Las ausencias en este Europeo de Ámsterdam son destacadas y para calibrar cualquier avance habrá que esperar a los Juegos de Río, pero el atletismo español ya empieza observar cierto futuro y tamaña afirmación era imposible hace tres o cuatro años. Mientras la eterna saltadora Ruth Beitia y el eficaz marchador Miguel Ángel López sostienen resultados y descargan presión, varios jóvenes ya han aparecido con perspectivas: al descubrimiento en los últimos campeonatos del saltador de longitud Eusebio Cáceres y el saltador de triple Pablo Torrijos, se sumaron este viernes en el torneo continental, Bruno Hortelano, oro en los 200 metros, Sergio Fernández, plata en los 400 metros vallas y Antonio Abadía, bronce en los 10.000 metros.Sergio Fernández, plata en el 400 vallas¿De dónde ha salido este joven?, se preguntarán después de observar los últimos 40 metros del vallista, su progresión final por delante del suizo Kariem Hussiem y el noruego Karsten Warholm (pueden hacerlo abajo), y perdonen la sorpresa, la falta de información previa, pero tiene justificación: Sergio Fernández, 23 años, es puro talento.

En su primer campeonato internacional, este Europeo, logró la plata (49.06 segundos) en las vallas sólo por detrás del cubano nacionalizado turco Yasmani Copello y se ganó, por fin, una presentación pública. Ahí va: Nacido en Barañáin, una pequeña ciudad cerca de Pamplona con tradición en la prueba (de allí eran José María Romera e Íñigo Monreal), llegó al tartán tarde, a los 15 años, invitado por su primo, procedente del fútbol, y desde entonces asombra casi sin intención de hacerlo. Antes de su primer éxito absoluto en Holanda, por ejemplo, su mayor logro había sido una clasificación accidental para el Mundial junior de Barcelona 2012: fue subcampeón de España de la categoría, celebró, se subió al podio y, ya 45 minutos después de cruzar la meta, le informaron que había logrado la mínima. Entonces descubrió el lado positivo del atletismo, se fue a vivir al Centro de Alto Rendimiento de Madrid, empezó a entrenar con Jesús Álvarez, pero también su lado negativo: las lesiones. Un edema óseo en el pie le tuvo parado casi un año entero, entre 2013 y 2014, cuando consiguió el billete para el Europeo de Zúrich de aquel año volvieron los dolores y llegó como pudo al Europeo sub23 de 2015 para, justo de forma, ser finalista. Desde entonces andaba buscando dos objetivos: una medalla como la ya conseguido y el récord de España establecido por José Alonso Valero en 1987, 49.00 segundos, aún pendiente.

Abadía, bronce en el 10.000Faltaba el dominador de la prueba esta década, Mo Farah, centrado en los Juegos, pero el bronce en los 10.000 metros de Antonio Abadía tiene un mérito extraordinario: en realidad, ganó, los kenianos nacionalizados turcos Polat Kemboi y Ali Kaya corrieron por delante una carrera distinta. Escapados desde el inicio, sólo compitieron entre ellos y obligaron al español a una disputa cerradísima con el ucraniano Dmytro Lashyn y el británico Dewi Griffiths por subirse al podio. La dominó con un magnífico cambio de ritmo a falta de 300 metros y refrendó así (con una marca de 28:26.07) todas las buenas previsiones que se realizan de él desde hace años.Al contrario que Fernández, en su estreno internacional, Abadía ya había podido disfrutar de varias competiciones de calado, como el Mundial de cross y el Mundial indoor de Sopot 2014 y, probando en diferentes pruebas, se había ido curtiendo hasta alcanzar su primera medalla. Ex dependiente de El Corte Inglés, gran aficionado a las matemáticas y de complexión extraña para un fondista (no es tan fino, tiene un tren superior bastante fuerte), Jesús España ya lo había anunciado como su sucesor temporadas atrás, cuando ambos compartieron entrenamientos.

Fuente: http://www.elmundo.es/deportes/2016/07/08/577fee54e5fdea8f398b45a3.html