San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

El archivo secreto del Vaticano, un búnker de 1.200 años de historia

Cómo se preservan los documentos sobre la dictadura. Los documentos sobre la represión ilegal que desclasificará el Papa Francisco están perfectamente preservados y clasificados.

Sellos lacrados de la carta de los miembros del Parlamento inglés a Clemente VII sobre la causa matrimonial de Enrico VIII.Sellos lacrados de la carta de los miembros del Parlamento inglés a Clemente VII sobre la causa matrimonial de Enrico VIII.

Antes de fin de año el Papa Francisco desclasificará los documentos del Archivo Secreto del Vaticano sobre la represión ilegal de la dictadura gracias a su decisión política y a una cultura vaticana de preservar documentos que contienen 1.200 años de la historia de la humanidad. Es que allí se guardan, entre otras joyas históricas, los cables secretos que mandan los nuncios apostólicos desde las casi 100 embajadas que el Vaticano tiene alrededor del mundo. Es tanto el valor histórico y político del archivo que cuando Napoleón invadió Italia se llevó varios tesoros, entre ellos, el archivo completo.

El diputado de Confianza Pública y amigo del Papa, Gustavo Vera, dijo a Clarín que “la apertura de esa parte del archivo es parte de un proceso mayor de apertura que Francisco está dando contra la cultura del secretismo de sectores del Vaticano. Creo que los documentos sobre la dictadura se van a conocer antes de fin de año”.

En febrero tuve el privilegio de que el Vaticano aceptara un pedido de visitar el archivo cuyos estantes con documentación, si se pusieran en fila, alcanzarían los 85 kilómetros. La mayoría están bajo los museos vaticanos fundamentalmente la plaza de la piña romana. De la mano del oficial del archivo, el historiador argentino Alejandro Dieguez, me deslumbré con la sala de Los Angeles Músicos pintada en el Renacimiento, el bunker de cemento con los estantes, la cámara climatizada para guardar pergaminos escritos con letra de oro u otros enviados por el sobrino de Gengis Kan, o la cámara para digitalizar toda este historia de papel.

Luego llegamos a la fila de los archivos que contienen todos los documentos enviados por los embajadores vaticanos desde después de la Revolución de Mayo. En el enorme estante con los cables enviados por el entonces nuncio apostólico en el país, monseñor Pio Laghi, veo que están perfectamente encuadernados y clasificados por fecha, pero por ahora no se pueden ver hasta que Francisco firme la orden de desclasificación.

En cambio, voy unas cuántas décadas atrás y me permiten abrir un archivo móvil y ver los cuadernos de la época de Perón, Yrigoyen, Rosas y otros líderes argentinos. Abro uno que contiene los cables del embajador enviado a Buenos Aires durante el gobierno del “Restaurador” (1835-1852). En italiano y con caligrafía perfecta, el nuncio cuenta que Rosas le puso un palacio a disposición para seducirlo pero que lo aceptó para no quedar bajo su influjo. Luego revela que discutió con el caudillo qué obispo argentino debía ser el nuevo cardenal de Buenos Aires y que cuando le nombró a su preferido, Rosas le contestó sin inmutarse:

— A ese no lo mandé a matar porque sabía que era su candidato.

 Mi guía me explica que cualquier estudioso, sin importar su religión, puede pedir permiso para explorar en este universo de información, imágenes y colores. Solo se rechazaron algunos pedidos poco serios como los relacionados con el libro “El Código Da Vinci” que preguntan por ficciones y no hechos comprobables. Sin embargo, en otra parte se preserva un rollo de papel con el juicio de inquisición a los caballeros templarios que hizo el rey Felipe el Hermoso de Francia en el siglo XIII. En otra sala se guarda el registro del juicio a Galileo Galilei, quien tuvo que rectificarse y aceptar que la tierra era el centro del universo, aunque dijo “sin embargo se mueve”.

Mientras empleados con carretillas van de un lado para el otro llevado documentos, llegué a través de escaleras de mármol a la famosa torre de Los Vientos, el ex observatorio astronómico del Vaticano construído en el siglo XV. Su reloj de sol fue clave para el Papa Gregorio XIII reformara el calendario juliano en 1582. Está decorado con figuras mitológicas griegas que representan los vientos. El viento norte tiene una frase en latín que dice algo así: todo lo malo viene del norte. Pero cuando la reina Cristina de Suecia se convirtió al catolicismo en el 1600, por cortesía, tuvieron que taparlo.

Fuente: http://www.clarin.com/politica/archivo-secreto-Vaticano-bunker-historia_0_1544246027.html

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