El Senado de la Nación ha aprobado recientemente, y por unanimidad, una ley que modifica el Código Penal al agregar el artículo 148 bis, que establece que será reprimido con prisión «de uno a cuatro años» al que «aprovechare económicamente» el trabajo de un «niño o niña en violación de las normas nacionales que prohíben el trabajo infantil, siempre que el hecho no importare un delito más grave». Esta norma viene a representar una “vuelta de tuerca” a una ley anterior -la ley 26.390 sancionada en el año 2008- la cual establece la expresa prohibición de contratar personas menores.
Lamento que se aprueben leyes tan importantes sin que nuestros legisladores discutan y escuchen otras opiniones, sin analizar las consecuencias, aunque cuyos títulos resultan atractivos o aparentemente convenientes.
La mayoría de los mendocinos hemos crecido trabajando o viendo trabajar a nuestros menores en infinidad de lugares: talleres, fincas, y especialmente en nuestras cosechas cuando veíamos con alegría y orgullo a las familias enteras trabajando y compartiendo en un ambiente festivo. Supongo que mucha gente recordará cuando se postergaba el inicio de clases hasta que finalizaran las cosechas pues era el momento que nuestra familia agrícola con lo obtenido en la cosecha aprovechaba para hacer las compras especiales del año.
Estoy convencido que los problemas de pobreza o abuso infantil no se resuelven con una ley sino que puede generar todo lo contrario, pues lo que se consigue es retirar a los sectores más prudentes y cuidadosos en la generación de trabajo y crecerán los sectores más patológicos, con menos escrúpulos, que contratarán a menores ya sea para robar o realizar los trabajos más despiadados sin importarles violar la ley.
El punto central que veo es la confusión de nuestros legisladores entre abuso y trabajo juvenil .El abuso puede ser con los menores, mayores o ancianos y el trabajo juvenil puede ser creativo y educador cuando se hace en ambientes propicios.
Acotaciones finales: para que un joven de 16 años pueda trabajar necesita autorización de padres o tutores, sin embargo, goza de plena libertad y autonomía cuando de votar se trata. Esto resulta tan incoherente que probablemente, muchos de los inspiradores de la Fiesta de la Vendimia si siguen mostrando a la familia trabajando terminen viendo la fiesta desde la cárcel. Con esta ley si un joven barre la vereda de su casa o le saca las hojas secas ud. podría ser sometido a juicio.
Por favor, mediten, discutan, escuchen, ustedes son los responsables del futuro del país, oficialistas y opositores
Rte: Miguel Labiano: Carta al Lector
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