Confiada y silenciosa. Ese fue el perfil que desplegó Cristina Kirchner en su vuelta a Buenos Aires. Crédito: DyN 

Sitiada por numerosas causas judiciales, la ex jefa de Estado se vio obligada ayer a regresar a Buenos Aires desde «su lugar en el mundo», El Calafate, donde estuvo recluida luego de la finalización de su mandato en diciembre pasado. Sin embargo, se mostró entera ante la declaración indagatoria que deberá afrontar mañana miércoles ante el juez federal Claudio Bonadio, por el caso de venta de dólar futuro.

«Claro que estoy tranquila, ¿por qué no debería estarlo?», señaló Cristina Kirchner al diarioClarín desde el avión que la trajo de regreso a la escena política argentina.

A lo largo del vuelo 1893 de Aerolíneas Argentinas, la ex presidente volvió a ser hermética con la prensa, pero distendida. Prácticamente no se levantó de su asiento y habló con los secretarios que la acompañaban. También había dos custodios. Como fue costumbre a lo largo de su gestión, apareció con un look cuidado, arreglada, lejos del aspecto informal con el que se la vio en los videos caseros que circularon de ella durante el verano.

«Bien, estoy muy bien», se llegó a escuchar arriba del avión que la trajo a la Capital Federal, mientras se sacaba una foto con un turista francés. Hizo también otros comentarios en el momento de despegue. Mirando hacia la ventanilla, con vista al Lago Argentino, se le llegó a escuchar «es impresionante», a su vez que le indicó a su secretario una obra en proceso. «¿Ves la ruta? Mirá cómo está quedando».

Acompañada por una ruidosa e intensa caravana militante, la ex presidente llegó aproximadamente a las 22:40 a su departamento de Recoleta. Saludó a sus adherentes desde el balcón. Cristina Kirchner, de regreso