayeta que se utilice: fregar, barrer en húmedo y barrer en seco. El Braava reconoce el tipo de paño y actúa de una forma u otra.

En los modos húmedos, pulveriza agua sobre la superficie (más si es para fregar) y después frota el paño impregnado de detergente. En el modo de barrido, no pulveriza agua, pero puede recoger en el paño las partículas que encuentra a su paso.

Tanto la autonomía de la batería como la vida de los paños y la capacidad del deposito de agua están pensados para pequeñas superficies de no más de 20-25 metros cuadrados.

Cuesta 249 euros y el juego de paños de limpieza desechables, 10,95. Es pequeño, compacto y silencioso. De momento, por lo que hemos visto, cumple su función.

De la mano

Los aspiradores autónomos de iRobot, los Roomba tienen la bien merecida fama de ser caros. El tope de gama, su serie 900 está por encima de los1.000 euros y, aunque pueden presumir de tener la tecnología más avanzada en su sector, esos son muchos euros. Para rebajar un poco la gama de precio, han restado algunas características a su Roomba más completo y han lanzado en Europa el 960: menos accesorios y 899 euros.

Los equipos Kobold de Vorwerk tienen pocos parecidos con los de iRobot. Todos se dedican a la limpieza doméstica. Ah, y también el precio es elevado.

Pero ¿quién es Vorwerk? ¿de dónde han salido? Salen de Alemania y son los fabricantes de Thermomix, una tarjeta de presentación impecable, ¿no?

Voy a empezar por lo que menos me gusta del VK200: al margen de su precio (1.000 euros), se necesita un cuerpo de armario para guardarlo junto con sus complementos. A partir de ahí, todo bueno, desde el consumo de energía y el nivel de ruido hasta la funcionalidad.

Si bien no es autónomo y necesita que un humano lo maneje, es totalmente automático. Mediante un sistema de sensor de ultrasonidos detecta el tipo de suelo y adapta el modo de limpieza y la potencia. Al contrario que otros fabricantes volcados en los motores ciclónicos para atrapar las partículas, Vorwerk se mantiene fiel a las bolsas. Están compuestas por una triple capa de filtros y aseguran que retienen el 99,4% de partículas mayores de 0,09 micras.

Al aspirador VK200 le acompañaba toda una panoplia de complementos de limpieza, desde un elemento que aspira y friega de una pasada hasta un lavaalfombras o un sistema para aspirar y lavar los colchones. Por cierto, no querréis saber lo que se esconde en un colchón…

Fuente: http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/entre-bits-chips/2016/09/26/barrer-aspirar-fregar-nos-liberara.html