Así lo señaló la última encuesta de expectativas del centro de estudios de la FEM.
Dudas respecto de la efectividad de las medidas anti inflacionarias, como el control de formadores de precios y algunas críticas acerca del efecto shock provocado por el sinceramiento de tarifas y el mercado laboral, resume la mirada de los empresarios sobre la política económica del Gobierno en sus primeros 100 días.
Una encuesta realizada por el Centro de Información de la Federación Económica de Mendoza (Cifem), con la colaboración de la Universidad Champagnat, recogió las expectativas de los empresarios asociados a las cámaras, durante el último mes, en relación al plan y políticas que el Gobierno nacional lleva adelante en la materia y su incidencia en las pymes.
¿Cree que existen políticas de control actualizadas sobre los formadores de precios por parte del gobierno? Es la pregunta cuya respuesta mejor refleja el parecer de los hombres de negocios mendocinos: 74,5% respondió que el gobierno “no ha fijado políticas actualizadas de control sobre formadores de precios”.
Incluso, entre quienes “bancan” la gestión económica, hay dudas. Así, un 21,3% de los empresarios consultados considera que, si bien existen políticas, no están bien definidas, lo cual puede explicar la poca confianza en un control efectivo que limite de el accionar del formador en la cadena productiva de la economía. Finalmente, 4,3% considera que “sí existen” políticas de control, aunque sin definirlas, y un escaso 12,8% lo pondera como favorable a las pymes.
En general, un 44,7% de los empresarios encuestados, consideró que el plan del gobierno es adecuado en parte para generar un escenario más favorable en 2016.
Para Josué Lima, coordinador del estudio y miembro del equipo del Cifem que lidera el economista Raúl Mercau, “significa que al mismo tiempo se necesita cubrir baches que explican la falta de resultados porque, de lo contrario, la inflación empezaría a bajar. Al mismo tiempo no enfriar la economía de tal manera que genere recesión y afecte a las pymes”.
El debate shock vs gradualismo también asoma. “Hay un proceso inflacionario que, aunque con subas más moderadas, viene de la gestión anterior. Hay un margen para pensar que más gradualmente, el plan del Gobierno lo haga bajar en el segundo semestre”, acotó Lima.
En tanto, 7 de cada 10 consultados evaluó como “ineficaz” la política en la materia. El resto aún se reconoce creyente: para 19,1% son eficaces en parte, mientras que 6,4% le asignó una eficacia total.
“Indudablemente, las opiniones apuntan a los grandes grupos de poder que instalan los precios en la economía. Muchos empresarios pymes, que procesan insumos cuyos precios vienen fijados por monopolios o transan bienes fijados por oligopolios, son los más escépticos”, interpretó el analista.
A la hora de hablar de prioridades, los empresarios tienen su orden de importancia, con el control sobre los formadores de precios y la fijación de tasas en el primer puesto. Le sigue el sostenimiento de la rentabilidad y poder adquisitivo, y luego “el desarrollo industrial y protección de las pymes”. Cierra la lista la necesidad de “apertura comercial”.
Propuestas
A juicio del presidente del CEM (Consejo Empresario Mendocino), Federico Ostropolsky, “aunque el sinceramiento, tanto en tipo de cambio como en tarifas, era previsible, quizá hubiera sido mejor aplicar algunas medidas paulatinamente, como el ajuste de empleos y los subsidios. No obstante, hay una inercia difícil de revertir con dos o tres medidas. Hace falta compromiso de todos”.
¿Hay un plan? “Espero que lo haya. Para eso se necesita concertar a todos los sectores, esto es, empresas y sindicatos, porque se necesita una hoja de ruta que en los últimos 20 años no tuvimos. La presión tributaria es grande y la suba de servicios, que requería más tiempo, se hace sentir”, señaló Ostropolsky.
“Creo en la sanción social. En una economía seria, el mismo mercado margina al que está fuera de precios”, agregó el dirigente.
El referente del sector hotelero y presidente de la UCIM, Daniel Ariosto, coincide en gran parte, aunque abona como más efectivo el efecto shock. “No se trata de no exigirle nada, pero para un Gobierno que heredó un país quebrado, un ajuste gradual sería alargar la agonía. Hay que pagar la fiesta porque nadie vio el semáforo en rojo o el disco pare”.
Como Ostropolsky, también Ariosto cree que gran parte de la situación actual se explica por la “viveza criolla”, léase aumentos a cuenta de la inflación, pero difiere en cuanto al rigor. “Es un momento bravo para las pymes: boletas que pasaron de $ 8.500 a $ 20 mil. Sin trabajo, ¿cómo se sostienen los puestos de empleo? Esperamos que el Gobierno controle a las grandes empresas, revise la cadena de valor y que vuelva el crédito. Los bancos tienen plata pero sacarla es muy difícil”.
La mirada optimista está puesta en el segundo semestre, con la expectativa de más divisas. “La expectativa inflacionaria decaerá con un menor consumo. De todos modos, las medidas más duras ya se tomaron”, resume por su parte el titular del CEM.
Cambio de perspectivas
La expectativa en torno a precios, costos, ventas y sobre todo empleo, ha variado mucho. Para eso sirve comparar el resultado de la última encuesta con una similar hecha en diciembre pasado.
Costos: aunque moderadamente, creció el porcentaje de quienes creen que puede haber un «aumento significativo”. En la última medición lo creía 26% de los consultados; hoy, son un 30%.
Precios: el salto es más notorio, ya que el 3% de los empresarios que en diciembre consideraba que podían haber subas “moderadas” pasó a ser un 22% a la expectativa de un salto mayor.
Empleo: denota la variación más marcada. En diciembre, 13% consideraba la chance de un recorte “moderado”; hoy, un 45%.
Ventas: casi 2 de cada 10 consultados pensaban en una caída. Actualmente son el doble.
Fuente: http://losandes.com.ar/article/el-75-de-empresarios-locales-espera-un-plan-contra-la-inflacion
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