Con 33 mil habitantes, la localidad le dio nombre a la compañía que dominó la industria móvil a comienzos de este siglo, fue durante una década el motor del crecimiento económico de Finlandia, pero luego cedió terreno ante el avance del iPhone y terminó siendo adquirida por Microsoft
A primera vista, el pequeño pueblo de Nokia, en Finlandia, no llama particularmente la atención. Hay unos pocos pequeños edificios de departamentos rodeados por la nieve y en la calle principal un puñado de tiendas y restaurantes comparten espacio con un supermercado de productos en descuento.
En su mejor momento, a inicios de los 2000, Nokia proveía el 40 por ciento de los teléfonos celulares de todo el planeta, convirtiéndose así en la primera marca finlandesa de carácter global.
El dominio de Nokia sobre el mercado mundial de celulares, sin embargo, cayó golpeando duramente a la economía finlandesa y coincidiendo con la recesión más prolongada de su historia.
La base de todo
Tampere está a unos 15 minutos por autopista del pueblo de Nokia y hospeda el principal centro de investigación y desarrollo de la compañía, el que en su mejor momento llegó a emplear 4000 trabajadores altamente calificados del sector de alta tecnología.
Los edificios de ladrillos rojos dan cuenta del pasado industrial de la ciudad en el siglo XIX, pero es el auge y caída de la división de celulares de la empresa Nokia lo que domina su historia reciente.
«Eso era la base de todo acá», afirma Kankaala. «La universidades dependían de su colaboración con Nokia, los subcontratistas dependían de Nokia, los jóvenes confiaban en ser empleados por Nokia», recuerda. «Ahora tenemos una tasa de desempleo terrible, del orden del 14% o 15%», le dice a la BBC.
Otras empresas de alta tecnología han llegado a tratar de colmar el vacío. Y los otros negocios de Nokia, entelecomunicaciones e infraestructura, siguen siendo exitosos.
Pero los problemas económicos de Finlandia han hecho que menos compañías están contratando.
Y, en Tampere, los viejos empleados de Nokia se siguen preguntando cómo fue que la compañía pasó de líder mundial en telefonía celular -un puesto que ocupó hasta 2007- a ser la empresa en problemas que Microsoft compró en 2014.
El efecto iPhone
Para Mika Grundstrom, uno de los antiguos directores del centro de investigación y desarrollo de Nokia en Tampere, parte del problema es que en sus primeros días la empresa tenía un objetivo claro y simple: construir el teléfono más pequeño posible con la batería más duradera.
«Creo que uno de nuestros mejores momentos fue cuando logramos hacer teléfonos más pequeños que los de Motorola. Fue por 1997-1998. Y fue como un sueño desde el punto de vista ingenieril», recuerda.
Pero todo eso cambió con la llegada de los teléfonos inteligentes, y especialmente con el lanzamiento del iPhone de Apple en 2007. «Las cosas entonces se volvieron más complejas. Ya no estábamos seguros de qué es lo que teníamos que buscar: ¿facilidad de uso?, ¿duración de la batería?, ¿tamaño?», explica.
«Piensa en la duración de la batería: nosotros teníamos aparatos que podían durar una semana. PPero eor luego llega este nuevo teléfono, que es excelente, pero que hay que recargar todos los días. ¿Cómo se hace para vendérselo a los clientes?».
Nokia estuvo tratando de adaptarse al mercado de los teléfonos inteligentes hasta 2014, cuando su división de teléfonos celulares fue vendida a Microsoft. Y entonces el nombre Nokia desapareció de los aparatos.
Legado
A pesar de todo, sin embargo, muchos finlandeses creen que el legado de la empresa no se puede desestimar.
«Al darle acciones a sus empleados, Nokia hizo aceptable la idea de que tu vecino podía ser un millonario», dice Kari Kankaala, para quien la mayor herencia de Nokia es la forma en la que revolucionó la cultura empresarial del país.
«Esa aceptación de que se pudiera hacer dinero, combinado con una nueva forma de enfocar el mundo de los negocios, representó un cambio radical», afirma.
Y a dos horas de camino hacia el sur, en Helsinki, hay signos claros de esa una nueva cultura empresarial que está consolidándose en el mundo post-Nokia.
Tuomas Kytomaa, por ejemplo, es un programador que pasó la mayor parte de su carrera trabajando para Nokia, incluyendo períodos en Alemania y EE.UU.
El año pasado regresó a Finlandia a trabajar para el servicio de ventas en línea Zalando y se instaló en una vieja fábrica de cables en la capital finlandesa, ahora convertida en un moderno espacio de oficinas.
Y, para él, el verdadero legado de Nokia es todo una inmensa cantidad talento y experiencia que está esperando ser aprovechado. «El talento no se ha ido a ninguna parte. El tamaño que llegó a tener Nokia en Finlandia significa que hay muchísimo talento con mucho conocimiento especializado», afirma.
Y aunque muy pocos creen que una compañía del tamaño e influencia de Nokia va a volver a aparecer, es no significa que no hay optimismo.
«Cuando Nokia era un actor dominante en el negocio, muchas cosas buenas pasaron en Finlandia», dice otro de los antiguos directores del centro de investigación y desarrollo, Seppo Haatja. «Pero ahora la situación está cambiando y las innovaciones no las están produciendo las grandes compañías, sino pequeñas empresas y start-ups».
Fuente: Así es la vida en Nokia, el pueblo que alguna vez fue la capital mundial de la telefonía celular
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