San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

Just Water, la empresa que apuesta al papel y no al plástico para salvar el planeta

papelEl 53 por ciento de la botella de Just Water está hecho con papel proveniente de árboles certificados por el Forest Stewardship Council. El resto es plástico vegetal y una cantidad pequeña de aluminio. Credit Nathaniel Brooks para The New York Times

Una mañana reciente, frente a un pan tostado con aguacate y un vaso de la famosa agua del grifo de Nueva York, Grace Jeon exponía las virtudes del agua potable pública. El entusiasmo de Jeon puede que parezca algo extraño si se considera que la compañía que dirige vende agua embotellada.

Jeon tomó una de las botellas color azul claro de su compañía, las cuales están hechas en su mayor parte de papel en lugar de plástico. “Jamás defendería que esto es mejor que el agua del grifo”, dijo Jeon. Sin embargo, la realidad es que cada vez más consumidores están adquiriendo agua embotellada conforme reducen su consumo de bebidas con azúcar, afirmó. Su empresa ha presentado a su agua embotellada, de nombre Just Water, como la segunda mejor elección después del agua de la llave.

A pesar de algunos problemas en ciertos lugares, es seguro tomar la mayoría del agua del grifo en Estados Unidos, de acuerdo con el gobierno y grupos ambientalistas. No obstante, muchos consumidores prefieren la practicidad del agua embotellada y están dispuestos a pagar por ella.

Desde la perspectiva de Jeon, ella está sacando algo bueno de una mala situación. El papel que se usa en sus botellas proviene de árboles certificados por el Forest Stewardship Council. Las botellas son totalmente reciclables y están hechas, en 53 por ciento, de papel; el resto de la botella está hecho de plástico y solo una pequeña parte de aluminio. El mes pasado, Just Water lanzó una nueva botella cuya parte superior está hecha de plástico vegetal derivado de caña de azúcar. En suma, dijo, su producto es menos dañino para el medioambiente y produce menos emisiones de carbono que el plástico, cuya elaboración requiere una gran cantidad de energía.

En el proceso también está ayudando a Glens Falls, Nueva York, una ciudad a 30 kilómetros de Saratoga Springs que se encuentra en apuros.

Como muchas poblaciones industriales que alguna vez fueron prósperas, Glens Falls ha experimentado un declive en términos de población y manufacturas. La ciudad, que albergó a 20.000 habitantes durante la década de 1950, ahora tiene solo 14.000 residentes. Hay casas vacías por todos lados.

Lo que esta ciudad sí tiene es agua: cuatro reservas y más de 2025 hectáreas de cuencas. Just Water tiene un acuerdo con la ciudad mediante el cual compra una cantidad de agua que es al menos seis veces la tasa residencial. Una parte del dinero de la compra del agua regresa a la comunidad y se utiliza para mantener su infraestructura hidráulica, que tiene más de 100 años.

Just Water no obtiene su agua de esa infraestructura. Más bien utiliza un pozo en las tierras de la cuenca que son propiedad de la ciudad. Embotella el agua en una iglesia católica que estuvo vacía por muchos años. La compañía da trabajo a 11 residentes locales.

Tetra Pak, una empresa empacadora y procesadora, elabora los paquetes de Just Water y los envía a Glens Falls, donde les dan forma y los llenan.

Just Water puede ser una bendición para Glens Falls, pero si grupos ambientalistas como Ban the Bottle se salen con la suya, las personas tendrán que llevar sus botellas reusables para agua a todas partes y el agua embotellada será innecesaria en la mayoría de las circunstancias.

Esa batalla, no obstante, sigue perdida. En 2014, el consumo de agua embotellada en Estados Unidos alcanzó el volumen de 128 litros por persona, según un informe de la Beverage Marketing Corporation.

“Es un producto totalmente absurdo, pero también es extremadamente popular”, dijo Charles Fishman, periodista y autor de “The Big Thirst: The Secret Life and Turbulent Future of Water”. “La razón de esto es, y creo que a menudo se pasa por alto, que la gente no está comprando agua sino practicidad. Y con el asunto de las marcas, hasta cierto punto también se están comprando una imagen”.

Just Water se puso a la venta el otoño pasado en las tiendas Whole Foods en todo Estados Unidos y en las tiendas Cibo Express de los aeropuertos. Hace poco la compañía comenzó a vender botellas en las tiendas Albertsons, Safeway, Kroger, Sprouts Farmers Markets y otras.

Las botellas se venden al menudeo a 99 centavos de dólar por 500 ml, lo que contrasta con el 1,50 dólar que cuesta una botella similar de agua Fiji. Jeon era vicepresidente sénior de desarrollo comercial en Fiji.

¿Sabe diferente el agua de distintas zonas? Algunos consumidores juran que sí. Otros, como Fishman, son escépticos al respecto: “No hay distinciones, no importa lo que la gente de todos estos lugares te pueda decir”.

Es cierto que el agua del norte de Nueva York podría no considerarse tan glamorosa como la de Fiji, pero la de Nueva York requiere menos transportación: otro punto por el que Just Water puede venderse como ambientalista.

“Hay asuntos más importantes respecto del agua embotellada que solo el material con que está hecho el envase”, dijo Mae Wu, un abogado del Natural Resources Defense Council. Entre ellos están los costos para el medioambiente por transportar el agua, los efectos de sacar el agua de las comunidades y la basura generada”.

Por supuesto, las botellas de agua pueden reciclarse. “Todos los envases de agua embotellada son 100 por ciento reciclables y muchas compañías de agua embotellada ya están usando plástico reciclado en sus botellas”, aseveró Chris Hogan, portavoz de la Asociación Internacional de Agua Embotellada a través de un correo electrónico. Algunas están produciendo botellas 100 por ciento recicladas, añadió. “Como industria, siempre estamos buscando maneras de fortalecer los programas existentes y ayudar a expandir todavía más los esfuerzos por reciclar”, escribió.

Sin embargo, aunque las botellas y los cartones puedan ser empaques reciclables, eso no asegura que de hecho se reciclen. Las tasas de reciclaje han aumentado recientemente, pero en 2013, el último año con datos disponibles, solo 31 por ciento de los envases y botellas de agua de plástico se reciclaron, de acuerdo con datos del gobierno de Estados Unidos.

Las compañías tradicionales de bebidas, como Nestlé Waters North America, también están ofreciendo opciones. En 2007, Nestlé lanzó su botella liviana y ecológica que requiere menos plástico; algunos años después la compañía comenzó a incorporar plástico reciclado en sus botellas. Nestlé, que abarca a marcas como Arrowhead, Deer Park y Poland Springs, vendió el 23 por ciento del agua embotellada el año pasado, de acuerdo con Euromonitor International, una empresa de investigación de consumo.

“La moda en cuanto a las bebidas ha cambiado drásticamente en los últimos 10 a 12 años”, escribió en un correo electrónico Nelson A. Switzer, vicepresidente y director de sustentabilidad de Nestlé Waters North America. “El agua (embotellada y del grifo) se ha convertido en la bebida por excelencia”.

Just Water y sus competidores representan un porcentaje mucho menor del mercado. “Creo que continuaremos viendo más agua embotellada en más empaques amigables con el medioambiente”, dijo Virginia Lee, analista sénior de bebidas de Euromonitor. “Sin embargo, lo veo como algo muy limitado aún durante los próximos cinco años”. Menciona algunos factores como el precio y la familiaridad de los consumidores con el agua embotellada tradicional.

Es posible que las alternativas tengan éxito conforme mejore la economía, afirmó: “Cuando las personas tengan más dinero en el bolsillo estarán más dispuestas a pagar extra por su agua o cualquier otra cosa que declare tener beneficios ambientales o de otro tipo”.

Jeon sostiene que preferiría ver que las cosas marcharan en sentido opuesto. “No se trata de hacer que más gente beba agua embotellada”, dijo. Pero si vas a tomar agua embotellada, “considera una mejor opción que la actual”.

Fuente:http://www.nytimes.com/es/2016/05/10/just-water-la-empresa-que-le-apuesta-al-papel-y-no-al-plastico-para-salvar-el-planeta/
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