«El mundo está en guerra», declaró el Papa Francisco a bordo del avión antes de aterrizar en Cracovia. Y en la ciudad polaca, donde han acudido miles de jóvenes de todos los rincones del mundo para celebrar la trigésimo primera Jornada Mundial de la Juventud, se diría que realmente es así.
Helicópteros militares sobrevuelan constantemente Cracovia a baja altura. El zumbido de sus hélices se ha convertido en habitual en la ciudad. Hay coches de policía por todas partes. En total se han desplegado 20.000 agentes, algunos incluso venidos de otros países de Europa. Y Polonia ha cerrado temporalmente el espacio Schengen: se han establecido controles policiales en sus fronteras.El país se ha blindado literalmente ante la visita del pontífice y la marea humana que llega detrás. Se prevé que más de un millón de personas acudirán en los próximos días a Cracovia, cuya propia población no alcanza ni esa cifra. Entre los asistentes, habrá 30.500 españoles de 51 obispados, según datos de la organización.Y sí, Francisco advirtió ante los periodistas en el avión papal, antes de pisar suelo polaco, que «el mundo está guerra».
Pero aclaró que no se trata «de una guerra de religiones», a pesar de los acontecimientos ocurridos en los últimos días y la publicidad dada en los medios de comunicación. El pontífice se mostró claro: «Hablo en serio de una guerra, una guerra de intereses, por dinero, por los recursos de la naturaleza, por el dominio de los pueblos», explicó. «Pero no es una guerra de religiones, porque todas las religiones quieren la paz», insistió.Por si quedaba alguna duda, Francisco también fue categórico cuando aterrizó en Cracovia. En el primer discurso que pronunció ante las autoridades en la ciudad, en el palacio de Wawel, instó a Polonia a mostrarse «disponible» para acoger a los inmigrantes, «aquellos que huyen de las guerras y el hambre». Un mensaje que no pudo ser más directo.
El Papa llega a Cracovia para participar en la JMJ
El Gobierno polaco ha defendido una política de cierre de fronteras. De hecho, el partido nacionalista y ultra conservador Ley y Justicia (PiS), que se encuentra en el poder, utilizó el rechazo a los refugiados como acicate electoral. Y lo más grave aún: algunos exponentes de la Iglesia católica también aplaudieron dicho cierre de fronteras.»Se han de identificar las causas de la emigración en Polonia dando facilidades a los que desean regresar, pero al mismo tiempo hace falta disponibilidad para acoger a los que huyen de las guerras y el hambre, solidaridad con los que están privado de sus derechos universales, incluido profesar libremente y con seguridad la propia fe», afirmó Francisco.
El Papa también solicitó a los gobernantes «colaboraciones y sinergias internacionales para encontrar soluciones a los conflictos y guerras que obligan a muchas personas a abandonar sus hogares y su patria». Francisco no ahorró propuestas: «Se trata de hacer todo lo posible para aliviar sus sufrimientos, sin cansarse de trabajar y continuar trabajando por la justicia y por la paz, dando testimonio con los hechos de los valores humanos y cristianos».Tras saludar a las autoridades, el Pontífice mantuvo una reunión con todos los obispos polacos, algo que se interpretó como un intento del Papa de limar diferencias con la Iglesia católica polaca en temas tan importantes como el de los refugiados.
De hecho, algunos obispos de ese país han reconocido su distancia con Francisco. Sin ir más lejos, el arzobispo de Varsovia, el cardenal Kazimierz Nycz, declaró en una reciente entrevista que el mensaje del Pontífice argentino es recibido más favorablemente por los laicos que por el clero católico. Para ocultar la existencia de tal fractura, el Vaticano difundió una curiosa nota de prensa el pasado sábado destacando la ayuda que la Iglesia católica ofrece a los refugiados en Polonia, y recogiendo declaraciones de algunos religiosos polacos a favor de Francisco. Algunas tan peculiares como la realizada por monseñor Stanislaw Gadecki, que afirmó: «Papa Francisco está a favor de una política de integración y no del multiculturalismo auspiciado por ambientes de izquierda».
Fuente: http://www.elmundo.es/sociedad/2016/07/27/5798c315268e3e894d8b466e.html
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