El mítico músico Gustavo Cordera pasó con su banda por San Rafael y dio un concierto en un conocido boliche. Antes estuvo con la prensa e hizo polémicas declaraciones instando a los músicos y a los medios a “no dejarse comprar por una pauta”.

 

Dueño de una personalidad que invita a conocerlo, el ex BersuitVergarabat y actual líder de la banda “La caravana mágica” se sienta en la mesa y se pone a disposición de las preguntas de la prensa sanrafaelina.

 

Gustavo, ¿con qué se va a encontrar el público sanrafaelino?

Se va a encontrar con una formación artística que tiene cuatro años de vida, que de alguna manera es la nueva etapa de mi vida como compositor y como artista. La banda está en constante crecimiento. Es muy lindo verla en vivo. La gente sonríe y eso es un regalo enorme como artista, ver a la gente sonreír, emocionarse, bailar, gritar… esa cosa poderosa que tiene el arte de liberar, de poder dejar afuera cosas que nos detienen, que nos reprimen. La Caravana es una banda que regala alegría.

 

¿Cómo te recibió Mendoza?

Lo copado del concierto en Mendoza fue que me sentí… ya me pasó la vez pasada cuando vinimos al Bustelo (auditorio Miguel Ángel Bustelo), esa noche estaba tocando también Ciro (Andrés Ciro Martínez) gratis en Mendoza, entonces yo había dicho que para qué iba a ir a tocar y me dijeron que fuera igual porque estaba pasando algo conmigo, algo con la banda. Veníamos tocando para muy poca gente porque yo, cuando salí de la Bersuit, salí a pedirle a la gente de la Bersuit que no viniera a los conciertos porque se iba a sentir traicionada. Yo no quería que la gente viniera a los conciertos a ofender a los compañeros que yo tengo conmigo, pidiéndoles que yo vuelva a la Bersuit. Me parece que es de muy mal gusto que un artista, para tener lleno su lugar, tenga que ser cómplice con la gente en ese sentido. Le pedí a la gente de todos los lugares que no venga, y que no compren los discos y me que me dejen libre intentar una nueva vida. La gente lo entendió y no vino más a los conciertos.  O sea, a los dos meses de haber abandonado la Bersuit en 2009, estábamos tocando para 50 personas y ninguno venía en búsqueda de nada. Me respetó la gente en ese sentido y yo se lo agradecí mucho.

Empezamos a construir desde ese lugar. Es muy doloroso bajarse del ego, porque me bajé de los estadios a tocar para 50 personas porque uno nunca sabe si salís de ese lugar alguna vez o si te quedás ahí.

Lo que pasó es que se cerraron las puertas de los productores porque no dejaba dinero, nadie quería producir a La Caravana Mágica. A esos productores que se habían llenado los bolsillos con Bersuit yo los llamaba y no me atendían… eran todos “amigos” que empezaron a desaparecer. Empecé a hacer un ciclo de siete shows en Niceto Clublos días jueves con quermés y baile popular, y empezamos así con 50 personas y terminó explotando.

Me llamaron para tocar en el Bustelo y me llevé una sorpresa muy grande cuando llegué, me emocioné porque Mendoza estaba ahí, con la Caravana, dúctiles al cambio y apostando de vuelta. Los “Caravaneros sueltos” se formaron ese día. Mendoza fue el estímulo de la Caravana para salir adelante y apostar como posibilidad este proyecto.

Ayer, dos años después, explotó el lugar. Fue el concierto más caliente que tuvo la Caravana Mágica en estos cuatro años de formación.

 

¿Qué sensación te queda de los estadios, después lugares chicos y esos productores que se llenaron de guita y no te respondían?, ¿eso tiene respuesta en el tema “Soy mi soberano”?

Es muy difícil que yo utilice el arte para responderle a un productor. El arte encierra cuestiones  que son mucho más profundas que el problema coyuntural que pueda llegar a tener con un productor o hasta inclusive con un gobierno. Yo no utilizo el arte para plantarme políticamente o tener una diferencia política con un gobierno. Para mí la política y el arte tienen distintas energías. El arte despierta emociones, espiritualidad, conciencia, trabaja más en el costado intuitivo, más en el misterio. La política es más precaria.

 

De todas maneras tus canciones también marcan postura.

Sí, pero más para mostrar un comportamiento social. En el último disco (“La Caravana Mágica Volumen II”), hay una canción que se llama “India negra cumbia” que cuenta de un pibe que vive en la villa, que fuma paco y que sale a robar, y que es muy violento, que toma conciencia de por qué se despertó esa violencia en él. Toma conciencia de que su padre era pescador, su abuelo curandero y que formaban parte de la etnia que había en este país antes de la llegada de esta conquista que ya lleva 500 años y que aún no terminó. Hoy el G20 ordena a los países que si quieren formar parte del grupo tienen que firmar la ley antiterrorista, y la ley antiterrorista lo que busca es poner presos a los caciques y líderes de movimientos de pueblos originarios, como está pasando en Chile, donde hay 5000 mapuches presos acusados de “terroristas”. La idea del Capitalismo es la voracidad de crecimiento permanente, y hay que avanzar sobre el tercio de tierras de Latinoamérica que todavía queda en manos de esta gente que no tiene derechos de propiedad ni escritora, ni nada, y que hay que sacarles la tierra envenenándoles el agua con las minas a cielo abierto para “sojizar” los bosques, montes y demás, entonces la preocupación de estos gobiernos es firmar una ley antiterrorista que es tan patética como graciosa a la vez. En el contexto de hoy, como artista observo que es interesante una canción como “India negra cumbia” porque puede mostrar profudamente el comportamiento de los gobiernos que llegan a estos países sirviendo a las conrporaciones porque son las que financian en definitiva este sistema con grandes inyecciones de dinero para tener una caja para sobornar a mucha gente y tenerlos como clientes políticos.

 

¿Qué opinás de la sanción de la ley del músico?

Lo que estoy viendo en general, es que se está utilizando mucho en Argentina en marco legal para hacerse de dinero. Yo leí la ley y desde mi punto de vista vi cómo estaba hecha y no me cuadra porque está podrido el sistema político. Se utilizan estas herramientas para tomar dinero y no para hacer justicia. Las leyes están sirviendo siempre al poder y a las corporaciones. No van a beneficiar a los músicos independientes, a los músicos indepedientes los puede beneficiar la toma de conciencia, que les dé fuerza moral para llevar adelante un proyecto. A cualquier ser humano es mucho más interesante enseñarle un oficio para que pueda crearse a sí mismo y desarrollarse y a partir de eso tener libertad. Eso es ayudar a una persona y no darle dinero y darle un plan trabajar o una asistencia. Esta ley, desde mi punto de vista, como nos estamos comportando los argentinos en este momento, social y culturalmente, la inconciencia en la que estamos viviendo… por ejemplo, acá hay 200 mil personas que están tomando agua del río Diamante. Si ponen una mina de uranio en Cierra Pintada, ¿qué pueden esperar ustedes?, ¿cómo es posible que haya gente de acuerdo con eso? Eso es inconciencia. No se puede esperar otra cosa que la muerte de los olvidos, de las vides, que se pudra el agua… pero pasa que se vienen con tres mil millones de dólares y se rinde todo. El intendente toma la plata, tiene el 50% de San Rafael a su favor, pero eso es un proyecto de muerte, no de vida. Pero está ahí, y ponen leyes y pujan y la quieren abrir y la quieren cerrar…

Para cerrar este tema, cuando hablamos de la ley para los músicos independientes, para mí es el marco legal para tomar dinero y hacer una caja y tener un lugar de poder.

 

¿No ves positivo que en las fiestas populares se pase la música en vivo y no una pista?

Eso está buenísimo, está muy bueno, pero no me parece bueno que se utilice el dinero de la gente para propaganda política. No me parece bueno que un gobierno paute en los medios, porque eso significa que los medios al recibir mucho dinero de los gobiernos no puedan disentir. Si el intendente me financia un diario, ¿voy a contar si el tipo se está mandando una cagada?, no, porque me saca la pauta. Entonces todos los medios de San Juan están amordazados, la mitad de los medios de Mendoza o más algunas cosas tampoco pueden sacar, porque la línea editorial hace que no puedan decir lo que realmente piensan y sienten. Entonces tiene que venir Cordera que es “un provocativo y un loco que abraza los árboles” a decir lo que ustedes (periodistas) ya saben y no se atreven o no pueden decir. Entonces en un país donde está esa historia, en donde la mitad de la gente se calla porque le conviene y la otra mitad se calla porque tiene miedo, es muy difícil que podamos en ese marco dar a luz que nos pueda hacer evolucionar, más que tener una caja grande con retenciones y con la AFIP yendo sobre la gente que trabaja de una manera voraz y casi coercitiva como los grupos de tareas del gobierno militar pero ahora haciendo represión económica. “No lo digas, no lo digas boludo, te va a caer la AFIP encima, no lo digas pelado” (el presidente de la compañía) “no lo digas boludo, no te metas con ellos porque te mandan la AFIP”. Ahora es así: “no te metas porque te mandan la AFIP”. ¡Que venga la AFIP!, que se lleve todo y me deje en pelotas en la calle, pero no me van a callar.

 

¿Con qué nos vamos a encontrar en los próximos trabajos?

La intención de la Caravana es, a través de la música, mover la energía de la gente para que la gente pueda disfrutar, tener una opción distinta al modelo de país que nosotros estamos teniendo en este momento, para que haya un movimiento clandestino de arte, de amor, de conciencia, de baile, de alegría, de despertar sexual, de ser feliz, no llenos de mierda en la cabeza. Entonces hay que liberar, hay que decir, hay que mostrar. Para eso hay que expresar y la caravana es algo que expresa. Vas a pagar una entrada y te vas a encontrar con una banda honesta de verdad, que no está amordazada, que es libre y hace uso del arte. Todos los artistas del mundo se caracterizaron siempre por estar en la vereda de enfrente del poder reinante. No pueden tocar para el gobierno, ningún artista debería hacerlo. Ni aunque esté de acuerdo, porque el arte siempre es una opción al poder.

La Caravana es una banda que se sube al escenario y muestra cosas que otros quieren esconder.

 

¿Qué estás escuchando últimamente?

Estoy muy abocado a la experimentación. Estoy con música electrónica (que me interesa mucho) mezclado con música étnica, mantras o cosas que tienen que ver con el mestizaje cultural.

Estoy trabajando con eso y con la cumbia. La cumbia tiene mucho que ver con el encuentro entre el negro y el indio, porque tiene la espiritualidad de lo indígena y la tierra y el fuego del mundo negro. Cuando tocás cumbia siempre hay una energía que se mueve. Lo que sí considero es que a las cumbias les faltan letras, entonces el aporte que le aporta la Caravana es eso: cumbias con buenas letras. No quiero decir que sean malas las letras de las demás, sino que son buenas las que nosotros hacemos.

 

Gustavo, un consejo para las bandas de San Rafael.

Que realmente hagan lo que sientan, que digan lo que ven, lo que sientan, que no especulen. Si eso les significa tal vez que no sean contratados por el gobierno para ser contratados para tocar en un escenario y tengan que tocar para veinte o treinta personas que paguen una entrada, eso va a tener muchísimo más valor porque va a haber algo que se esté rompiendo en la sociedad y las bandas entrarían en un lugar donde se puede construir algo muy copado. Al poder siempre le molesta que digas lo que sentís.