La historia de Sue Westhead y su trasplante de riñón ha llenado páginas en la prensa británica. A primera vista, la vida de esta mujer de 68 años no debería llamar la atención, si no fuera porque probablemente se trata de la persona con el trasplante de riñón más longevo del mundo: generalmente, los médicos estiman que un trasplante de un donante vivo puede durar unos 20 años, pero Sue lleva 43 viviendo con el órgano que le donó su madre. En total, su riñón ha cumplido ya 100 años y -según las últimas revisiones de la británica- se encuentra en perfecto estado.
Sue Westhead era una veinteañera cuando le diagnosticaron una enfermedad renal: «desde adolescente, me sentía muy débil y no tenía energía», ha explicado a EL MUNDO tras asegurar que, en ese momento, sólo funcionaba el equivalente a una décima parte de su riñón izquierdo. En 1973 -tras cinco años siguiendo una dieta especial y ninguna mejora- su doctor le ofreció un trasplante como única alternativa a la muerte. Su madre, Ann Metcalfe, le donó su riñón con 57 años. Más de cuatro décadas después, los médicos que llevan su caso están impresionados. Ella y su riñón gozan de una buena salud, desafiando las predicciones médicas sobre la vida útil del órgano trasplantado.
Según Kidney Research UK -una organización benéfica dedicada a la investigación de enfermedades relacionadas con el riñón en el Reino Unido- el 60% de los receptores de riñones de donantes vivos sobreviven aproximadamente unos 15 años desde la operación. «Creo que mi madre hubiera estado encantada de que su riñón durase tanto tiempo. Ella me dio la vida no sólo cuando nací, me dio una increíble segunda oportunidad», ha declarado Westhead. Su progenitora murió en 1985, con 69 años, por un accidente en la carretera.
Aunque tiene que cuidarse algo más de lo habitual -ha llegado a tomar unas 20 pastillas al día- la británica asegura llevar una vida normal: «estoy muy pendiente de tomar mis medicamentos a tiempo y tengo cuidado con mi peso, pero por lo demás vivo una vida perfectamente normal». Siempre ha trabajado; actualmente, como asistente personal del director ejecutivo de una organización benéfica escocesa que gestiona un hospital en Israel. Cada tres meses, se presenta a revisiones para controlar el estado de su trasplante.En 1973, sólo entre el 30% y el 40% de los riñones trasplantados duraban más de cinco años. Hasta hoy, las tasas de éxito de trasplantes de este tipo han ido mejorando, pero el de Sue ha roto con todas las previsiones médicas existentes. «Estoy totalmente sorprendida sobre lo que han dicho de mí con respecto a tener el riñón trasplantado más antiguo no sólo del del Reino Unido, ¡sino del mundo!», ha sentenciado.
Fuente: http://www.elmundo.es/sociedad/2016/08/11/57acb8c5e5fdea6f528b4634.html
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